España, el tercer país europeo con más agresiones físicas a sanitarios por culpa de un sistema "saturado"
El 84% de los sanitarios españoles ha sufrido algún tipo de violencia en su trabajo en el último año. El dato, procedente del informe Salud mental de enfermeras y médicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), coloca a España como uno de los países europeos donde los profesionales de la salud están más expuestos a las agresiones físicas y verbales.
El estudio, con más de 90.000 encuestados en los 27 países de la Unión Europea, Islandia y Noruega, revela que el 77,6% de las personas que trabajan en la sanidad europea han sido víctimas de violencia. Además, la OMS advierte en el informe de que la exposición constante a este tipo de situaciones duplica la probabilidad de sufrir problemas de salud mental. En Europa, el 24% de los sanitarios padece ansiedad y un 13% depresión, unas cifras similares a las registradas en España.
Uno de los principales factores que señalan los sindicatos para explicar este clima laboral es el deterioro de los servicios públicos. Irene Álvarez, responsable de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO, apunta que las cargas de trabajo que soportan los profesionales y la saturación de determinados servicios también "generan una espiral de violencia". "Cuando hay una saturación en determinados servicios de salud y la ciudadanía los percibe como deteriorados, lo acaban pagando con el que tienen delante", añade.
La asiduidad con la que se repiten estos hechos ha provocado que profesionales como Carmen Alonso, enfermera en el Hospital Universitario de Móstoles (Madrid), hayan normalizado los insultos como parte de su día a día. "Si ya de por sí nuestro trabajo es complicado y a eso le sumas la tensión de estar oyendo frases como 'te voy a matar', cuando llegas a casa tienes ganas de poco", relata Alonso a infoLibre.
España es el tercer país con más agresiones físicas
Si ya los datos a nivel europeo son preocupantes, España supera con creces varias estadísticas vinculadas a la violencia que se ejerce en los centros de salud y hospitales. En cuanto al manejo de la ira de los pacientes, una de las situaciones más habituales, un 76% de los sanitarios españoles lo ha sufrido en el último año, cinco puntos por encima de la media europea (71%).
No obstante, la brecha se vuelve aún mayor cuando se analizan los niveles de violencia física y amenazas. En España, el 35% del personal ha sufrido agresiones físicas en los últimos doce meses, lo que sitúa al país como el tercero con mayor incidencia, solo por detrás de Irlanda y Polonia. A ello se suma que el 50% de los profesionales declara haber recibido amenazas violentas, casi 20 puntos por encima del promedio europeo.
Alonso incide en que descalificativos como "inútil" o frases como "para eso te pago" por parte de los usuarios son habituales en cada jornada. Además, advierte de que las ataques físicos "son cada vez más frecuentes". "Una de las agresiones que yo he recibido fue en la unidad de hospitalización de Móstoles. Una paciente se empezó a poner cada vez peor y, cuando le dijimos a su hija que saliera de la habitación, lo mínimo que me llamó fue 'hija de puta' y me intentó pegar. Menos mal que estaba mi compañera para poder calmarla", detalla.
La actitud de los pacientes y sus familiares, según Álvarez, ha cambiado "de manera drástica" en los últimos años. "Los compañeros y compañeras nos trasladan que cada vez es más frecuente que les falten al respeto. Antes las familias siempre eran colaboradoras y ayudaban en lo que podían en los hospitales, y ahora en la mayoría de los casos no atienden a sus familiares ni respetan al personal", amplía la representante de CCOO.
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A escala nacional, el Informe de agresiones a profesionales del Sistema Nacional de Salud 2024, publicado por el Ministerio de Sanidad, también confirma el aumento de la violencia en los centros públicos. En total, durante el año pasado se notificaron 17.070 agresiones a trabajadores del sistema público, lo que supone 2.364 casos más que en 2023 y un incremento del 15,7%. El dato equivale a 24,6 ataques por cada 1.000 profesionales en activo, la cifra más alta desde que existen registros homogéneos (2017).
De todas las agresiones notificadas, 2.946 fueron de carácter físico (empujones, golpes u objetos arrojados) y 14.217 de tipo no físico (insultos, amenazas, coacciones o vejaciones). Aunque las segundas siguen siendo mayoría, ya que representan el 84% del total, las agresiones físicas no dejan de crecer desde 2021, según el informe.
Sin embargo, tanto Alonso como Álvarez coinciden en que la realidad "va más allá de lo que reflejan los datos oficiales". "Nadie notifica cada vez que se nos falta al respeto a diario. A día de hoy, lo único que se denuncia en la mayoría de las ocasiones son las agresiones físicas", lamenta la enfermera de Móstoles.