De su amistad con Epstein a la división dentro de MAGA: todos los frentes abiertos de Donald Trump en 2026

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

François Bougon (Mediapart)

Este año, Donald Trump ha decidido conceder dos días libres adicionales a los funcionarios públicos la víspera y el día después de Navidad. Por lo general, los presidentes estadounidenses concedían uno u otro, pero nunca los dos.

Esta generosidad inesperada podría interpretarse como un intento de redimirse ante una administración federal que ha destrozado desde su regreso al poder el pasado mes de enero. Pero el inquilino de la Casa Blanca también necesita, sobre todo, descanso y un respiro tras un final de año marcado por reveses, polémicas y signos de creciente división y rebelión dentro del Partido Republicano.

A menos de un año de las elecciones de medio mandato, previstas para noviembre de 2026, el mes de diciembre ha sido especialmente devastador para quien cumplirá 80 años el año que viene y que recientemente ha mostrado signos de cansancio, como quedarse dormido en reuniones.

En primer lugar, el caso Epstein no deja de atormentarle. Desde el verano, la gestión de Pam Bondi, secretaria de Justicia, ha sido catastrófica. Muchos la han percibido como un intento de silenciar posibles revelaciones sobre el delincuente sexual fallecido en 2019, que fue amigo de Donald Trump durante muchos años.

Obligada por ley a revelar antes del pasado viernes la totalidad de los archivos en poder de Justicia, la administración no lo ha hecho y, además, ha tachado gran parte de los documentos.

Sospechas de ocultación

La revelación el pasado fin de semana de una quincena de documentos (entre ellos una foto en la que aparece Trump), que posteriormente fueron retirados de la página web de Justicia, ha reavivado las especulaciones. La foto finalmente se volvió a publicar. El número dos del departamento de Justicia, Todd Blanche, entrevistado el domingo en el programa de NBC News "Meet the Press", negó querer censurar elementos relacionados con el presidente —”Esto no tiene nada que ver con el presidente Trump”— y explicó que solo quería proteger a las víctimas.

Se retiraron varias fotografías después de que fueran publicadas el viernes. Eso se debe a que un juez de Nueva York nos ordenó tener en cuenta las solicitudes de cualquier grupo de víctimas o de defensa de derechos de las víctimas si tenían alguna preocupación sobre ese material”, declaró Todd Blanche.

Eso no convenció a los dos representantes que llevan meses liderando la lucha en este asunto, el republicano Thomas Massie y el demócrata Ro Khanna. El domingo no descartaron iniciar un proceso de destitución, desacato o incluso acciones legales por obstrucción a la justicia contra funcionarios del departamento de Justicia.

Entrevistado por la CNN, el representante Jamie Raskin, principal político demócrata en la comisión judicial de la Cámara de Representantes, consideró que el departamento no había mostrado “ninguna deferencia ni respeto por las víctimas, por los supervivientes de esta pesadilla”.

“Se trata únicamente de ocultar información que, por alguna razón, Donald Trump no desea hacer pública, ya sea sobre él mismo, otros miembros de su familia, sus amigos, Jeffrey Epstein o simplemente la red social, profesional y cultural en la que se movió durante al menos una década, si no más”, prosiguió.

Unos días antes, la Casa Blanca se había visto sacudida por la publicación de dos artículos en la web de la revista Vanity Fair —la bien llamada “Feria de las vanidades”—, basados en once entrevistas realizadas por el periodista Chris Whipple a la actual jefa de gabinete de la Casa Blanca, la todopoderosa Susie Wiles.

La franquedad de Wiles sobre Donald Trump y su círculo más cercano han dado que hablar: Trump “tiene una personalidad de alcohólico”, afirmó, y J. D. Vance, cuya conversión al trumpismo considera oportunista, es “conspiranoico desde hace una década”, confesó. La Casa Blanca denunció un artículo tendencioso y sesgado, pero el daño ya estaba hecho.

Discordias en escena

Para empeorar aún más la situación del bando presidencial, el movimiento Maga volvió a mostrarse dividido, en particular en lo que respecta al apoyo a Israel y a las acusaciones de antisemitismo lanzadas contra algunas figuras de la coalición. Ocurrió durante el AmericaFest, un encuentro conservador organizado en Phoenix, Arizona, por Turning Point USA. Se trataba de la primera edición de este evento desde el asesinato en septiembre de su fundador, Charlie Kirk.

Ben Shapiro, un influyente podcaster que se declara judío ortodoxo y partidario de Israel, rompió hostilidades el jueves al afirmar que “el movimiento conservador está gravemente amenazado” por los “charlatanes”, los “defraudadores” y los “estafadores”. En particular, denunció la invitación de Tucker Carlson al supremacista blanco neonazi Nick Fuentes en su podcast, calificándola de “acto de imbecilidad moral”.

“Lo vi y me reí”, respondió el experiodista Tucker Carlson, protestante episcopaliano con más de 30.000 fieles, rechazando cualquier tipo de antisemitismo, “porque el antisemitismo es inmoral en la religión”. “Mi único argumento era que no quiero una guerra terrestre con Irán. Me dejé llevar por la emoción y dije que no quería una nueva guerra para cambiar el régimen en Irán”, añadió.

