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Orgullo LGTBI

Madrid Summit concluye con una llamada a un acuerdo internacional para garantizar los derechos LGTBI

Una mujer se fotografía junto a la fachada del Ayuntamiento de Madrid con la bandera LGTBI.

La Conferencia Mundial de Derechos Humanos, enmarcada en el WorldPride 2017, puso este miércoles el broche final de sus jornadas mediante la lectura de la Declaración Madrid Summit, que además será expuesta este jueves en el Senado. El acto fue presentado por Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco entre los años 1987 y 1999, quien enfatizó en la urgencia de abolir la pena de muerte, que todavía se aplica como castigo a las personas LGTBI en ocho países del mundo.

El manifiesto, redactado por el Instituto DemosPaz y el Instituto de Derechos Humanos, Democracia, Cultura de Paz y No Violencia junto al Comité Organizador del Madrid Summit, ha recordado que durante los tres días en los que se ha desarrollado el evento más de 200 ponentes de 46 países se han reunido por la "defensa y promoción de los derechos universales de las personas" en relación "a la unión afectivo sexual" de las mismas. Los firmantes han querido recordar que "todos los seres humanos nacen libres e iguales" y por lo tanto cada ciudadano "tiene derecho al disfrute de sus libertades, sin ninguna distinción".

En este sentido, han recalcado la "especial vulnerabilidad" de las personas que han sido "perseguidas, silenciadas, asesinadas por parte de Estados, sociedades o culturas", sin otro motivo que "su falta de conformidad con un canon normativo y mayoritario". Por ello, han solicitado a "la comunidad internacional que acepte como oportuna e indispensable la formulación y el acuerdo de una convención internacional en los próximos años que sirva para sentar el camino iniciado por esta conferencia en cuanto a los derechos humanos para el colectivo".

Asimismo, han enfatizado en su compromiso de cara a generaciones futuras, "respetando y recordando" al mismo tiempo a las generaciones que sentaron precedentes en la lucha LGTBI. "Observamos, acogemos y celebramos las distintas conquistas en materia de derechos humanos y suscribimos la necesidad de seguir unidos en la lucha, dadas las vulneraciones que persisten en todo el mundo", han manifestado los autores de la declaración.

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Uno de los baches aún por superar apunta a las lagunas existentes en la era de internet. El manifiesto subraya la "falta de tratamiento específicamente regulado" y los "vacíos legales" en la red, al tiempo que defiende una legislación clara al respecto, "siempre y cuando no signifique control y represión" y respete el "libre acceso a la información".

Por otro lado, los firmantes han expuesto también lo fundamental del "cuidado de la infancia y sus derechos" por considerarla un ámbito de "especial vulnerabilidad", y han apostado asimismo por "avanzar hacia la equidad en la sanidad a través de medidas concretas en la formación, investigación y acceso a modelos sanitarios". 

Como herramienta para la conquista de sus derechos, los autores han hecho un llamamiento al uso de la manifestación y unión pacífica. Han celebrado los logros conseguidos mediante tales vías, y han denunciado los escenarios de vulnerabilidad aún no tratados para, finalmente, instar a que se "mantenga, preserve y cultive el avance y la conquista de una comunidad libre de discriminación".

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