Crisis del coronavirus

La variante delta, con los datos en la mano: más contagiosa y preocupante pero incapaz de desatar una nueva crisis

Una mujer camina con mascarilla por una céntrica calle de Ourense.

La variante delta, anteriormente conocida como india, está ganando terreno en España. No es una cuestión de blanco y negro. Ahora mismo no es motivo de preocupación, según afirma el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón. Pero puede llegar a serlo, porque al ser más transmisible que la variante alfa (británica), puede convertirse en predominante dentro de poco. Los modelos matemáticos apuntan a julio y los expertos creen que es una estimación razonable, aunque, como nos enseña la experiencia, la pandemia nunca se puede predecir con total exactitud. Eso no quiere decir que este conjunto de mutaciones vaya a arruinar el fin de la pandemia de modo considerable o que vaya a generar una ola como la primera, la segunda o la tercera. Eso no va a pasar. Pero sí puede complicar la situación epidemiológica de jóvenes aún no vacunados y mayores con solo una dosis. Esta variante no escapa de las vacunas, pero sí genera una respuesta inmunitaria algo más débil que puede pasar factura. 

Tres países han dado marcha atrás en su desescalada final ante, aseguran sus autoridades, el despliegue de la variante B.1.617. Son Reino Unido, Israel y Portugal. Los británicos han decidido atrasar el fin total de las restricciones; los israelíes volverán a usar mascarilla en determinados contextos y los vecinos han confinado perimetralmente Lisboa, donde el impacto de estas mutaciones es mayor, para proteger el resto del territorio. Si nos quedamos con esos tres titulares, la sensación es de vuelta a las andadas, pero es necesario contextualizar. Quedan pocas limitaciones que mantener en Reino Unido, que por ahora no sufre un crecimiento significativo de su presión asistencial. El aumento que vigila Israel les ha llevado a 100 casos al día (en total, no de incidencia) y la medida de Portugal tendría sentido con o sin variante, debido al desequilibrio de la transmisión entre unas regiones y otras. 

Sin embargo, determinadas características de la variante delta podrían complicar el panorama. Es más contagiosa que la variante británica, asegura toda la evidencia al respecto, aunque es muy difícil establecer un porcentaje exacto porque son muchísimos factores los que entran en juego. El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública Mario Fontán recuerda lo que pasó con la variante alfa, que hizo que algunos políticos declararan en diciembre que estábamos ante "una nueva pandemia". "Al principio los datos estaban tan sesgados que sobreestimaban la mayor transmisibilidad". Se llegó a hablar de un rango de entre el 30% y el 90% de potencial de contagio con respecto al linaje original. Al final se quedó en un 30%. "Las cifras eran muy parciales y se trasladaron a la población como si fueran una evidencia". A su juicio, estamos volviendo a cometer el mismo error. 

Por ahora, no hay cifras de contagiosidad, aunque sean provisionales, para la variante delta plus, una derivada de la cepa india que incluye una mutación compartida con la variante beta (antiguamente conocida como sudafricana) y de la cual se han detectado unos 40 casos en el continente indio. Sus características genéticas podrían ser peligrosas, pero por ahora no se sabe demasiado. Está siendo vigilada por las autoridades sanitarias y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). 

A pesar del sensacionalismo: sí, determinados cambios en las proteínas que el virus utiliza para replicarse hace que el patógeno sea más contagioso. Así lo explica el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López, que matiza: la evidencia aún no es suficiente para asegurar con rotundidad que esta variante genera más hospitalizaciones, cuadros críticos y muerte. "Los primeros datos y lo que nos viene a decir la experiencia es que induce algo más de ingresos, pero con eso no basta", asegura. El portavoz de la organización cree que la imposición de unas mutaciones sobre otras es normal y esperable, aunque no sabe "pronosticar hasta dónde" ni cuándo se producirá el sorpasso. sorpassoPor ahora, su implantación no llega al 1% en el total del país, aunque la secuenciación va con retraso y los expertos creen viable que, en el plazo de un mes, supere el 50%, al menos en algunas comunidades autónomas.