Tucker Carlson denunció la guerra genocida que Israel está llevando a cabo en Gaza: “Si un hombre comete un delito, ¿matamos a sus hijos? Da igual que sea en Minneapolis o en Gaza. No, no lo hacemos”, afirmó, y añadió: “Dios no está del lado de ningún país”.

Steve Bannon, una de las voces más influyentes de este entorno Maga —y que también cuestiona el apoyo de Washington a Israel en nombre de la política America First—, consideró por su parte que “Ben Shapiro es como un cáncer, y ese cáncer se está extendiendo”.

Republicanos que plantan cara

El vicepresidente J. D. Vance, campeón de los nacional-conservadores e ideólogo jefe de la coalición Maga, habló en el escenario de AmericaFest el domingo 21 de diciembre. Se presenta como el posible heredero de Donald Trump como candidato republicano en 2028 y no quiso tomar partido.

“El presidente Trump no ha construido la mayor coalición política sometiendo a sus seguidores a interminables y contraproducentes pruebas de pureza”, afirmó. Él dice: ‘Devolvamos la grandeza a Estados Unidos’, porque todos los estadounidenses están invitados. No importa si eres blanco o negro, rico o pobre, joven o viejo, rural o urbano, controvertido o un poco aburrido, o algo intermedio”.

La viuda de Charlie Kirk, Erika, le prometió el apoyo del movimiento que ha heredado. “Vamos a elegir al amigo de mi marido, J. D. Vance, como 48º presidente de la forma más rotunda posible”, afirmó. Pero antes, el Partido Republicano tendrá que superar las elecciones de medio mandato de noviembre de 2026. Y estas no prometen ser fáciles.

Ha comenzado la temporada del pato cojo [expresión que designa a un presidente sin poder e impopular]

Marjorie Taylor Greene, diputada republicana

Las promesas económicas incumplidas de Trump han favorecido durante meses a los demócratas en las últimas elecciones y algunos políticos republicanos están empezando a distanciarse. “El dique está cediendo”, señaló a la CNN  la congresista Marjorie Taylor Greene, que no se presentará a la Cámara de Representantes.

Trece representantes republicanos han votado junto a los demócratas para rechazar un decreto presidencial que cuestionaba los derechos sindicales de los funcionarios federales.

A mediados de diciembre, los representantes republicanos de Indiana, un Estado conservador del Medio Oeste, rechazaron por amplia mayoría la redistribución electoral que Trump les exigía para eliminar dos escaños demócratas en el Congreso.

El presidente denunció una falta de lealtad y prometió hacer todo lo posible para impedir la reelección de quienes habían votado en contra de su proyecto. Uno de los rebeldes explicó que no quería “actuar al capricho de un presidente preocupado por su popularidad en las próximas elecciones”.

Para Marjorie Taylor Greene, esto es una señal de que “ha comenzado la temporada del pato cojo [lame duck, expresión que designa a un presidente sin poder e impopular, nota del editor]” y que “los republicanos actuarán únicamente en su propio interés para salvar su reelección”.

Continúa la reorganización de la CBS

La nueva redactora jefe de CBS News, Bari Weiss, cuyo nombramiento fue respaldado por el propio Donald Trump, decidió el domingo cancelar un reportaje televisivo del famoso programa “60 Minutes”, apenas tres horas antes de su emisión. La investigación se centraba en las violaciones de los derechos humanos en la prisión salvadoreña CECOT, el “centro de confinamiento del terrorismo” de máxima seguridad al que la administración Trump había enviado a cientos de migrantes venezolanos.

Según la radio pública NPR, Weiss consideró que faltaba una entrevista con un representante de la administración Trump, por ejemplo, Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca. La periodista que realizó el reportaje, Sharyn Alfonsi, denunció en un correo electrónico dirigido a sus colegas que eso fue una “decisión política y no editorial”. El lunes por la mañana, Bari Weiss consideró que el documental “no estaba listo”. “Aunque el reportaje presentaba testimonios conmovedores sobre los actos de tortura perpetrados en el CECOT, no contribuía a hacer avanzar las cosas”, añadió. En su correo electrónico, Sharyn Alfonsi precisó que nadie en la Casa Blanca había querido responderle.

Bari Weiss, experiodista del New York Times que posteriormente creó el medio de comunicación The Free Press y se distinguió por sus ataques contra el “wokismo” y las políticas a favor de la diversidad, fue nombrada en octubre tras la adquisición de su web de noticias por David Ellison, hijo de un amigo de Donald Trump y propietario de Paramount Skydance, la empresa matriz de CBS.

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La compra de Paramount por parte de Ellison fue aprobada en julio por la administración Trump, después de que Paramount pagara 16 millones de dólares para poner fin a una demanda presentada por el presidente Trump contra el programa “60 Minutes”.

 

Traducción de Miguel López

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