Entrevista | David Couso

"Mientras se siga hablando de José seguiremos recordando las mentiras de la invasión de Irak"

David Couso, hermano del cámara de Telecinco asesinado en Irak por el disparo de un tanque estadounidense.

Hace hoy quince años el cámara de Telecinco José Couso perdía la vida –se la arrebataban, para ser justos– en el hotel Palestina ubicado en Bagdad (Irak). La de Couso se ha convertido en una historia que no requiere de presentaciones. Lo sangrante del crimen de guerra que acabó con su vida y que a día de hoy continúa impune ha quedado grabado en el recuerdo no sólo de su familia, sino de una ciudadanía que asumió como propia la indignación de los suyos.

José Couso fue asesinado en 2003 como consecuencia de los disparos de un tanque norteamericano, durante la guerra de Irak. El asesinato de José Couso a manos del ejército estadounidense cumple este domingo quince años. Sus familiares, compañeros y amigos, reunidos en torno a la asociación HAC José Couso, batallan por recordarlo cada año mediante una concentración frente a la embajada de Estados Unidos en Madrid para pedir justicia y reparación. Este año la cita es a las 12.00 horas en Madrid y también habrá otra concentración en la ferrolana Praza da Paz José Couso.

La exigencia de sus familiares se produce de forma paralela al recorrido judicial que da comienzo el mismo 27 de mayo de 2003. La familia interpone entonces la primera querella ante la Audiencia Nacional contra tres militares estadounidenses. Aunque el juez Santiago Pedraz dicta orden de detención internacional contra ellos, la Audiencia termina por archivar la querella ya en el año 2015. El motivo: las sucesivas reformas, una primera en 2009 y otra definitiva en 2014, que primero limitan y finalmente terminan con la justicia universal, el principio que blinda la posibilidad de perseguir delitos cometidos contra españoles fuera del territorio estatal.

El recorrido judicial para la familia Couso es fácil de definir. "Zancadilla tras zancadilla y puñalada trapera por la espalda". Habla David Couso, hermano del cámara y portavoz de la asociación de apoyo. La zancadilla, detalla, se explica porque hasta en dos ocasiones tuvieron que recurrir al Tribunal Supremo, viendo que la Fiscalía de la Audiencia Nacional intentaba archivar el caso, y porque "por primera vez en el curso de la historia la Interpol se negaba a cursar una orden de búsqueda y captura por orden de un juez". La puñalada la definió Wikileaks en el año 2010, mediante una filtración en la que revelaban presiones estadounidenses al Gobierno español, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente, para "frenar o boicotear" las causas judiciales abiertas contra políticos y militares norteamericanos presuntamente involucrados en el caso. "Además hemos visto dos reformas, la de 2009 auspiciada por el PSOE, y la de 2014 del PP, que ya es el remate de la jurisdicción universal", recuerda David Couso.

El Supremo sobreseyó el recurso de casación presentado por la familia, pero el empeño por no cesar en su lucha les lleva a recurrir de nuevo al Tribunal Constitucional, que en mayo de 2017 lo admite. La familia, confirma David, está esperando a que el Alto Tribunal se pronuncie: "Ha pasado un año y no sabemos nada".

Ante la experiencia judicial, la familia no descarta recurrir a la justicia europea. "Siempre hemos sido creyentes en esa época de desafección con el sistema judicial del país, y en determinados momentos sí que hemos visto la nula separación de poderes, esas intromisiones desde el Ejecutivo", admite David. Aunque actualmente están agotando los diferentes escalones que les ofrece la jurisdicción española, si la situación les llevara al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), seguirían el camino. "En principio esperemos que no sea así, que se pronuncie el Constitucional viendo que nos han despojado de jurisdicción universal, no sólo a la familia de José sino al conjunto de ciudadanos de este país".

