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Vivienda

De vivir en un 'piso colmena' a dormir en una furgoneta: Haibu vuelve a desafiar a los ayuntamientos con su nueva ocurrencia

Imagen de uno de los 'autos colmena' de Haibu 4.0.

¿Puede una persona vivir durmiendo en una furgoneta? En términos de posibilidad, sí. En términos de legalidad, también. Pero en términos de dignidad, la respuesta es muy distinta. Aun así, es por lo que apuestan en Haibu 4.0, la empresa que saltó a la fama por su polémica propuesta de pisos colmena. La dinámica es la siguiente: "Cogemos unos coches, los tuneamos, les quitamos los asientos y les ponemos una cama y una mesita para pernoctar". El que habla es Marc Olivé, el gerente de la compañía bautizada con la traducción de "colmena" en japonés. Toda una declaración de intenciones.

La cosa no termina ahí. El auto colmena, como lo han bautizado, se combina con unos espacios comunes —propiedad de la misma empresa, claro— llamados colmena services que albergan comedor, cocina, duchas, armarios y zonas de trabajo, detalla Olivé. "Durante el día, los residentes están en el local haciendo sus cosas y cuando llega la noche se va cada uno a su coche. Todos contentos", resume. Los vehículos adaptados cuestan entre 60 y 150 euros al mes, pero si se quiere contratar el pack que da acceso a esos locales para hacer las "cosas" de cada uno, el precio se mueve entre los 120 y 210. Todo depende del espacio que cada cual tenga en su furgoneta.

Ejemplo de uno de los packs que comercializa Haibu 4.0.

La idea ha surgido poco después de crear la polémica con los también denominados pisos nicho. "Hicimos un sondeo para ver si habría gente interesada en esto y nos pasó lo mismo que la otra vez: nos desbordaron las peticiones", asegura Olivé desde el otro lado del teléfono. ¿De quiénes? "Pues del mismo perfil, gente trabajadora que no puede pagar una habitación y que no llega a fin de mes", explica, celebrando que gracias a sus proyectos "hay un ahorro considerable". A cambio, claro, de dormir en un coche y de no tener acceso a un cuarto de baño en plena madrugada. Ni posibilidad de dormir a una temperatura adecuada, algo a lo que Olivé quita hierro. "Ahora mismo sólo hace frío un par de meses al año, tampoco es un drama", afirma. En cualquier caso, ya propone una solución: "Si hace frío o nieva pues te vas al coche con un saco nórdico y una manta". No descarta, en cualquier caso, que en un futuro se instale "una lona en el techo de los vehículos con una placa solar y un pequeño calefactor que permita tener" lo que define como "temperatura confortable". 

Todo depende también, claro, de dónde se sitúe la furgoneta. El gerente explica que los autos colmena podrán tener tres emplazamientos diferentes: el primero, en la calle o un párking público —la opción "más barata", dice—; el segundo, en párkings privados "donde hay más seguridad"; y el tercero, en naves industriales que albergan, además, las zonas comunes. Estos últimos son los que más suerte, al menos como la entiende Olivé, tienen. Porque están menos expuestos al frío, dice. Asegura, eso sí, que a todos llegará la luz natural. 

Mapa con los autos colmena y las colmenas services situadas en Barcelona.

De momento el proyecto solo se encuentra en Barcelona, pero Olivé asegura que se extenderá a Madrid, Bilbao, Mallorca e Ibiza. "Este proyecto se puede abrir mañana mismo, no hace falta licencia", dice. Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona ya se ha posicionado en contra. Según aseguran sus fuentes a infoLibre, la respuesta que tendrán con este proyecto será la misma que tuvieron con los pisos colmena. "Desde el primer momento hemos sido firmes y rotundos sobre este tema. En Barcelona no hay cabida para aberraciones como esta. El derecho a la vivienda digna es intocable, no se juega con él", apuntan. Y añaden que su "deber como Ayuntamiento es velar para que todo el mundo pueda vivir dignamente y en buenas condiciones de habitabilidad". Igual que con los pisos, serán "estrictos para que este proyecto no salga adelante" en la ciudad. En el Ayuntamiento de Madrid, en cambio, no tienen constancia del proyecto, pero la institución también aclaró en su día que no iba a permitir la instalación de los habitáculos con los que Haibu 4.0 saltó a la fama. 

¿Se puede dormir en un coche?

Según desvela Olivé a infoLibre, los autos colmena pueden tener tres emplazamientos diferentes. Pero, ¿se puede dormir en el coche? Como recogen las compañías de seguros de Mapfre y Qualitas Auto, sí. Ahora bien, no de cualquier manera. La Dirección General de Tráfico (DGT) aclara a este diario que las autoridades sólo intervienen si el vehículo para en la vía o el arcén por un tema "de seguridad vial". "Si es fuera, Tráfico no tiene nada que ver en ese caso", añade el organismo. El auto colmena, por tanto, debe estar debidamente estacionado en una zona habilitada para ello y la actividad que se realice dentro en este caso, dormir no puede extenderse al exterior del coche. 

El seguro del coche, además, tiene que estar en regla. Y eso es algo con lo que la compañía de Olivé ya ha contado, puesto que el gerente asegura que las furgonetas que se encuentran en la vía pública tendrán esos papeles en regla. 

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Pero que sea legal es una cosa muy diferente a que sea digno. "Más allá de que sea legal o no, el planteamiento es que esto pasa cuando el mercado está regulado a favor del dinero y cuando el beneficio es lo único que regula el mercado. No hay que ver si es legal, sino si vamos a aceptar estas formas de vida con un derecho fundamental como es la vivienda", dice Javier Gil, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid. Mercedes Revuelta, activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), critica desde el otro lado del teléfono que empresas como Haibu "se aprovechan de los derechos básicos de la gente para conseguir las ganancias máximas con lo que se necesita para vivir". "Lo que entendemos por una vivienda digna tiene que ser un hogar que permita vivir de manera segura, confortable y en paz. Forma parte de la declaración de Derechos Humanos", aclara. Por eso asegura que "no se puede cobrar a nadie por vivir dentro de un coche"

Por su parte, Jaime Palomera, portavoz del Sindicat de Llogaters, asegura que "el problema de fondo" de que aparezcan este tipo de soluciones habitacionales "es que no se hacen políticas para garantizar el derecho a la vivienda". "Los buitres, grandes y pequeños, se aprovechan de esto y hacen negocio con la situación desesperada de la gente, tratando de introducir condiciones cada vez más infrahumanas para especular incluso con la miseria de los otros", lamenta. Según un índice de Fotocasa publicado el pasado mes de septiembre, el precio de la vivienda en alquiler en España subió, de media, un 0,1% en su variación mensual en agosto, hasta los 10,74 euros por metro cuadrado, dejando atrás tres meses consecutivos de bajada y repuntando un 8,6% en su variación interanual. 

Silvia Abadía, compañera de la organización de Palomera, propone varias soluciones para acabar con el problema estructural que provoca ocurrencias como la de Haibu 4.0. La primera es regular el precio de los alquileres, una medida que pactaron los socios del Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos. El pacto pasa por que el Ejecutivo apruebe una ley estatal de vivienda en tres meses y que en cuatro pueda llegar al Congreso. La segunda es trabajar a medio plazo para ampliar el parque de vivienda pública, y la tercera revisar las licencias dadas a pisos turísticos y destinarlas al uso residencial de las viviendas. Sólo así se consigue que "gente sin alma" deje de "hacer negocio de la manera más ruin posible", sentencia. 

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