Son imágenes de 2005, de la antigua verja con alambrada de pinchos en lo alto, con restos de sangre y vestimenta de los que intentan escapar de Marruecos. Hace seis años el Gobierno de zapatero decidió sustituir esa valla con cuchillas por otra verja con una sirga tridimensional que impide avanzar. Lo hizo tras las protestas de asociaciones humanitarias. Denunciaban que los pinchos en la alambrada eran demasiado peligrosos. Pero la presión migratoria sobre melilla este año ha provocado que Interior vuelva a recurrir a las cuchillas. Esta vez no se desplegarán por todo el perímetro, sólo en un tercio de su recorrido, en los puntos calientes, donde más saltos de inmigrantes se producen.

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