Elecciones 24-M

Paco Guarido, el concejal de IU que se estrenó con el 5% y ahora será el alcalde de Zamora

Francisco Guarido, próximo alcalde de Zamora, durante una comparecencia.

Lo que ha pasado es una "tormenta perfecta". La suma de un "buen trabajo" de oposición y el efecto del "voto del miedo" al que se entregó el PP a la desesperada en la campaña. Y esa tormenta es la que llevará finalmente a la Alcaldía de Zamora, el 13 de junio, a un hombre con carné de Izquierda Unida desde hace 28 años, Francisco Guarido

Nunca había pasado en una ciudad de piel conservadora. Pequeña, 64.000 habitantes, capital provincial de una comunidad, Castilla y León, donde el PP ha encadenado mayoría absoluta tras mayoría absoluta. Hasta ahora, hasta el 24-M, la noche que consagró un vuelco a la izquierda en todo el país y que llegó también a Zamora. 9.365 votos, el 29,10%, para Izquierda Unida. Ocho concejales. Dos por debajo del PP (10.420 papeletas, 32,38%), tres más que el PSOE (5.640 sufragios, 16,97%) y seis más que Ciudadanos (2.769, 8,6%). Guarido podrá convertirse en el nuevo regidor con el apoyo de los socialistas. Y lo da por hecho. "Si no, nos linchan", asegura. 

Paco Guarido (Zamora, 1958), licenciado en Historia y Ciencias Políticas, conserje en un instituto, ha ido creciendo poco a poco. Coordinador provincial de IU entre 1993 y 1999, puso un pie en el Ayuntamiento en 1999. Era el cabeza de lista. Entonces recibió 1.588 votos, y un 5,18% raspado, y se quedó él solo como concejal. En 2003, también compitió como número uno: pasó al 10,33%. Dos ediles. En 2007, repitió puesto y mejoró resultado: 13,38% y tres escaños. En 2011, fue como número tres, e IU siguió su ascenso: un 16,14% de las papeletas y cuatro actas. Y de ese porcentaje saltó, el 24-M, a cerca del 30%. Prácticamente el doble. "La explosión final", se congratula Guarido, en conversación telefónica con infoLibre. Y el fin del PP en el Ayuntamiento después de 20 años ininterrumpidos en el poder. 

"Ha habido un trabajo acumulado, del día a día, y ahora recogemos los frutos. Pero aparte de nuestros méritos hay deméritos de los demás, claro. PP y PSOE están divididos [los conservadores han caído de 14 a 10 concejales, y los socialistas, de 6 a 5], y ya se sabe que los electores castigan mucho esas divisiones internas. Pero la campaña nos benefició porque el PP nos focalizó como la alternativa al agitar el voto del miedo", explica el próximo primer edil. 

Un programa buzoneado por toda Zamora

Zamora no ha cambiado de la noche a la mañana, ni se ha vuelto roja en cuestión de semanas. No lo cree Guarido. Él es consciente de que IU recibió el 24-M "mucho voto prestado", papeletas que fueron para él "de forma coyuntural", de todos aquellos que querían desalojar al PP de la Alcaldía y vieron que era la alternativa más viable. "El contexto que teníamos era bueno. Los ocho concejales que han salido representan bien todo lo que se ha movido en la ciudad estos últimos años". 

Pero ese "voto prestado" no hará a IU renunciar a sus propuestas, advierte. La federación concurrió a las elecciones con un "programa claro y nítido" que todos los zamoranos recibieron en sus buzones. Lo distribuyeron como un número especial de su publicación periódica Tu ciudad y provincia. Se tiraron 33.000 ejemplares en total. "No vamos a renunciar a nada, pero para gobernar debemos hacerlo con el PSOE, que es un partido colaborador y de pacto. Tendremos que cruzar ambos programas", afirma. 

IU se presentó en Zamora con sus siglas, como ocurrió en Soria, Ávila y Segovia. En las otras cinco capitales de Castilla y León, lo hizo en candidaturas unitarias con Equo (En Común León, Valladolid Toma la Palabra y Ganemos Palencia) o con Equo y Podemos (Ganemos Salamanca, en agrupación de electores). En Zamora no hubo acuerdo para construir una lista más amplia, aunque había y hay "buenas relaciones con Podemos". "Pero no podíamos aceptar lo que pretendían, que era disolver nuestras siglas para montar un partido instrumental, y eso no pasaba por nuestras previsiones porque aquí tenían su valor. Cada uno en su lugar sabe lo que tiene que hacer, y ellos rechazaron entrar en nuestras listas". Al final, el partido de Pablo Iglesias no apoyó ninguna plancha. Tampoco la de Gana Zamora, que se quedó sin representación. "Nuestra lista era muy integradora, incorporaba a gente de sindicatos y movimientos", aduce. 

