LA BATALLA DEL 28M

Sánchez, frente al “tralará” de la derecha, fía el 28M a una defensa a ultranza del Estado del bienestar

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el expresidente Jose Luis Rodríguez Zapatero, el lider del PSC, Salvador Illa, y los alcaldables socialistas en Barcelona, Jaume Collboni, y Sant Boi de Llobregat, Lluïsa Moret.

Hay mucho ruido”. Esto confiesa un dirigente socialista en este final de campaña. El 28M ya está aquí y el PSOE tiene como objetivo mantener las cuotas de poder alcanzadas hace cuatro años en las municipales y autonómicas. Muchos candidatos se la juegan por apenas unos centenares de votos tras una campaña que acaba embarrada por los casos de supuesta compra de papeletas por correo en algunos ayuntamientos.

Pedro Sánchez ha apostado fuerte por esta cita. Y ha protagonizado actos por todo el país, con mítines todos los días para arropar a sus candidatos en unas elecciones que el Partido Popular quiere convertir en un debate nacional para “derogar el sanchismo”. A pesar de que son unos comicios autonómicos y locales, marcan el sendero hacia el final de la legislatura y las generales de finales de año.

Muchos candidatos admiten en privado que están nerviosos y que todo estará muy ajustado, pero tanto desde Ferraz como desde La Moncloa emiten señales de que el resultado no tendrá nada que ver con la ola azul eufórica que dibuja el PP en las últimas horas. Confían en el entorno del presidente en que se movilizará el electorado progresista y que se valorará un modelo de propuestas frente a las “mentiras” del PP.

"Hemos hecho la campaña que queríamos"

En la sala de máquinas del PSOE indican tras estos quince frenéticos días: “Hemos hecho la campaña que queríamos. Hemos trasladado propuestas, proyecto e ilusión. Hemos hablado de vivienda, de educación y sanidad, que son temas autonómicos, con competencias de las comunidades, en los que el Gobierno de España también puede ayudar y lo está haciendo. Con becas, con ayudas para los consultorios médicos, con la implantación del olvido oncológico o la salud mental”.

Fuentes socialistas extienden así su análisis: “Frente a nosotros, hemos tenido a un PP que ha hablado de ETA y de cuestiones que no tienen nada que ver con el día a día de los ciudadanos. El "sanchismo", "la ETA", "el Falcon"... y "tralará". No puede imaginarse nadie una campaña tan pobre, muy a la altura del nuevo liderazgo de Feijóo, que es Pablo Casado en su versión de Hacendado”.

“Estamos muy orgullosos de las campañas autonómicas y locales, de la movilización, con más de 150.000 personas en los actos del PSOE por toda España, y unas 45.000 en los actos de Pedro Sánchez. Del ambiente que se ha respirado en los mítines y de cómo ha respondido la sociedad a nuestras propuestas. Queremos que todo el mundo vote. El PSOE nunca ha hecho una campaña desmovilizadora. El PP parece que quiere que muchos no vayan a votar. El partido que confía su éxito en la abstención no merece gobernar ni en su propia casa”, subrayan desde el círculo de Sánchez.

En el PSOE también advierten de que la campaña que se ha desarrollado por parte de las derechas para este 28M es el termómetro de lo que llegará para las generales. “Si hemos vivido esto, ¡¿cómo será al final de año?!”, indica un alto cargo de Ferraz. El propio presidente del Gobierno en el último día de campaña, ante los casos de voto por correo que han llevado a detener a varios miembros del PSOE, dijo que el PP busca embarrar la campaña para desmovilizar al electorado progresista.

Esta era una de las principales preocupaciones que tenía Ferraz al inicio de la campaña. A lo largo de los días iba creciendo el ánimo al ver la asistencia a mítines, con las direcciones regionales hablando de actos al mismo nivel que hace cuatro años en afluencia. Y creen que buena parte de la campaña del PP va en el sentido no de que se cambie el voto, sino de que la izquierda se quede en el sofá el domingo. Por eso, en las últimas horas los dirigentes socialista se han lanzado en esta dirección para que la izquierda vaya a las urnas.

Otro de los factores que más ha preocupado en el PSOE ha sido el alto grado de indecisos (un 25,5% no sabe qué papeleta meterá o no quiere decirlo en las encuestas, según el CIS). Por eso se confía en que en muchas encuestas no se haya tenido en cuenta que mucha gente terminará votando a los socialistas, además de esperar que el voto femenino se decante principalmente por los de Pedro Sánchez. Lo que sí explican fuentes del PSOE es que sus candidatos están tirando bien y que no hay desgaste tras años de gestión en administraciones locales.

Confianza en la Comunitat Valenciana y el sueño de Barcelona

La gran pieza es la Generalitat Valenciana, donde las encuestas auguran un recuento no apto para cardíacos. No obstante, en el PSPV comentan que sus encuestas les dan para repetir el Botànic. Una de las preocupaciones dentro del socialismo es lo que pase a su izquierda, ya que es necesario que el espacio de Podemos y Sumar aguante y entre en asambleas autonómicas y ayuntamientos. Esto será clave en Extremadura, Baleares, Navarra, La Rioja, Canarias y Asturias.

Madrid es un caso diferente. La Comunidad se da por perdida por parte de los socialistas, que están en la batalla principalmente de quedar por delante de Más Madrid (ven a Mónica García menos fuerte que hace dos años y tocada por temas como el bono social) y que Isabel Díaz Ayuso no logre la mayoría absoluta. En la capital también hay una competición muy dura por quedar por delante de Rita Maestre y analizan que José Luis Martínez-Almeida está más flojo, aunque ven a Roberto Sotomayor tirando menos por Podemos que a Alejandra Jacinto en la Asamblea de Vallecas. Hay sectores del PSOE-M ya deslizando críticas contra la campaña que han llevado a cabo Reyes Maroto y Juan Lobato, preparando el terreno para el día después de las elecciones en clave orgánica.

Donde Sánchez y su equipo tienen las expectativas muy altas es en Barcelona, ven con muchas posibilidades de que Jaume Collboni arrebate la Alcaldía a Ada Colau. Sería un gran triunfo para el PSOE y creen en Ferraz que elevaría la moral, consiguiendo la segunda ciudad más poblada de España y enterrando el procés. Cataluña es clave para las generales de finales de año.

Y la otra gran clave para las generales está en Andalucía. Allí los socialistas aguantan la respiración. El final de campaña ha sido durísimo para ellos, con el caso de la supuesta compra de votos en Mojácar (Almería) y la petición del juez de imputar al ‘número tres’, Noel López, por el caso del secuestro de una concejala en Maracena (Granada). Desde la dirección del PSOE se recuerda que no ha sido imputado y que el caso ha pasado a manos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

En el PSOE se preparan también para el día después y mandan el mensaje de que van a aguantar mejor de lo que dice la derecha. Pedro Sánchez espera vencer en número de votos en las municipales y que haya calado su estrategia de goteo de anuncios –cuestionada tímidamente en privado por algunos pequeños sectores del partido– y se lanzará a por las generales. En ese camino espera que haya un acuerdo entre Sumar y Podemos y cree que también le beneficiará el hecho de asumir la Presidencia rotatoria de la UE durante el segundo semestre.

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