Premios y galardones

Premios Unión de Actores: “Tres de cada cuatro trabajamos en otra cosa, si es que hay otra cosa”

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La XXIII ceremonia de entrega de los premios anuales de la Unión de Actores y Actrices se celebró este lunes en el Teatro Coliseum de Madrid con dos consignas claras: la denuncia de la alta tasa de paro entre los actores –que llegaron a cifrar hasta en un 80%– y las críticas contra el Gobierno y sus medidas relativas al mundo de la cultura.

La gala, que arrancó con la proyección de un pequeño vídeo integrado por las fotografías de los nominados y una actuación musical a cargo del actor Ángel Ruiz, comenzó a eso de las nueve de la noche y fue presentada por los actores Secun de la Rosa y Llum Barrera.

El primer premio que se entregó fue el de actor secundario de televisión, que recayó en Carlos Santos por su papel de Félix Aranda en El tiempo entre costuras. No fue el único galardón que se llevó la serie: el de mejor actriz secundaria de televisión fue a parar a manos de Elvira Minguez, que interpreta a Dolores Quiroga, mientras que Tristán Ulloa fue galardonado con el premio al mejor actor de reparto en este medio y la protagonista, Adriana Ugarte, recibió el premio a la mejor actriz principal. Ulloa, durante su discurso, ha denunciado que “el 80% de la profesión” está en paro, y ha realizado una encendida defensa de la manifestación que se celebró este domingo en Madrid en defensa de la cultura.

El primer premio que no fue para El tiempo entre costuras fue el de mejor actriz de reparto, que recayó en manos de la actriz Asunción Balaguer por Gran Hotel. El galardón a mejor actor protagonista, por su parte, fue entregado a Emilio Gutiérrez Caba por su interpretación de Vicente Cortázar en la serie de TVE Gran Reserva, aunque el encargado de recogerlo fue el también actor Martiño Rivas. En su discurso, que leyó en su nombre el actor gallego, Gutiérrez Caba denunció el “furioso ataque” que se está produciendo contra la cultura, así como el aumento de la “desigualdad” social.

Tras estas entregas se produjo la primera pausa de la ceremonia, en la cual el secretario general de la Unión de Actores, Iñaki Guevara, recordó la “dura realidad” del sector. “Tres de cada cuatro de nosotros tiene que trabajar en otra cosa, si es que hay otra cosa”, denunció Guevara, que ha criticado, igualmente, el Proyecto de Ley de Propiedad Intelectual, así como el aumento del IVA cultural y la reforma laboral, medidas que, aseguró, aumentan la “precariedad” de su trabajo y perjudican a sus derechos de propiedad intelectual.

Los artistas somos quien da vida a la cultura, y eso jamás podrá extinguirse. Por eso tenemos que estar juntos como ayer, en Recoletos”, defendió Guevara, en referencia a la manifestación de este domingo. En esta línea, el secretario general citó al artista Bertol Bretch para asegurar que “el arte no tiene que ser un espejo para reflejar la realidad, tiene que ser un mazo para transformarla”, afirmación que ha remachado con un “fin de la cita”.

Tras esta pausa, se entregó el premio al mejor actor secundario de cine, que recayó en Roberto Álamo por su papel La gran familia española. Álamo también criticó a “los que mandan”, y aseguró que “la cultura es tan importante como el pan que comemos cada día”. La mejor actriz secundaria de cine, Belén López, así como el mejor actor de reparto en esta misma disciplina, Dani Muriel, se sumaron a la reivindicación por todos los actores en paro.

Alicia Rubio, mejor actriz de reparto

Alicia Rubio, de igual manera, fue reconocida como mejor actriz de reparto por su actuación en La gran familia española. El punto álgido de la gala llegó con la entrega de los galardones a mejor actor y actriz protagonistas de cine, que fueron a parar a las manos de Antonio de la Torre (por Caníbal) y Susi Sánchez (10.000 noches en ninguna parte). De la Torre, que no pudo recoger presencialmente el premio, recordó no obstante a los actores que no pueden ejercer su “derecho universal” de trabajar. Por su parte, Sánchez reivindicó el cine “a pesar de todas las dificultades que el Gobierno pone”, y pidió a los promotores que se arriesguen y apuesten por producciones españolas.

Manuel Gallardo, vicepresidente de la Fundación Actores y Actrices de España, fue el encargado de entregar el premio a toda una vida al actor José Luis Sazatornil Saza, que no pudo asistir a la gala pero de quien se proyectó un vídeo. Gallardo, durante su intervención, criticó que “en un lugar del Gobierno, existe un individuo desorejado […] que no oye el clamor de la cultura”, en referencia al ministro de Educación, José Ignacio Wert.

Tras su discurso, que fue seguido por una actuación musical a cargo de Ángel Ruiz, se entregó el premio a mejor actriz revelación a Olimpia Melinte por su papel en la película Caníbal, un galardón que sin embargo recogió su representante al no encontrarse Melinte en la gala. El mejor actor revelación, por otro lado, fue Hovik Keuchkerian, que actuó en Alacrán enamorado y que comparó el mundo de la actuación con el del boxeo –de donde procede– para afirmar que “la mayoría de la gente en este país no tiene ni puta idea de lo que opina”, por lo que abogó por “no hacer caso” a quienes critican “desde la barrera”.

Pilar Bardem, presidenta de la Fundación AISGE, entregó la mención de honor a cuatro mujeres en representación de la Asociación Cines Zoco Majadahonda, que han conseguido la reapertura de los antiguos Cines Renoir de dicho barrio. Bardem ha crticado a “quienes sólo piensan en el negocio” en este “momento oscuro” para la cultura, y puso como ejemplo de la lucha del “pueblo” por ella a esta organización.

Para cerrar la gala se entregaron los premios en la categoría de teatro. El primer galardonado fue Felipe Andrés, mejor actor secundario por El fantástico Francis Hardy, que ha criticado la subida del IVA cultural y ha asegurado que “la cultura no es solo un entretenmiento; es una necesidad y un derecho”. Acto seguido se entregó el premio a mejor actriz secundaria a Inma Cuevas y los premios a mejor actor y actriz de reparto, que fueron a parar a las manos de Luis Callejo (Los miércoles no existen) y Nuria Gallardo (La verdad sospechosa), respectivamente.

Los premios principales de teatro fueron los últimos en ser entregados. El de mejor actor protagonista se lo llevó Asier Etxeandía –que no pudo recoger personalmente el galardón– por la obra El intérprete; el de mejor actriz protagonista, por su parte, fue a parar a manos de Kiti Mánver por su papel en Las heridas del viento.

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