La estrategia del PP

El triunfo de Meloni rompe la estrategia del PP europeo y facilita a Feijóo las alianzas con Vox

Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.

Los socios italianos del Partido Popular Europeo se han hundido. El 8% de los votos que obtuvo el pasado domingo Forza Italia, la formación liderada por Silvio Berlusconi, pone a los conservadores europeos en una posición de subordinación hacia la extrema derecha inédita en los países con mayor peso dentro de la Unión Europea. 

Ese resultado no es una buena noticia para el PP europeo porque confirma la tendencia a la baja que comenzó con la derrota de la CDU alemana tras la retirada de Angela Merkel. Tampoco para el PP español, que el año que viene afronta el reto de derrotar la izquierda y volver al Gobierno de España cinco años después de la caída de Mariano Rajoy en una moción de censura después de que los jueces dictasen la primer sentencia condenatoria por el caso Gürtel. 

Pero, paradójicamente, la histórica derrota de Forza Italia contribuye a mejorar las posibilidades de Alberto Núñez Feijóo de llegar a la Moncloa. El PP europeo, liderado en estos momentos por Manfred Weber, ya ha dado su visto bueno a la alianza de Forza Italia con Hermanos de Italia, el partido de la neofascista Georgia Meloni, en el que también tendrá asiento La Liga del ultraderechista Matteo Salvini. Una alianza que incluye no sólo pactar políticas sino compartir tareas de gobierno.

La decisión del PP europeo supone una revisión en toda regla de su política frente a la extrema derecha, que en marzo de 2021 forzó la ruptura con Fidescz, el partido ultranacionalista húngaro. Su líder, Viktor Orbán, obtuvo una victoria aplastante en las elecciones de abril con un 54% de los votos.

El tradicional discurso de los conservadores europeos no rige en el caso de Italia y abona el comienzo de una nueva era en las relaciones con los ultras. Para justificar la entrada de Forza Italia en un gobierno liderado por loa neofascistas, aliados de Orbán, de Le Pen y de Abascal, el PP europeo optó por aplaudir que Berlusconi se vaya a convertir en la “brújula” de los valores europeos en el ejecutivo de Meloni. “¡Enhorabuena a Forza Italia! Italia es un ancla para Europa y nuestro partido una brújula para los valores proeuropeos”, defendió en un breve comunicado la marca europea del partido de Feijóo. “Confiamos en que Forza Italia guiará al próximo Gobierno por un camino que sirva a los mejores intereses del pueblo italiano como parte de una Europa fuerte y estable”.

La “brújula”

Berlusconi, la “brújula” del nuevo Gobierno según el PPE, ha sido condenado e inhabilitado a perpetuidad por prostitución de menores y abuso de autoridad, así como por fraude fiscal y corrupción, aunque un indulto concedido en 2006 le permitió volver a la política. Es un aliado confeso de Vladímir Putin y controla un conglomerado internacional de comunicación que en España incluye los canales de televisión Telecinco y Cuatro. El jueves cumplirá 86 años.

Las nuevas reglas del PP europeo, en especial la decisión de bendecir la entrada en un gobierno liderado por la extrema derecha, cambian el escenario. Cuando Feijóo llegó a la presidencia del PP español tuvo que escuchar cómo el entonces líder europeo de su partido, el polaco Donald Tusk, desautorizaba la decisión del Partido Popular español de formar gobierno con Vox en Castilla y León.

“Para mí ha sido una triste sorpresa. Pablo Casado era una garantía personal de mantener al Partido Popular en el centro derecha evitando este tipo de coqueteos con los radicales, con movimientos de extrema derecha como Vox”, declaró Tusk el pasado marzo en París. La decisión de pactar con los ultras es “una señal muy fuerte de que tenemos que luchar contra estos deseos de construir fuerzas políticas en apariencia fuertes pero que a largo plazo suponen una capitulación”.

Ese discurso ya no forma parte del ideario del PP europeo. Y eso abre a Feijóo un horizonte en el que ya es posible, si lo necesita, pactar con Vox para formar gobierno en España después de las elecciones de 2023. Aunque de momento, para disgusto de Abascal, no quiere ni oír hablar de esa posibilidad. No desea que nada enturbie el discurso en el que se ha instalado para reunificar el voto de la derecha en torno al PP. Su sueño es repetir en España lo que Juanma Moreno consiguió en junio en Andalucía: ganar por mayoría absoluta. Y si no puede ser, alcanzar una victoria lo suficientemente abultada como para obligar a PSOE y Vox a dejarle gobernar en solitario.

En Génova saben que la victoria de Georgia Meloni, apenas dos semanas después de la de los ultras suecos, va a dar oxígeno a Vox justo cuando más lo necesita, con las encuestas en contra y la herida del enfrentamiento con Macarena Olona todavía sangrando. Así que los barones de Feijóo se han apresurado a negar que lo ocurrido en Italia pueda repetirse en España.

El líder del PP calla

“No es extrapolable. Italia es muy singular”, declaró en privado un presidente autonómico del PP citado por Europa Press que está convencido además de que Meloni “se moderará” ante la presión de los mercados y de Bruselas, que lleva la batuta de los fondos europeos. “No creo en el efecto contagio”, declaró otro dirigente territorial. En el PP confían en que la capacidad de la política italiana para triturar primeros ministros acabe oír poner en su sitio a la líder de Hermanos de Italia.

Feijóo ha preferido evitar cualquier referencia a lo ocurrido en Italia durante su discurso ante los nubarrones territoriales en la sede de Génova. No lo hizo ni en el discurso transmitido por redes sociales ni después a puerta cerrada en conversación con sus compañeros. 

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Fuentes de Génova sí admitieron que el resultado de las elecciones italianas no ha sido el que más les hubiese gustado, pero dieron un voto de confianza a la alianza de sus socios con la ultraderecha, de la que esperan un gobierno que sepa “dar estabilidad al país y tranquilidad a Europa”.

Quienes sí hablaron en público son los barones que ahora mismo lideran las dos almas del PP: Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso. El presidente andaluz deseó que Meloni respete “los valores y los objetivos de la Unión Europea” y reconoció el mal resultado de sus aliados de Forza Italia. Según él, es necesario hacer una reflexión de por qué no se ocupa el centro político y crecen las posiciones radicales.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en cambio, salió en defensa de la futura primera ministra al censurar que parezca que “solo unos pueden acceder al Gobierno”. 

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