David Chase, autor de 'Los Soprano', o la incapacidad para ser feliz
HBO Max ofrece un documental en dos largas partes para revivir, o si queda alguien sin verla, acercarse a Los Soprano, la serie que llevó a la televisión a unos códigos hasta entonces completamente desconocidos.
Los Soprano contaba la vida de un exitoso capo de la mafia de Nueva Jersey, Toni Soprano, a partir de unos ataques de pánico que le llevan a terapia. Nunca se había creado un protagonista serializado con tal complejidad psicológica.
Una larga entrevista al autor de la serie
Este trabajo que rememora la serie se articula en torno a una larga entrevista a David Chase, el padre de la criatura, creador del personaje, guionista y productor ejecutivo a lo largo de las seis temporadas.
El documentalista, Alex Gibney, reproduce la consulta en la que Toni, interpretado por James Gandolfini, recibía atención psicológica y sienta en el diván a Chase. Escuchándole se entienden mejor las cosas, porque mucho de su protagonista está en su propia personalidad.
Carta de odio a una madre
Para empezar, se establece claramente que la serie trataba sobre un hombre de mediana edad con una madre insufrible. Esta era la obsesión del guionista, todo el mundo la conocía y le animaban a escribir sobre ello.
Como el tema quedaba flojo para un guion, Chase convirtió a su alter ego en la ficción en un mafioso como los tipos que él mismo veía por el Nueva Jersey de su infancia. A pesar de su apellido, Chase también desciende de inmigrantes italianos como sus personajes.
Tipos duros dentro y fuera de la pantalla
Y al igual que Toni Soprano, Chase es un tipo duro. El guionista fue famoso en su momento por cabezón y correoso. Gracias a su intransigencia la serie resultó más personal, intensa y provocadora.
A cambio, Chase se las tuvo que ver con los ejecutivos de HBO, con los guionistas o con el propio James Gandolfini, fallecido en 2013. Con el brillante intérprete llegó a tener una relación de almas gemelas al principio de la serie.
La pesada entrega de James Gandolfini a Toni Soprano
Gandolfini se entregó completamente al proyecto. Y la serie le exigió mucho. Para empezar, una enorme cantidad de trabajo al ejercer como absoluto protagonista. Se añadió su compromiso mental total para conocer al personaje hasta el fondo. Y Toni le llevaba a bucear en sí mismo en busca de su lado más violento y despiadado.
Jimmy, como le llama Chase, terminó resintiéndose, alcoholizándose y desapareciendo del set días enteros. Para entonces, su amistad se había convertido en fatiga y ya casi no hablaban entre ellos.
Sin embargo, volvieron a trabajar juntos en la película Not fade away y recuperaron su trato hasta el punto de que la familia de Gandolfini pidió a Chase que hablase en su funeral.
La dificultad del trabajo creativo en equipo
Respecto a los guionistas, Chase tenía fama ya en su momento de tener problemas con el trabajo colaborativo. El documental tiene entre sus aciertos la participación de la guionista Robin Green.
Green trabajó con Chase mucho tiempo. Tuvieron una conexión especial criticando a sus respectivas madres, algo que Chase hizo con más personas. Tras unas primeras temporadas de la serie en la que consiguieron grandes episodios, ella y su esposo, Mitchell Burgess, también parte del equipo de guion, cayeron en desgracia.
Ríos de tinta sobre la sala de guionistas
El asunto fue ampliamente recogido en el libro de memorias de Green, La única chica, y en Hombres fuera de serie, De Los Soprano a The wire y de Mad men a Breaking bad. Crónica de una revolución creativa, de Brett Martin, que describe a Chase como un neurótico egocéntrico.
En el documental, Robin Green hace una lectura más amable sobre su conflicto pasadas las décadas. Tampoco los problemas entre Gandolfini y Chase son abordados aquí. Hay que entender que el documental es una pieza basada en Chase y con su absoluta colaboración.
HBO como el lugar oportuno para la revolución televisiva
Sobre su relación con HBO, se evoca porqué se convirtió en el lugar oportuno en el momento oportuno para un cambio de lenguaje televisivo. Además, se menciona especialmente uno de los dilemas principales que ya fue ampliamente debatido y analizado en su momento, cuando Los Soprano se convirtió en objeto de culto instantáneo. Se trata de lo que ocurre en el episodio quinto de la primera temporada, College. En él, Toni acompaña a su hija Meadow a visitar universidades en Maine. La joven pregunta a su padre si trabaja en la mafia, cosa que él niega al principio. En una parada de su viaje, Toni reconoce a un soplón y decide que tiene que liquidarlo para mantener el respeto a su “familia”.
Toni tenía que ser un asesino
Los ejecutivos de HBO se quedaron horrorizados al leer en el guion que el carismático personaje que acababa de ser creado se convertía en un asesino que mata suciamente con sus propias manos y a sangre fría.
Chase argumentó que si Toni no era un tipo duro no tendría credibilidad como mafioso e insistió hasta imponer su visión. HBO le sugirió reforzar la amenaza que suponía para él el delator y así se hizo.
El argumento tenía una intensa trama secundaria. La esposa de Toni, Carmela, invitaba a casa a su sacerdote de confianza y entre vino y vino la situación se volvía ambigua entre ellos. Ese episodio se convirtió en el favorito del propio Chase según expresó más tarde.
Lo que hay de Chase en Soprano
A parte de lo dicho en el documental sobre la creación de la mítica serie, tener a Chase sentado en el diván permite reconocer algún rasgo de Toni Soprano en él. La insatisfacción crónica es el más destacado.
Ni el mafioso ni el guionista consiguen sonreír relajados o parecer remotamente felices al evocar los buenos tiempos. Hay ego en ambos, reconocimiento de lo bien hecho, pero no plenitud o disfrute.
El más listo de la habitación
Otra de las claves da título a este trabajo. Toni Soprano podía cometer errores y tomar alguna decisión estúpida, pero siempre fue el tipo más inteligente en la habitación. Así lo describe su creador y así describe a Chase Alex Gibney, autor de este retrato del autor de la serie. Ese wise guy, tipo listo, es ahora su héroe con rincones oscuros.
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Por su parte, Gibney es garantía de un trabajo interesante. Ganó un Óscar en 2007 por un documental sobre un taxista torturado y asesinado por fuerzas estadounidenses en Afganistán. Ganó tres premios Emmy en 2013 por una investigación sobre los abusos sexuales en la iglesia católica y otros tres en 2015 por su trabajo sobre la iglesia de la cienciología.
Su propia incursión en la ficción televisiva ha sido apasionante con The looming tower, la adaptación de una novela de Lawrence Wright sobre el crecimiento de Al Qaeda y la incapacidad de la CIA y el FBI para impedir los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Es curioso recordar que David Chase no ha desarrollado ni antes ni después un trabajo autoral que pueda compararse a Los Soprano. El documental ayuda a entender hasta qué punto la serie supuso un vaciado de sus demonios y de las fuerzas que le animan.