“Lo único que quiero es volver a mi vida normal en el Ejército”

“Desde pequeña mi hija Silvia quiso ser militar y servir a su país”. Así comienza el manifiesto que Basi Gómez ha publicado en la plataforma Change.org para recoger firmas y lograr que su hija recupere la sonrisa. Este martes, en apenas unas horas, casi 40.000 personas ya habían firmado la petición para que el Ejército la readmita.

Silvia Ruiz Gómez perdió su empleo en el Ejército de Tierra el pasado 2 de julio. Ese día se quedó sin trabajo y sin derecho a la asistencia médica. Un hecho que hubiera pasado por alto de no ser que Silvia estaba en tratamiento oncológico y tenía prevista una intervención quirúrgica pocos días después. Una operación que, por cierto, todavía no se ha producido.

“Mi padre escribió al ministro de Defensa, Pedro Morenés, mi madre lo hizo a la reina Sofía y yo escribí al Defensor del Pueblo. En todas las ocasiones nos dieron una respuesta poco convincente”, explica a infoLibre esta soldado de 33 años que no entiende cómo su contrato no fue renovado alegando “absentismo laboral” cuando llevaba 84 días de baja justificada mientras recibía quimioterapia.

Silvia recuerda que un día, en el mes de marzo, realizando maniobras sintió un fuerte dolor en el pecho y molestias en uno de sus brazos. Su superior inmediato, relata, le recriminó su actitud. Le dijo que “si no valía para esto se fuera a su casa”. Al día siguiente, la exmilitar acudió al médico y, tras unas pruebas, le confirmaron que tenía cáncer de pecho con metástasis en el brazo. “Todo fue muy rápido. Tras los resultados de la biopsia me operaron y hablé con el capitán porque tenía la residencia en el cuartel y durante el tratamiento no podía estar allí. Ellos me pusieron el arresto por fingir una supuesta lesión y, tras recurrir, mantuvieron el arresto alegando que me había quejado de muy malas formas, cuando esto fue falso”, recuerda Silvia sobre la situación que vivió tras las operación.

Tras el periodo de baja que siguió a la quimioterapia, Silvia volvió a las filas del Ejército y fue enviada a logística, donde desempeñó su función sin problemas. “Me cambiaron de compañía, me declararon apta y todo perfecto. Hasta que no me renovaron al haber un informe negativo del anterior capitán de la compañía”, reconoce la exmilitar.

“El problema llega cuando dejo de pertenecer a la fuerzas armadas. Tengo que recurrir a la seguridad social y gracias a que tenía paro acumulado. El día 2 de julio se hace efectivo mi cese del Ejército y dos días después tenía programada una operación de reconstrucción de mama, que se suspendió al perder el seguro médico” señala Silvia. Ahora tiene que esperar cerca de un año para pasar por el quirófano porque hay una lista de espera muy larga para este tipo de operaciones.

Sorprendida por el apoyo ciudadano

“He recibido mucho apoyo. A través de las redes sociales, foros, muchos mensajes al móvil. No lo esperaba para nada y en esta situación donde anímicamente estoy mal es un empujón importante”, confiesa Silvia. "Yo no tenía ganas de volver a pasar de nuevo por ese calvario. Pero mi familia me ha animado a seguir adelante. Mi madre puso la propuesta en Change.org y estamos muy sorprendidos por la respuesta de la gente”.

A Silvia le ha sorprendido el anunció del PSOE de una petición de información al ministro de Defensa, Pedro Morenés, para que aclare su situación y la de la capitán Zaida Cantero, la oficial que denunció a un superior por acoso sexual y ha sido expedientada. “Me he enterado a través de la prensa. Se agradece que muestren interés”, aunque de momento nadie del PSOE ni del Ejército se ha puesto en contacto con ella. En cuanto a Zaida Cantero, explica, ha intentado hablar con ella para darla su apoyo, pero no le ha sido posible localizarla.

“Yo tengo más esperanzas que hace unos días. Lo único que quiero es volver a mi vida normal en el Ejército, mi sueño de siempre. Yo elegí desde muy pequeña que quería estar en el Ejército y siempre he luchado por ello. Y si no puedo volver, espero que valga para que nadie tenga que volver a pasar por lo que he tenido que pasar yo, porque es realmente duro”, afirma Silvia sobre el futuro. “No quiero que este tema se convierta en un circo, ni que nadie piense que es una rabieta por no renovar el contrato en el Ejército”, advierte.