LA NUEVA LEGISLATURA

Sánchez se marca 2024 como el año de la total normalización con sus socios y no prevé desgaste electoral

Pedro Sánchez en el acto de homenaje a Jerónimo Saavedra

Pedro Sánchez da un paso más. Y ya tiene en su mente que en 2024 tiene el objetivo de la “normalización” total de las relaciones con los socios con los que armó su investidura. El propio presidente en primera persona asume ese trabajo que supondrá consolidar el mapa político con actores como Junts, Esquerra y EH Bildu. 

El jefe del Ejecutivo se verá, aunque todavía no hay fecha, con Carles Puigdemont -en el extranjero tras huir de la justicia en 2017- y Oriol Junqueras, líder in pectore de ERC y beneficiado por el indulto en la pasada legislatura. Y, además, enfila esa nueva normalidad aritmética con la defensa de pactos con EH Bildu, aunque con la vista puesta en profundizar su relación estable de “presente y de futuro” con el PNV.

Sánchez vaticina, como reconoció en una conversación informal con periodistas durante la copa de Navidad en el Palacio de La Moncloa, que a partir de ahora habrá varias fotos con Puigdemont y con Junqueras. Un paso “coherente” con su política sobre Cataluña, pero también como visualización de esa mayoría que se conformó durante su investidura pensando en agotar la legislatura frente a los augurios de la derecha de una legislatura corta.

Moncloa no ve el desgaste de las encuestas de la derecha mediática

El análisis que hacen en La Moncloa es que esos acuerdos no van a suponer el desgaste electoral que reflejan algunas encuestas de medios de la derecha. De hecho, el propio presidente siempre tiene en mente que ganó un millón de votos más en las pasadas elecciones del 23 de julio a pesar de haber aprobado la medida de gracia de los indultos a varios de los líderes del procés. En el complejo presidencial desdeñan los estudios demoscópicos hechos públicos que hablan de que hoy el PSOE se dejaría hasta 600.000 sufragios.

El camino de Sánchez en la agenda territorial tiene varios puntos señalados próximamente. El primero es la reunión el jueves en el Palau de la Generalitat con el president, Pere Aragonés, al que verá el dirigente socialista junto a su ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres.

Pero también quiere subir un escalón con las citas que prevé mantener con Puigdemont y con Junqueras. Con el expresidente se cruzó ya la semana pasada en el Parlamento Europeo y desde Junts se avanzó un encuentro próximamente, aunque Sánchez hasta ahora no lo había confirmado. Pero ya no hay dudas: el propio Sánchez acepta verse con el independentista. No hay fecha, aunque no se descarta incluso que pudiera hacerse antes de la aprobación de la ley de amnistía. Si eso se produjera así, tendría que hacerse en el extranjero, pues el posconvergente no puede volver a España sin esa norma para no ser detenido.

No obstante, en La Moncloa apuestan por ese encuentro después de que las Cortes den su visto bueno a la proposición de ley de amnistía, que acaba de pasar su admisión a trámite en el Congreso. Luego vendrá el trámite en el Senado, que el PP alargará durante dos meses haciéndose valer de su mayoría absoluta. La previsión es que el texto salga en el BOE sobre el mes de abril. Los socialistas quieren tocar lo mínimo el texto que ya está en la Cámara Baja, aunque todavía en ERC hay dudas de si hay que tocar algunos puntos a través de enmiendas.

"Vamos a dialogar, con todo"

Este 2024 supondrá también el encauzamiento de la relación con EH Bildu, con la que se acaba de firmar el primer gran pacto para un Ayuntamiento de España. Sánchez también enmarca este paso en esa normalización con sus socios, dándole una clave “local” a este tipo de pactos y no a acuerdos secretos por la investidura. Este movimiento con EH Bildu no puede interpretarse como un giro del PSOE hacia los abertzales frente al PNV. En La Moncloa seguirán cultivando esa relación con los jeltzales de “presente y de futuro”, en un año además en el que se celebrarán elecciones en el País Vasco y con la apuesta primordial del PSE-EE de reeditar ese Gobierno de coalición junto a los peneuvistas.

En el Gobierno la idea es que hay que seguir también haciendo pedagogía y explicando mucho, pero también creen que no deben paralizarse frente a los ataques de las derechas. “Nos han dicho hasta filoetarras”, como indica un miembro del Consejo de Ministros. Que añade ante la profundización en la relación con los socios de investidura: “Si hay que dialogar, vamos a dialogar. Con todo”.

El año que viene trae consigo también las elecciones gallegas, donde el análisis que hacen en La Moncloa es que la gente quiere cambio pero no tiene la percepción de que sea posible. Por lo que, entienden que el reto es hacer “viable” ese vuelco. Por lo que Sánchez cree que hay que actuar en esa conciencia electoral y luchar contra la resignación. Además, la confianza es total en el candidato del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro.

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Sánchez no da pistas a la prensa, pero uno de sus grandes movimientos será la designación de la persona que ostentará el Ministerio de Economía por la marcha de Nadia Calviño. La idea que tiene el presidente es designarla ya la semana que viene o a principios del año que viene.

Moncloa ya ve la reunión de Feijóo en enero: "Quieren enredar"

Y cada vez ven más difícil en La Moncloa que se pueda producir en este 2023 la reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. En el círculo del presidente hay un enfado enorme por las evasivas del Partido Popular, al que se le ofrecieron tres fechas para el encuentro: 18, 22 y 29 de diciembre. “Quieren enredar y enredar”, trasladan fuentes gubernamentales.

Para La Moncloa, es ridículo estar “pedaleando sobre pactar el orden del día”. Además, los dirigentes socialistas lamentan esta actitud, que consideran inédita, además de recordar que el PSOE siempre acudió a ver a los presidentes José María Aznar y Mariano Rajoy a pesar de que había situaciones como la guerra de Irak o la trama Gürtel. De hecho, consideran “ridículo” el debate planteado por los populares para no asistir y hablar de asuntos como el nuevo modelo de financiación autonómica, la renovación del Consejo General del Poder Judicial o la modificación del artículo 49 de la Constitución Española para cambiar la palabra “disminuido”. No obstante, a pesar de estas excusas, esperan que al final haya reunión, aunque la ven ya entrado el año

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