¡La banca siempre gana! Helena Resano
No hay peor trampa que la que uno se tiende a sí mismo cuando, hastiado o decepcionado, empieza a confundir la camiseta con el jugador, el ideal con quien lo encarna mal. Y eso es justo lo que algunos quieren que ocurra: que confundamos la corrupción de unos con la corrupción de todos. Que tiremos la toalla. Que pensemos que da igual votar a unos que a otros.
Pero no es lo mismo.
De igual modo que nadie deja de ser del Atleti porque un delantero se autoexpulse en el minuto tres, nadie con principios debería abandonar una idea de país porque alguien en su propio bando lo traiciona. Al contrario: es en los momentos difíciles, cuando el marcador aprieta y la grada silba, cuando más falta hace ir al campo. A dar la cara. A dejarse la garganta por lo que uno cree.
Porque aunque ya no vivamos en el bipartidismo de antaño, sí hay dos formas opuestas de mirar a este país: una que lo hace hacia adelante, hacia la igualdad, el bienestar, la oportunidad; y otra que agita el miedo, que vende el caos como excusa para restaurar un orden donde el pastel vuelve a repartirse entre los de siempre.
Son dos visiones incompatibles. No caben en la misma Constitución, aunque ambas convivan tras su escudo. Una apuesta por redistribuir, por cuidar, por incluir. La otra prefiere recortar, vigilar y culpar. Y lo hace con una eficacia tremenda: basta con sembrar la duda, repetir tres palabras bien escogidas en bucle y señalar al adversario con cara de víctima.
A los jóvenes —víctimas de una precariedad que no decidieron y de una sobreinformación que no pidieron— les están vendiendo el pasado como si fuera futuro. El "más vale lo malo conocido", sin explicarles que ese "malo" fue cárcel por pensar, silencio impuesto, y que el ascensor social no solo estaba roto: no existía. “Ya comerás huevos cuando seas padre”, nos decían. Traducido: nunca. Porque solo unos pocos podían ser padres de algo.
Lo sé: estos días no son fáciles para nadie con conciencia política. Yo mismo pasé por esa náusea moral, esa vergüenza ajena que te despierta cuando escuchas según qué audios. Yo trabajo para este Gobierno. Pero se me pasó rápido. Porque vi a los que me rodean —gente honesta, que trabaja de sol a sol— seguir empujando con más fuerza aún. En silencio. Sin fuegos artificiales. Defendiendo, con hechos, lo que otros dinamitan con titulares.
No es momento de cinismo ni de equidistancia. No vale el “todos son iguales”. No lo son. Y lo sabemos. Lo sabemos porque lo hemos visto, con un país donde no todo es economía, sino también dignidad
Esto no va solo de defender un Gobierno. Va de defender una idea de civilización.
No es momento de cinismo ni de equidistancia. No vale el “todos son iguales”. No lo son. Y lo sabemos. Lo sabemos porque lo hemos visto: un país que sube el salario mínimo, que pone en marcha leyes para cuidar mejor, para educar mejor, para repartir mejor. Un país donde no todo es economía, sino también dignidad.
Nos enfrentamos a una reacción global, que no soporta que les hayamos demostrado que menos gasto no siempre es mejor, que la pluralidad es una riqueza, no una amenaza, y que la libertad de expresión incluye también a quien no piensa como tú. Ellos hablan de libertad, pero solo se refieren a la suya.
Por eso no podemos ceder. No ahora. No cuando más se necesita. Esto no va de partidos. Va de principios. Y si no explicamos por qué nosotros somos mejores, otros vendrán a explicar por qué todos somos iguales.
Y eso, créanme, sería una derrota que ni siquiera podremos permitirnos celebrar.
___________________________________
José Manuel Nevado es director de Comunicación Institucional de la Secretaría de Estado de Comunicación.
Lo más...
Lo más...
LeídoPeramato reconoce ante el Congreso a García Ortiz y se compromete a sanar "la herida" de la Fiscalía
Manuel AltozanoIsrael participará en Eurovisión y varios países, entre ellos España, anuncian que no acudirán
infoLibreYolanda Díaz avisa en plena cumbre con Marruecos de que "no habrá cesión de tierra saharaui"
infoLibreTu cita diaria con el periodismo que importa. Un avance exclusivo de las informaciones y opiniones que marcarán la agenda del día, seleccionado por la dirección de infoLibre.
Quiero recibirlaDoña María Moliner: 'Hasta que empieza a brillar'
Ana María Shua y su 'Cuerpo roto'
Cartas de Maruja Mallo
¡Hola, !
Gracias por sumarte. Ahora formas parte de la comunidad de infoLibre que hace posible un periodismo de investigación riguroso y honesto.
En tu perfil puedes elegir qué boletines recibir, modificar tus datos personales y tu cuota.