Sánchez pide a su ejecutiva no airear las críticas para no debilitar al partido

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"No voy a hablar de cuestiones internas. Sí diré que me siento más respaldado aún que cuando fui elegido secretario general". Pedro Sánchez despachó con una breve y rotunda afirmación la munición de críticas llegadas en los últimos días. Lo decía este martes en público, en un desayuno informativo, a primera hora de la mañana. Poco después, reunió a su ejecutiva federal, y elaboró algo más ese mensaje: hay que seguir el mismo camino, no distraerse, y guardar la prudencia para no debilitar al partido ahora que está "resurgiendo" y está creciendo, según las encuestas. Argumento que sus compañeros respaldaron, uno detrás de otro, cerrando filas en torno a su líder. 

La cita en Ferraz comenzó empapada por el malestar de lo publicado en los últimos días. Por un lado, los reproches de barones al excesivo protagonismo de Sánchez, que eclipsaba, según su lectura, el reto más inminente que tiene el PSOE por delante, las elecciones autonómicas y municipales. Es decir, que se preocupaba más por su candidatura a las generales y su promoción personal que por tirar de la marca y salvar los comicios de mayo. Por otro, la falta de confianza en Tomás Gómez, el líder de los socialistas madrileños, adelantada ayer mismo por El Mundo. Dos noticias que parecían oscurecer la labor de la dirección emanada del congreso extraordinario de julio. 

Sánchez reiteró durante su intervención, según reprodujeron varios de sus compañeros a infoLibre, un expreso respaldo a Gómez, del estilo del que había enhebrado durante el desayuno informativo organizado por Europa Press. Y después animó a los suyos a seguir trabajando en la misma línea, insistiendo en que esos frutos se están traduciendo en encuestas como la de El País de este fin de semana, que sitúa al PSOE como primera fuerza política, por delante de un Podemos que pierde algo de aliento, por lo que no convenía caer en "tentaciones". "Pedro puso en valor el trabajo hecho, que empieza a dar sus frutos, y remachó que las críticas no van bien al proyecto y no ayudan", resumía un miembro de la ejecutiva. "En definitiva: dijo que ahora que estamos remontando no podíamos empezar ya con historias internas en los medios", completaba otro.

El mensaje del líder fue captado y ampliado por sus compañeros. Dirigentes como Antonio Pradas, secretario de Política Federal; Adriana Lastra, Política Municipal; Luz Rodríguez, Empleo; María Luisa Faneca, Agricultura; Susana Sumelzo, Administraciones Públicas; Abel Caballero, alcalde de Vigo y vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), o Nino Torre, secretario general de Juventudes, "apuntalaron la figura del secretario general", "cerraron filas" en torno a él, según el relato expresado por varios de los asistentes, algunos con discursos "muy duros" contra aquellos que cuestionan en privado, sin dar la cara, la gestión de Sánchez. "Es que es un error comenzar con estas declaraciones, más que críticas, porque nos debilitan y no reflejan la realidad. Tenemos un partido unido y la ejecutiva se ha pronunciado. Se han visto las quejas de mucha gente porque no puede ser. No se puede dar pie a la idea de división. El mensaje fue unánime: que esto no vuelva a suceder y se corte de una vez", señalaba una responsable de la confianza de Sánchez.

Otro integrante de la dirección lo resumía gráficamente: "Empezamos a remontar, y Pedro tiene una valoración cojonuda en las encuestas. No metamos la pata". El secretario general aparece, recurrentemente, como el dirigente nacional mejor valorado por los ciudadanos, y en la dirección entienden que él es su mejor activo en un momento en el que las siglas siguen dañadas. 

Chaves: "No convendría jugar con fuego"

En la mente de todos, dentro y fuera de Ferraz, está la consciencia de que el PSOE atraviesa un momento crucial: su última bala son las elecciones municipales y autonómicas de mayo. La última oportunidad para demostrar que salió del hoyo y que cerró su debacle. Si cayera por debajo del pésimo resultado de 2011 –donde perdió casi todos los gobiernos regionales y locales–, el partido se sumiría en una crisis inédita, difícil de superar. "La situación es muy delicada, y tenemos que estar unidos y apoyando a muerte al secretario general. La marca ha quedado dañada y en cambio Pedro está muy fuerte", razonaba un alto mando de la dirección. El expresidente andaluz Manuel Chaves, representante de la vieja guardia del partido, lo verbalizó a las claras en declaraciones a los medios, antes de la reunión del Grupo Socialista en el Congreso: "El partido tiene pocas o muy pocas oportunidades, y se llaman Pedro Sánchez. Por tanto, no convendría jugar con fuego". 

