El futuro de la monarquía

'Nico', el coronel que hacía “todo lo que le pedía” Juan Carlos, primer militar salpicado por las presuntas corruptelas del emérito

El coronel Nicolás Murga, junto a Juan Carlos I en un acto oficial

Nicolás Murga Mendoza se ha convertido en el primer militar salpicado por las presuntas corruptelas del rey emérito. Durante más de seis años, ejerció como ayudante de campo del rey Juan Carlos, un puesto al que no se accede fácilmente y que consiste en asistir al jefe del Estado de forma permanente en lo que éste ordene y en el desarrollo de actividades oficiales. Ahora, su nombre ha salido en todos los medios de comunicación apuntándole como posible testaferro del dinero que el empresario millonario Allen Sanginés-Krause puso presuntamente a disposición de Juan Carlos I para cubrir parte de sus gastos personales durante varios años después de la abdicación.

Nico, como le llaman sus excompañeros del Ejército del Aire, formó parte del séquito que acompañaba al rey emérito en los actos oficiales. Un colaborador que debía combinar "discreción", "disposición" y buen hacer a la hora de asistir a Juan Carlos I tanto en actos públicos como privados, desde ocuparse de que el uniforme de capitán general que debía llevar a los actos castrenses estuviese siempre a punto, hasta atender cualquier otra petición de carácter personal u oficial de lo que el exjefe del Estado pudiera necesitar, tal y como han explicado a infoLibre fuentes militares y antiguos colegas de Murga.

Dentro del séquito de ayudantes y escoltas que acompañan a los reyes y los reyes eméritos, hay militares y civiles. El coronel Murga, ahora en la reserva, entró a formar parte del Cuarto Militar de la Casa Real como miembro del cuerpo de ayudantes de campo, un personal que ejerce de asistencia permanente, aunque también se turnan para desempeñar labores de séquito de honor de los jefes de Estado extranjeros en las visitas oficiales que éstos realizan a España. De estos ayudantes, cuatro pertenecen al Ejército de Tierra, dos a la Armada, otros dos al Ejército del Aire y uno a la Guardia Civil. En el caso de Murga, fue asignado a Juan Carlos I.

Todos los ayudantes dependen del jefe del Cuarto Militar, que es quien dirige en la Casa del Rey cualquier asunto relativo a la representación de honor de la institución militar. Es el que hace la entrevista final a los candidatos a ayudantes de campo de una terna que suele ser de tres aspirantes propuestos por el Ministerio de Defensa, por lo que se trata de un cargo de libre designación. Es el puesto que desempeñó Murga al final de su carrera castrense, tras más de 35 años en el Ejército del Aire, y al que accedió siendo teniente coronel. En este empleo también pasó a la reserva y fue en esta condición cuando solicitó el ascenso a coronel, que le fue concedido al poco de abandonar Zarzuela, según las fuentes consultadas, hace ahora unos dos años.

Murga no venía de cualquier parte cuando fue propuesto para el trabajo de ayudante de campo de Juan Carlos de Borbón. Había sido agregado militar en la Embajada española en Marruecos, puesto que existe en todas las legaciones diplomáticas para encargarse, siempre bajo autoridad del embajador, de cualquier asunto de índole castrense que pueda surgir en el marco de las relaciones con el país en cuestión. Antes de eso, una carrera militar de más de treinta años por la que pasó por unidades de operaciones especiales y paracaidistas. Además, según las citadas fuentes, durante un año y medio trabajó en la oficina de comunicación del Ejército del Aire.

Investigación secreta durante casi un año

Excompañeros de Murga no esconden su sorpresa por las informaciones que han aparecido estos días en los medios de comunicación y que le señalan en las diligencias secretas que ha llevado a cabo durante casi un año la Fiscalía Anticorrupción sobre los gastos del rey emérito y otros miembros de su familia con fondos no declarados a la Agencia Tributaria durante los años 2016, 2017 y 2018. Gastos que se podrían haber pagado con tarjetas opacas, según apunta elDiario.es. Los investigadores indagan acerca de si el militar pudo ejercer como testaferro de la supuesta operativa por la que el ex jefe del Estado recibía dinero del empresario Sanginés-Krause. Los delitos que se barajan, blanqueo de capitales, fraude a la Hacienda Pública e incluso cohecho si el dinero hubiera sido aportado por Juan Carlos de Borbón como pago a la obtención de un determinado beneficio económico o empresarial.

La investigación se inició a raíz de una denuncia de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac) respecto de los movimientos de una cuenta a nombre del coronel Murga que habían llevado a sospechar que el origen del dinero que habría sido empleado en gastos del rey emérito y otros familiares procedería del empresario.

Consultados por infoLibre, antiguos compañeros de Murga en el Ejército dudan de que haya hecho algo ilegal, pues le consideran una persona intachable. Subrayan su lealtad a Juan Carlos I, como la que, apuntan, guardan todos los militares con vocación de servicio a España, aunque no hasta el punto de participar en una trama como la que investiga Anticorrupción. La función de ayudante de campo está para "ayudar" al rey y por tanto cuando se le encomienda cualquier acción, tiene que llevarla a cabo, pero siempre dentro de los límites que marca la ley, aclaran.

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Tal y como han informado varios medios de comunicación, y ha confirmado infoLibre de fuentes fiscales, el círculo del dinero en el que las pesquisas apuntan al rey emérito y el coronel Murga lo cerraba el millonario Sanginés-Krause, un empresario de 61 años con nacionalidad mexicana y británica con más de un cuarto de siglo de experiencia en banca de inversión, principalmente en Goldman Sachs, donde ejerció diferentes puestos de responsabilidad, incluido el de máximo dirigente de la compañía en España. Fue en esos años cuando, según cuentan, labró una amistad con Juan Carlos I que aún perdura.

Sanginés-Krause es miembro del Consejo de Administración de AB Investment Kinnevik, presidente del Consejo de Administración de RLD, presidente del Consejo de Administración y miembro del Comité Ejecutivo de RLH Properties –compañía que compró en 2018 el hotel de lujo Villa Magna, en Madrid– y miembro del Comité de Inversiones de Balam Fund I. También preside el Council of the Graduate School of Arts and Sciences de la Universidad de Harvard, es miembro del Campaign Board of the Historic Royal Palaces de Reino Unido y del Royal Institute of International Affairs.

Las diligencias fiscales iniciadas en diciembre de 2019 han incluido comisiones rogatorias e interrogatorios y, según informa Europa Press, los fiscales de Anticorrupción encargados del caso, Luis Pastor y Belén Suárez, acababan de obtener hace unas semanas una prórroga para continuar con las pesquisas justo cuando la Fiscalía General del Estado que dirige Dolores Delgado ha reclamado toda la investigación para que ésta sea asumida por el fiscal del Supremo Juan Ignacio Campos, al ser el rey emérito aforado ante este tribunal. Campos es quien también se hizo cargo de las diligencias por posible fraude fiscal y blanqueo de capitales relacionado con el origen de la presunta fortuna del rey emérito en cuentas en paraísos fiscales. El fiscal ya está redactando el informe, que previsiblemente dará por cerrada la investigación por la inviolabilidad del ex jefe del Estado hasta 2014.

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