Libertad prensa

Dawid Isaak, el periodista que lleva más tiempo encarcelado por obedecer a su conciencia

Una de las pocas fotografías que se conservan de Dawit Isaak.

Yaiza Oliva

La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) presenta este miércoles una querella ante la Fiscalía de Crímenes Internacionales en Estocolmo para denunciar la desaparición forzada y la tortura del periodista eritreo Sawit Isaak que lleva encarcelado injustamente desde septiembre de 2001.

Hace más de 19 años, Dawit Isaak fue detenido durante las redadas que el presidente Afeworki ordenó contra opositores y periodistas de medios independientes. Este país africano está considerado uno de los más hostiles en lo que a libertad de expresión se refiere. La clasificación de libertad de prensa por países de Reporteros Sin Fronteras sitúa Eritrea como el tercer peor país para ejercer el periodismo. Tan sólo superado por Turkmenistán y Corea del Norte, ambos países autocráticos entre los que existen paralelismos en el sistema de gobierno. Eritrea logró la independencia de Etiopía en 1993.

En este contexto, el periodista y poeta había regresado a su país para servir a "una Eritrea libre" y fundar un medio reformista. Un compromiso que le costó la libertad. Las elecciones programadas para diciembre de 2001 fueron aplazadas. A día de hoy no se han celebrado elecciones democráticas desde la independencia del país. El Frente Popular para la Democracia y la Justicia es el único partido legal y controla los derechos y libertades de sus habitantes.

El presidente, Isaias Afewerki, lleva 27 años destinando buena parte del escaso gasto público del país a las fuerzas armadas, impidiendo, de esta manera, el desarrollo de la población que vive bajo el umbral de la pobreza. La inversión en defensa, según el FMI, se traduce en un déficit fiscal que el país sufre desde hace años.

La prensa nacional sirve al gobierno desde que el presidente ordenó la detención de los periodistas que podían suponer una amenaza para su mandato. Dawit Isaak lleva recluido en secreto desde entonces y la última prueba de que sigue con vida data de 2005, evidencia Reporteros Sin Fronteras.

Los gobernantes actúan con impunidad ante la mirada internacional

La denuncia que presenta este miércoles la organización señala al propio presidente del país como sospechoso de ordenar el secuestro junto a otros siete individuos entre los que se encuentran los ministros de Relaciones Exteriores, Justicia e Información de Eritrea, así como asesores y miembros de la administración y de los servicios de seguridad de este país del noreste de África.

“Por muy altos que sean sus cargos, las personas que llevaron a Dawit Isaak a prisión y lo han dejado allí enclaustrado durante casi 20 años deben ser consideradas penalmente responsables”, afirma la abogada y ganadora del Premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, cosignataria de la denuncia. La abogada iraní en exilio ha calificado de “urgente” la investigación penal que RSF exige este miércoles a los tribunales suecos. “Mientras estas personas puedan actuar con impunidad, y mientras los Estados que tienen la posibilidad de hacerlo no traten de condenarlas, no podrá progresar la justicia en Eritrea”.

Derechos humanos por encima de los intereses políticos 

No es la primera vez que la organización que vela por la seguridad e integridad de los periodistas denuncie el caso de Dawit. Tras una primera denuncia en 2014, el fiscal general de Estocolmo admitió que se habían cometido "crímenes de lesa humanidad” y que los tribunales suecos debían iniciar una investigación que acabó frenada por el Ministerio de Exteriores sueco argumentando que podría “afectar a las relaciones de Suecia con Eritrea”.

El objetivo de la querella que presenta RSF este miércoles, tal y como ellos exponen, es que se lleve a cabo la investigación internacional que no prosperó en aquel entonces por intereses geopolíticos. "Semejante argumento ya no es válido", sostiene el responsable jurídico de RSF, Paul Coppin. "Cinco años después de esta decisión, Dawit Isaak sigue desaparecido y las autoridades suecas no han conseguido nada: ni su liberación, ni al menos una visita o una prueba de vida. Las numerosas resoluciones o condenas de organismos internacionales, incluidos el Consejo de Derechos Humanos y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, tampoco han logrado que la situación evolucione. Por tanto, es urgente, hoy, emprender acciones penales". Mediante esta querella, la justicia sueca debería detener a los culpables del secuestro del periodista si ponen pie en territorio sueco para ser juzgados, explica la encargada de prensa de RSF España, Malena Mangas. Y, si es necesario, emitir órdenes de arresto internacionales.

En 2019, durante una sesión en el Parlamento en Estocolmo, la propia ministra de Exteriores sueca, Ann Linde, se vio obligada “a concluir que Eritrea, de ninguna manera, ha escuchado nuestras preocupaciones ni ha obrado en consecuencia ". Este año, en el día en que se cumplieron 19 años del “grave” encarcelamiento de Dawit Isaak, la ministra tuiteó que el gobierno persigue el objetivo de que “lo liberen”. “No nos rendiremos hasta que se haya reunido con su familia”, compartió Linde en una publicación en la que, insiste en que “sus esfuerzos continúan sin cesar”.

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El abogado Percy Batt y la jurista Jesús Alcalá han redactado e interpuesto la denuncia. Grandes personalidades del ámbito internacional y los derechos humanos han firmado el documento: la ex alta comisionada para los Derechos Humanos Navi Pillay; la ex presidenta de la Comisión Africana de Derechos del Hombre y de los Pueblos, Pansy Tlakula; el exministro de Justicia canadiense Irwin Cotler; el abogado y miembro del Comité de Derechos Humanos del Colegio Federal de Abogados de Alemania Bernhard Docke; el abogado internacional de derechos humanos David Matas, entre otros.

La denuncia también se presenta firmada por el hermano del periodista, Esayas Isaak que lleva años insistiendo en la responsabilidad legal de la Unión Europea y de Suecia -el periodista tiene la nacionalidad sueca- de hacer todo lo posible para ayudar a su ciudadano.

Si bien la desastrosa situación de los derechos humanos no ha experimentado ningún progreso en Eritrea durante casi 30 años, la justicia sueca puede tener un impacto decisivo para ayudar a Dawit Isaak y a todos los demás periodistas detenidos desde 2001, defienden desde Reporteros Sin Fronteras. Pero también para poner fin a la “impunidad por los delitos cometidos en Eritrea y contribuir a mejorar la libertad de prensa” en el país.

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