Pedro Sánchez y Yolanda Díaz firmaron con toda solemnidad su acuerdo de Gobierno el 24 de octubre de 2023 en el museo Reina Sofia en el centro de Madrid. La medida estrella impulsada por Sumar en aquel documento fue la reducción a la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Una iniciativa con la vista puesta en mejorar la vida de más de doce millones de trabajadores. Pura marca progresista.
El Gobierno de coalición, casi dos años después, sale este miércoles del Congreso con el rechazo a la propuesta por la pinza del PP, Vox y Junts. Y, además, esa unión de fuerzas se hace a través de las enmiendas a la totalidad, lo que supone que ni siquiera las Cortes Generales tendrán la posibilidad de debatir este proyecto de ley.
El rechazo de las derechas supone un golpe para el Ejecutivo en una de sus grandes promesas. Y, además, es un rejonazo dirigido a una medida pilotada directamente por la vicepresidenta segunda, una figura a la que algunos sectores de la izquierda ven debilitada y quieren apartar del liderazgo para futuras citas electorales.
Tanto en el PSOE como en Sumar rechazan que signifique un golpe tan duro para el Gobierno que lleve la legislatura al precipicio. Además, no es el final de la norma, argumentan en el Ejecutivo. La hoja de ruta pasa por llevarla de nuevo al Consejo de Ministros y aprobar el registro horario, una de las columnas vertebrales del proyecto, a través de un decreto de manera paralela.
"El debate social es una victoria"
A pesar de que el Gobierno sabía que el ‘no’ se impondría, la decisión fue mantener el debate en el orden del día. ¿Por qué? ¿Merecía la pena? Diversas fuentes del Ejecutivo subrayan que era necesario que los diputados se “retraten” ante los ciudadanos y que se sepan quiénes son los “buenos y los malos”. Tanto en el ala socialista como en Sumar reiteran que la “batalla social está ganada en la calle” respecto a la reducción de la jornada laboral.
Además, a lo largo de estas horas ha comenzado la presión de cara a la segunda vida que tendrá este proyecto de ley, con concentraciones auspiciadas tanto por los sindicatos como por partidos políticos como Izquierda Unida. Asimismo, en el Gobierno explican que todas las encuestas evidencian que tanto el electorado del PP como de Junts están a favor de esta iniciativa que traspasa los colores políticos. “Las votaciones en el Congreso no sólo se ganan cuando sale adelante una votación, sino cuando retratas a socios y se abre un debate social”, explican en los partidos de Sumar.
Esta sensación se transmitió a través de las propias caras de los miembros del Gobierno. Normalmente suelen estar al límite por las votaciones, pero esta vez señalan que tienen la “conciencia tranquila” y que esta medida está en el “lado correcto de la historia”. Además, frente interpretaciones de división interna, los socialistas respaldan la negociación llevada a cabo por Díaz. Fuentes de La Moncloa subrayan: “La reducción de la jornada laboral es una de nuestras banderas. Pelearemos hasta imponerla. No es que queramos que Junts vote a favor, sino hasta el PP”. En el círculo más cercano a Sánchez señalan sobre la ministra de Trabajo: “Nosotros la vamos a escuchar, ella decidirá cuándo ve agua para aprobarla”.
Cómo afecta a los presupuestos
En el Gobierno analizan que en el ‘no’ a la reducción por parte de Junts han pesado dos factores: la fuerte presión que han ejercido durante estos meses las patronales sobre los de Puigdemont y la intención de presentarse en la Diada como un partido autónomo y fuera del bloque de investidura para diferenciarse, en el ámbito independentista, de Esquerra Republicana. Miembros del Gobierno y de los grupos del PSOE y de Sumar comentan que en la rueda de prensa ofrecida el martes a última hora por la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, sonó a excusa cada una de sus frases.
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Además, el mensaje que trasladan tanto en el Gobierno como en Junts es que este voto sobre la jornada no condiciona la futura negociación de los presupuestos generales. Los posconvergentes insisten en que ellos hablan “carpeta a carpeta”, mientras que en Moncloa recalcan que esto “no enturbia” las cuentas públicas: “Hay cierta normalidad”. Uno de los ministros de máxima confianza del presidente hace este análisis: “No predetermina lo de hoy de Junts lo que ocurra en los presupuestos. No es más fácil ni más difícil”. Desde Moncloa y Ferraz insisten en que van a negociar hasta “la saciedad” para sacar esa ley.
La semana de Sumar
En el ala de Sumar restan importancia al rechazo. No es un trago fácil, pero creen que se compensa en el arranque del curso político con otras medidas. Hay satisfacción en el flanco izquierdo por el paquete de iniciativas aprobadas por el Consejo de Ministros para presionar a Israel, muchas de ellas pedidas por los ministros de Sumar durante estas semanas. El veto por parte del Gobierno de Netanyahu a Díaz y a Sira Rego para entrar en Israel supone además para ellos un punto fuerte entre su electorado.
Ponen también en valor fuentes de Sumar que este mismo martes el Gobierno consiguió una gran victoria parlamentaria con el aval del Congreso a la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad, una iniciativa que habían luchado internamente durante meses en el seno de la coalición.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz firmaron con toda solemnidad su acuerdo de Gobierno el 24 de octubre de 2023 en el museo Reina Sofia en el centro de Madrid. La medida estrella impulsada por Sumar en aquel documento fue la reducción a la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Una iniciativa con la vista puesta en mejorar la vida de más de doce millones de trabajadores. Pura marca progresista.