"Favorecer a quien lo hace bien es rentable": el impacto de los fondos sostenibles ASG a debate en infoLibre

Las empresas cada vez son más conscientes del papel fundamental que tienen en el camino por lograr los objetivos desarrollados en la Agenda 2030. Los fondos ASG: ambientales, sociales y de gobierno corporativo, son un ejemplo de este compromiso del sector privado con la sociedad.

Este jueves, infoLibre ha organizado una mesa redonda en colaboración con Ibercaja, para explicar con detalle en qué consisten estos productos de inversión y de ahorro para la jubilación, de la mano de varios expertos en la materia, con la directora general de infoLibre, Marta Gesto, como moderadora. 

Lily Corredor, directora general de Ibercaja Gestión, una de las financieras que se encargan de gestionar estos fondos verdes y sociales, ha explicado cuál es el principal plus de este tipo de operaciones, que, además de seguir parámetros de rentabilidad, cuentan con un análisis en el que se observa cuál es el comportamiento de la empresa. “Vemos cómo es su papel en la sociedad, su respecto en el ámbito medioambiental, su transparencia o trato con los empleados y, con todos estos datos, favorecemos las inversiones a quienes lo hacen bien y se esfuerzan, que a larga serán más rentables”.

Una de las entidades que perciben parte de estos fondos es Energía sin Fronteras. Jesús Abadía es director general de esta ONG, que se encarga de llevar suministro eléctrico e hídrico a zonas en desarrollo: “Naciones Unidas nos está marcando el camino desde 2015, gracias a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en los que, por primera vez, las empresas y la sociedad se hacen partícipes del cambio”. 

Verónica  López, consultora de Área de Economía Aplicada y profesora del programa Ejecutivo en Finanzas sostenibles de Analistas Financieros Internacionales, ha incidido en la importancia de los ODS, además de poner encima de la mesa el concepto de “finanzas sostenibles”: “Es un concepto que tenemos que tener muy presente y, aunque puede parecer muy complejo, lo que hace es referencia a todo esto que hasta ahora no era visible con los ojos, como es el impacto en la sociedad y el medioambiente”.

Otro de los intervinientes en el coloquio ha sido Joaquín Garralda, presidente de SPAINSIF, una plataforma de encuentro y referencia en materia de inversión sostenible, que se encarga de unir a las partes que participan en la puesta en marcha de estas operaciones, “desde bancos y gestoras, a los proveedores de información o las ONG y sindicatos, que forman parte de la comisión de seguimiento”. Garralda explica cómo funcionan estos fondos con un ejemplo: “Son como un coche. Hay muchas marcas diferentes y, dentro de cada una, hay diferentes modelos y tamaños. De la misma manera, hay cantidad de estrategias y formas de influir en la sociedad, tanto a corto, como medio y largo plazo”. Siguiendo con este análisis, Corredor apunta a que hay mucho trabajo detrás por parte de las gestoras y unas políticas de exclusiones muy restrictivas. “Medir el impacto real de una empresa no es sencillo, aún estamos ante ese reto y en un proceso de aprendizaje para llegar a lo pactado en París”.

Abadía, como miembro de una entidad solidaria, cree que estamos avanzando en el buen camino, pero falta que las empresas “den un paso más”: “No basta con que apliquen buenos criterios en sus inversiones, tienen que añadir el matiz de la solidaridad. Esto es lo que hace Ibercaja con el segundo apellido de sus fondos, el de ‘sostenible’, que significa que destinan parte de sus beneficios a proyectos como el nuestro, en lugares como Camerún, en los que, de otra manera, ninguna empresa invertiría”.

La ONG Energía sin Fronteras, lleva dos décadas trabajando en zonas de Latinoamérica y África, donde hay serios problemas de suministro de agua y electricidad. Ya han puesto en marcha más de un centenar de proyectos y han ayudado a medio millón de personas. Gracias a la iniciativa Tú dinero con corazón, impulsada por Ibercaja, la compañía ha conseguido los fondos necesarios para iniciar otros seis nuevos proyectos en Camerún, donde un 75% de la población rural no tiene acceso a la energía. La mayor parte ha ido destinada a una infraestructura fotovoltaica en un colegio en el que estudian 600 alumnos y a unos pozos fotovoltaicos y fuentes, de las que se van a beneficiar unas 8.000 personas. 

“Con estas propuestas el ahorrador ve que su impacto social es aún mayor, porque no sólo envía sus fondos a buenas causas, sino que sabe que la gestora también pone su granito de arena”, argumenta Corredor que cuenta, además, que los usuarios tienen la posibilidad de hacer voluntariados en estas asociaciones: “Por otro lado, siempre guardamos una parte para colaborar en situaciones sobrevenidas como el terremoto de Marruecos o a las inundaciones en Libia”

Qué son los Fondos ASG y cómo pueden contribuir a la sostenibilidad, a debate en infoLibre

Verónica López, que empezó su carrera como cooperante en  América Latina, cree que el sector financiero “tiene mucho que aprender del sector fundacional y de las ONG”, porque estas entidades llevan décadas sujetas a la necesidad de rendir cuentas y de ser transparentes algo que las empresas están empezando a aplicar. 

Garlada recalca que aún queda mucho camino por recorrer: “Por ejemplo, hasta ahora se había invertido sobre todo en empresas tecnológicas y, con la subida del coste de la energía, su rentabilidad ha bajado, mientras subían las petroleras. Es muy complicado saber qué va a pasar a corto plazo por estas fluctuaciones”. Aún así, es positivo y cree que en unos años iremos a mejor y que lograremos, incluso, que este acrónimo “desaparezca”, porque ya todo el mundo tenga que cumplir con estos criterios, cada vez más fáciles de medir e identificar, “lo que a su vez aumentan el compromiso y la confianza de los inversores”. 

En esta misma línea apuntan el resto de expertos, que identifican algunos de los retos que quedan por delante para conseguir que la sostenibilidad y la responsabilidad social sea una realidad. López recuerda que cada vez estamos más cerca de 2030 y que será entonces cuando “tendremos que justificar todo lo que hemos hecho en estos 15 años”. Abadía señala que “no debe perderse el foco en los países menos desarrollados” y en la necesidad de aliviar parte de su deuda: “Con la acción solidaria y humanitaria no se van a resolver los problemas en absoluto”, añade. Por último Corredor concluye apuntando a que, desde la perspectiva financiera, aún necesitan que Europa avance en materia regulatoria: “Tenemos que ser rápidos porque se nos está yendo el tiempo como arena en mano abierta”.

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