Con el objetivo de recuperar el principio de justicia universal, ERC registró una proposición de ley en el Congreso que busca derogar las reformas de Zapatero y Rajoy. En febrero de 2017 la iniciativa salió adelante, aunque tanto PSOE como Ciudadanos se inclinaron por mantener la primera modificación de 2009. David Couso celebra la iniciativa pero denuncia la ralentización de los tiempos. "Con el control de la Mesa del Congreso, secuestran la proposición de ley, la guardan en un cajón y dependiendo del momento político en que les convenga, la liberan", critica. Durante el debate del pasado año, el PP votó en contra y Ciudadanos optó por abstenerse.

Justicia y reparación

El grito que los familiares y compañeros de José Couso lanzan desde hace quince años persigue un fin último: justicia y reparación. Más allá del mensaje simbólico, el reclamo aspira a materializarse en hechos concretos. "Nos encantaría ver juzgados a militares norteamericanos, nos encantaría ver responsabilidades políticas de un señor que sigue defendiendo el uso de la fuerza contra un Estado soberano como es el de Irak". Se refiere, David Couso, "a este pésimo estadista que es el señor [José María] Aznar, que no fue capaz ni de condenar el asesinato de un compatriota ni el asesinato contra un hotel que albergaba más de dos centenares de periodistas". Y sobre todo, recuerda, "que no les salga barato matar periodistas, que no se legitime la impunidad".

Hacer justicia, dice David, implicaría "darle legitimidad a ese título primero de la Constitución española, que todos somos iguales ante la ley" y además "lanzar un claro mensaje de que cuando atacas a los periodistas hay un sistema judicial que te va a llevar a sentarte en un banquillo de los acusados". Se lanzarían, sostiene, muchos mensajes. Porque la familia Couso rehúsa individualizar su caso. Busca, por el contrario, que los efectos sean globales. "Se resarcirían muchas cosas que después de quince años no tenemos y yo creo que nos curaría un poco esa desafección con el sistema democrático, con estos políticos que en determinados momentos se postran en actitud genuflexa como si fueran vasallos o lacayos y luego nos hablan de la Marca España".

La familia Couso, tal y como recuerda David, tampoco pide ninguna compensación económica. "Entendemos que dentro de los procesos judiciales sí hay un montante para las víctimas, pero en nuestro caso nos conformamos con tener un país que defienda a sus nacionales, que impulse la jurisdicción universal, que permita la investigación". Dice, a modo de denuncia pero con un evidente matiz de dolor, que en definitiva se conforman con sentirse "un poco arropados". "No hemos sentido el apoyo de los gobiernos, hemos sentido que han apagado este incendio con más gasolina", expresa. "Es que es muy grave lo que ha pasado", reflexiona David y su mensaje evidencia cómo el paso de los años, en sí mismo, es del todo insuficiente para atenuar la herida. "Nos han lanzado un mensaje a la sociedad y es que matar periodistas es gratis, cuando hay determinada prensa que les incomoda se les mata. Me parece un mensaje muy peligroso y terrible", confiesa, especialmente viniendo de "quienes dicen ser adalides de los derechos humanos y defensores de la democracia. Si no hay libertad de prensa y libertad de información no hay un sistema democrático en este país".

Los militares implicados, cuenta, que finalmente fueron cinco, "continúan impunes disfrutando de su vida normal y sobre todo por la ausencia de jurisdicción universal en este país. Es muy triste y muy duro", admite.

Homenaje a José Couso: "Aquí seguiremos hasta conseguir que a tus asesinos los mire de frente la justicia"

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Conservar la memoria

Hay algo que la familia Couso guarda como lección aprendida y recompensa palpable a lo largo de estos quince años. La calle, dice David, "es lo mejor que nos hemos encontrado". La reivindicación de los allegados continúa calando gracias al impulso de la ciudadanía, de "ese pueblo valiente que hemos sentido cercano y es una de las mejores victorias".

Esquivar el paso del calendario y el hecho de que se conozca el caso, dice, es ya un éxito. "Mientras se siga hablando de José seguiremos recordando las mentiras de la invasión de Irak, lo que allí ocurrió contra los periodistas, que mataron a cerca de un millón de civiles como indican diferentes estudios epidemiológicos". Si por el contrario, advierte, "olvidamos y nos callamos, legitimamos la pérdida de memoria que este país conoce bastante con los compatriotas que tenemos en las cunetas". 

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