En el desayuno informativo, Sánchez, sin entrar en comentar los reproches lanzados en los últimos días, sí quiso garantizar a sus compañeros que está preocupado y ocupado por los comicios de mayo: subrayó que hay que "potenciar la visibilidad" de los barones, que no tiene ningún problema con ellos, y que estará al lado de los aspirantes: "Los candidatos de todos los municipios y comunidades autónomas van a sentir el apoyo y el respaldo de su secretario general, como no podía ser de otra manera". 

La otra cuestión interna del día se llamó Gómez. El respaldo expreso que le dispensó Sánchez en el acto de la mañana –"Tomás cuenta con mi confianza y la de la ejecutiva federal" y será él quien "lidere el cambio en Madrid"–, fue seguido por sus palabras dentro de la ejecutiva, delante de él, ya que es miembro de su dirección, como vocal. Y acompañaron a las que hizo su número dos, César Luena, en el acto de homenaje al fundador del partido, Pablo Iglesias, por el aniversario de su muerte. Todas sirvieron para "cerrar filas" también en torno al líder del PSM y a "zanjar el debate" sobre su candidatura. 

Gómez fue respaldado en octubre por 6.720 apoyos de militantes, 5,159 más que los necesarios, y sus rivales no consiguieron los avales, así que no se abrieron las urnas. Pero después estalló el caso Púnica que acabó con su amigo José María Fraile, alcalde de Parla, detenido. Fraile dejó el Ayuntamiento y fue echado del PSOE, pero el escándalo asestó un duro golpe anímico al líder del PSM. Algunos dirigentes en Ferraz sondeados por este periódico sí manifestaban en los últimos días que Gómez seguía siendo un problema para el PSOE, que no remontaba en las encuestas, que sufría "desgaste" y que la Púnica aún podía darle un disgusto. Sánchez, sin embargo, despejó todas las dudas: él será el candidato y no desconfía de él

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"Con esto se cierra el debate de forma tajante y no queda margen a la especulación", convenían fuentes próximas al jefe de filas madrileño. Y continuaban, desmintiendo las acusaciones de "fractura" interna: "El partido está más unido que nunca en Madrid. Gente que podía estar antes más distante, como José Cepeda o Pilar Sánchez Acera [que se enfrentó contra él por la Secretaría General en marzo de 2012 y obtuvo el 40% de los votos] está con nosotros en el Comité de Estrategia". Desde su círculo de colaboradores, negaban también el perfil bajo de su campaña como candidato, frente a la intensidad de la agenda del aspirante por el Ayuntamiento de Madrid, el diputado regional Antonio Miguel Carmona: "Son casos distintos, porque Tomás lleva mucho tiempo currándose la Comunidad [es líder desde 2007] y Antonio acaba de aterrizar en la candidatura, y él no tiene un espacio institucional en el Consistorio, mientras que Tomás sí dispone del escaño en la Asamblea". En su entorno recordaban ayer, además, que tiene como mínimo un acto al día, con declaraciones públicas a la prensa. 

Entre sus cercanos, insisten en que Gómez es un dirigente "a carta cabal", un hombre "al que se ha visto plantar cara, dentro y fuera del partido" y con "ganas" de liderar la lista en 2015. Y advertían del peligro de querer provocar su caída. 

Otros dirigentes del PSM, sin embargo, no lo ven tan claro, y le perciben más "desgastado" y con menos apoyos de los que tenía antes. Y esperan de él un acto de "generosidad" llegado el caso. O sea, que dé un paso atrás si la trama Púnica le alcanza. Opción que no se contempla en el aparato, que sigue el caso "totalmente tranquilo", porque Gómez dejó la alcaldía en 2007, y no hay "nada" que le salpique. 

"No voy a hablar de cuestiones internas. Sí diré que me siento más respaldado aún que cuando fui elegido secretario general". Pedro Sánchez despachó con una breve y rotunda afirmación la munición de críticas llegadas en los últimos días. Lo decía este martes en público, en un desayuno informativo, a primera hora de la mañana. Poco después, reunió a su ejecutiva federal, y elaboró algo más ese mensaje: hay que seguir el mismo camino, no distraerse, y guardar la prudencia para no debilitar al partido ahora que está "resurgiendo" y está creciendo, según las encuestas. Argumento que sus compañeros respaldaron, uno detrás de otro, cerrando filas en torno a su líder. 

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