La 'ayuda' del líder de Podemos

Quien no entró en la candidatura fue Javier Iglesias. El padre de Pablo Iglesias, líder de Podemos. Él fue anteriormente militante de IU, y se presentó en las listas de IU en elecciones anteriores, aunque nunca llegó a salir elegido en las municipales. En 2015, no se integró en ninguna plancha. Pero sí presentó a su hijo en el mitin que pronunció el pasado 20 de mayo. El secretario general de la formación morada pidió el voto para Podemos en las autonómicas, pero no apostó por ninguna lista local, aunque "en las entrevistas que le hicieron habló bien de IU". Una fórmula que para el PP explica que los votantes de izquierdas concentrasen su voto en IU

Guarido logró un buen resultado. Obvio. Será el único alcalde que IU tenga en una capital de provincia. Entre 2011 y 2015 no tuvo ninguno. Toma el relevo de Córdoba. Pero el 24-M trajo para la federación malas noticias. El candidato reconoce, como Cayo Lara, que los datos de las locales no son tan malos, sobre todo si se suman los sufragios que obtuvieron las plataformas de unidad popular en las que participó, como las mareas gallegas o Barcelona en Comú y Zaragoza en Común. Pero el escrutinio de las autonómicas tiene menos excusa, y eso que en Castilla y León IU mantiene su representación, su único procurador. "Claro que los resultados me preocupan. Aquí hay dos lecturas: unos que defienden la presencia de las siglas de IU, con toda la renovación que tenga que haber, y otros que creen que hay que crear otra fuerza distinta . Pero yo veo razonables las posiciones de Cayo, el no perder las siglas de momento. Hoy por hoy no veo que haya nada que pueda sustituir el programa y los valores de IU", razona. 

Pero aunque prefiere a Lara, Guarido cree que Alberto Garzón "debe ser el candidato", tal y como está aprobado. "Me habría gustado más Cayo, pero eso está superado por la organización. Mi candidato, al igual que lo es para Cayo, es Garzón". ¿Debe ser el diputado por Málaga el coordinador? "La próxima asamblea lo dirá", contesta prudente. 

El miedo a la desaparición "siempre existe", pero la única receta es "seguir luchando". Porque IU y Podemos, esgrime, no son sinónimos, "difieren bastante", se complementan pero no son iguales. 

El "daño terrible" de la guerra en IU Madrid

Guarido reconoce que el largo conflicto en Madrid ha podido influir en los resultados. "Yo soy miembro del Consejo Político Regional [el máximo órgano dentro de Castilla y León], pero no de los órganos federales. Y como militante de base la situación en IU-CM ha sido muy decepcionante, porque Madrid es el escaparate de IU, y todo esto ha hecho un daño espantoso a IU, un daño terrible, no sólo por la crisis interna, sino por las divisiones personales y profundas. Es verdad que la dirección regional no asumió responsabilidades. ¿Pero eso quiere decir que tengan razón los que se fueron?", se pregunta. Se refiere, claro, a Tania Sánchez y Mauricio Valiente, los ganadores de las primarias de IU-CM. Ambos se acabaron yendo. Sánchez fundó Convocatoria por Madrid, que se integró en las listas de Podemos, y Valiente se incorporó a la candidatura de Ahora Madrid, encabezada por Manuela Carmena, próxima alcaldesa de la capital. "Los militantes de Madrid, Zamora o Sevilla no nos merecemos estas divisiones tan profundas. La situación en Madrid no ayuda, ni siquiera en aquellos sitios donde hemos tendio un buen resultado. Que se elija a personas que luego abandonen... Aunque la dirección narices tiene, sí", asegura, intentando equilibrar. 

El candidato, al detenerse en la inquietud que le provoca la situación en Madrid, se fija en la militancia, en aquellos jóvenes recién llegados a IU y viejos camaradas de 90 años que cantaron La Internacional la noche electoral para celebrar la victoria, que "se merecían esta alegría".

Bajada "muy sustancial" del sueldo

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Ahora le toca mirar hacia delante. Dice que, a falta de consensuar el programa con el PSOE, defenderá algunas líneas básicas, las mismas que sostuvo en la campaña: la elaboración de unos presupuestos participativos, el aumento de las ayudas sociales, la modificación del plan de urbanismo –"está sobredimensionado"– y el recorte de la estructura del Gobierno. Quiere una "entrada ejemplarizante" en el Ayuntamiento. Tanto que pretende bajarse el sueldo de alcalde "de forma muy sustancial". "No quiero cobrar más que en el puesto de trabajo que tenía". Guarido, en los últimos años, percibía como conserje 920 euros al mes, ya que tenía media liberación en el Consistorio. Ahora, en cambio, tendrá dedicación exclusiva. Su antecesora en el cargo, Rosa Valdeón, del PP, tenía un sueldo de "unos 58.000 euros". Pues ahora, tijera. 

Guarido quiere armar un Gobierno de coalición con el PSOE –y con su candidato, José Luis Gómez–, para conferir "estabilidad" al Ayuntamiento. "El PP siempre se ha burlado de los pactos. Pero no pasa nada por coaligarse. Lo hacen en otros países y no pasa nada. Das confianza a la gente, mandas el mensaje de que sabes dialogar y llegar a acuerdos. Tenemos la obligación el PSOE y nosotros de llegar a un pacto, porque si no nos linchan, más después de la apisonadora del PP, de su ordeno y mando". La izquierda, de hecho, apenas ha tocado poder en Zamora. Antes de los últimos 20 años de mayorías de los conservadores, los socialistas llegaron a gobernar ocho años de forma discontinua (1983-1987 y 1991-1995). La Diputación siempre ha recaído en el lado del PP, igual que ocurrió el 24-M. 

"Un poco de miedo sí tengo", confiesa Guarido. "Yo me lo tomo muy en serio, no voy de sobrado. La verdad es que no me lo esperaba, sinceramente. Sí veía que teníamos una tendencia a crecer, pero no tanto como para ganar la Alcaldía". El próximo regidor está convencido de que sus compañeros le ayudarán "mucho" en esta travesía. Su obsesión es entrar en el Gobierno municipal "con humildad", con la disposición de "estudiar a fondo los temas". Aplicando una única receta, la del "trabajo diario". La misma que usó durante 16 años en la oposición y que le ha permitido, dice, alcanzar un sueño histórico en una ciudad nada fácil para la izquierda. 

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