De cordón sanitario, ni hablar
Tras las manifestaciones de Emilio García-Page, Óscar Puente y Teresa Ribera sobre facilitar la investidura de Mañueco con la abstención del PSOE, se me ocurre la siguiente reflexión.
Siempre que en el escenario político no hay un dominio claro de los actores en juego, como antaño pasaba con la alternancia bipartidista, surgen dilemas de variado signo, normalmente dicotomías enfrentadas de signo contrario.
De los resultados de Castilla y León se infieren a mi juicio dos opciones: una integración de Vox en el gobierno de Mañueco con las consecuencias nefastas a todos los niveles o que el PSOE con su abstención facilitara el gobierno de Mañueco y por ende impidiera el acceso de Vox al gobierno autonómico.
Se trataría de aplicar lo que en Francia y Alemania existe y que se ha dado en llamar "cordón sanitario". Tal intención siendo muy loable y "buenista" la veo sin embargo poco probable con este PP y en cuanto a tiempos un poco ya pasado el arroz. En mi opinión haría falta un acuerdo de amplio espectro entre los dos grandes partidos a nivel de todo el Estado ya que no se podrían hacer distingos entre unos y otros territorios.
Además me parece de una ingenuidad palmaria pedirle eso al PSOE ahora tras las trampas de Murcia y UPN ya que si algo está demostrado es que no se puede confiar en un partido dominado por estafadores y trileros profesionales, pues siempre que ha existido consenso y respeto a lo pactado ha sido cuando el PSOE se encontraba en la oposición, jamás al contrario.
Incluso por muy loable que fuera la intención de ese cordón sanitario, el PSOE no puede dilapidar su principal activo, que es su capacidad para entenderse a su diestra y a su siniestra, con la periferia y los extremos, algo de lo que carece este PP, acomplejado y errático.
Apechuguen pues Casado y Egea con sus nutrientes vitamínicos a Vox y que se peguen de garrotazos entre ellos por la hegemonía, que al fin y a la postre ya vendrá Ayuso a ponerles en su sitio, lo que en última instancia favorecerá la expresión de las tendencias moderadas de la sociedad, ahora huérfanas y que a falta de mejor postor puede ser ocupado por un PSOE más centrado
El único escollo a mi entender, y no menos problemático para ocupar ese centro, es el entendimiento con el nacionalismo de izquierdas, que en territorios marcadamente conservadores de su españolismo, como Castilla y León, echa atrás a ese electorado potencial. Esa puede ser la razón de que el PSOE en estas elecciones no haya repetido triunfo como en 2019…
Javier Herrera es socio de infoLibre