¿Qué problemas puede generar esta situación en un país con buen ritmo de vacunación (el 50% de españoles con una dosis) y con buena parte de la población vulnerable ya inmunizada? Se pueden contagiar personas que en otro contexto no se contagiarían, lo que siempre es motivo de preocupación para la Salud Pública, pero no hasta el nivel de generar otro colapso sanitario. Preocupan los jóvenes (solo el 13% de los españoles de entre 20 y 39 años tiene una dosis) y los mayores parcialmente inmunizados. La pauta aún está lejos de completarse entre los de 60 a 69 (32,7%) y los de 40 a 49, con un 15,7%, aunque ya se acercan al final los de 50 a 59 años con un 56,4%. En principio, los nacidos antes de 1970 recibirán su segundo pinchazo a lo largo de julio, pero algunos podrían contagiarse y desarrollar síntomas, con algo más de probabilidad por la presencia de la variante delta. 

Explica López que la evidencia apunta a que la variante delta, si bien no es capaz en la gran mayoría de los casos de generar un cuadro grave en los vacunados con la pauta completa, sí podría hacer enfermar a los que cuentan con solo una dosis. La respuesta de los anticuerpos ante estas mutaciones no es tan fuerte, pero la respuesta celular no entiende ni de cepas, ni de mutaciones, ni de variantes, ni de nada. El SARS-CoV2 aún no ha encontrado una manera de escapar a la acción defensiva de unos linfocitos llamados, coloquialmente, asesinos. Eso sí, para desplegar su potencial completo necesita la vacuna al completo.

Coincide al respecto el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) que en su último informe semanal confirmó que la pauta completa protege frente a las variantes, por llamó a completar la inmunización de las personas vulnerables "en el mayor tiempo posible". "La variante delta es más transmisible que otras variantes circulantes y estimamos que a finales de agosto representará el 90% de todos los virus SARS-CoV-2 que circulan en la Unión Europea", declaró su director, Andrea Ammon.

Con respecto a los jóvenes, preocupa tanto sus mayores contactos sociales como su capacidad de transmitir el virus a otras personas con más posibilidades de sufrir una enfermedad grave, dado que no están vacunados. El llamado covid persistente o síndrome postcovid, en el que los afectados sufren cansancio, capacidad pulmonar reducida, anosmia o incapacidad para concentrarse meses después del contagio, también afecta a personas de 20, 30 y 40 años, aun cuando sufrieran un cuadro leve o asintomático al principio. En todo caso, "esta posible olita no será como las anteriores", deja claro el presidente de la SEI. La transmisión puede aumentar entre sectores poblacionales habitualmente exentos de requerir una hospitalización por este virus sin generar una crisis sanitaria, como se ha comprobado en el macrobrote generado en Baleares por las fiestas de fin de curso: se necesita control, pero no implican más tensión asistencial necesariamente.

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Fontán, en todo caso, es muy crítico con las simplificaciones en torno a cualquier variante. Una mutación es uno de las decenas de factores que pueden explicar un aumento de la transmisión. Un repunte de la incidencia no se puede achacar en exclusiva a una cuestión genética. Los condicionantes sociales (restricciones o ausencia de ellas, desigualdad, hacinación en barrios pobres) suelen tener mucha más importancia. "Parece que el tema de las variantes ha naturalizado cuestiones de la transmisión que tienen que ver con lo social. No quiero quitarle el peso que puede tener, pero desde que han aparecido las variantes, grandes eventos, condiciones de desigualdad o de pobreza han desaparecido del análisis de los grandes dinamizadores de la transmisión del virus", sentencia. 

Pone un ejemplo: la brutal crisis sanitaria vivida hace unos meses en India se achacó en muchos medios y por parte de muchos analistas a la variante secuenciada por primera vez en su territorio. Se ignoraron, asegura Fontán, tanto el relajamiento de las restricciones por parte del Gobierno como algunos eventos culturales masivos que se vivieron en las semanas previas a la explosión, similares en trascendencia a la Navidad española, que pudieron haber espoleado al virus. Es posible que la variante delta sea predominante en España en un mes. Pero, pese a que puede provocar un aumento de la incidencia o algunos casos graves que podrían haberse evitado, no desviará demasiado el rumbo de España camino al fin de la pandemia.

Eso es lo que opinan los que saben, a pesar de las dificultades con la que se encuentra la bola de cristal en un evento tan caótico como una pandemia.

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