Las mazmorras del Kremlin

Pako Martí

“Toda Rusia es una gran cárcel”. Nikita Kondratiev.

Cuando se escribe no se puede tener miedo a hacerlo.

El Kremlin o lo que viene siendo el organismo vigilante de las telecomunicaciones conocido como Roskomnadzor y el Tribunal Supremo cierran, chapan o revocan la licencia al diario Nóvaya Gazeta. De una tacada se cargan tres décadas de periodismo ruso y a uno de sus referentes: Dmitri Muràtov, Premio Nobel de la Paz 2021 y director del periódico. No volverá a publicar nada en la Rusia del genocida Putin.

En un breve comunicado, Nóvaya Gazeta confirma la noticia en su web. “Recibimos otra advertencia de Roskomnadzor. Después de ello, suspendemos la publicación del periódico en la página web, en las redes y en el papel hasta el final de la “operación especial en el territorio de Ucrania”. Atentamente, los editores de Nóvaya Gazeta”. Esto se llama miedo, huele a miedo. De ahí el eufemismo de “operación especial”, cuando es una puta guerra. Esto es lo que hay y acontece tras las puertas del Kremlin, mientras sus adeptos ejecutan el algoritmo del miedo, "bang, bang" y "hasta luego, Lucas".

De una tacada se cargan tres décadas de periodismo ruso y a uno de sus referentes: Dmitri Muràtov

La información, la libre información es lo poco que nos queda a los que brujuleamos entre titulares, y nos hacemos eco de noticias que nos dan una hostia en la cara con la mano abierta, por el sinsentido de la información o la crueldad de la misma. Es el caso de Nóvaya Gazeta, que arrastra un notable reguero de abogados y periodistas muertos, que olieron y sintieron el miedo hasta que no les fue posible tomar el siguiente café. "Bang, bang".

Nikita Kondratiev, del departamento de noticias web, comentaba a un medio de prensa con cierta sorna que seguían saliendo en papel porque, en las prisiones rusas, es la única manera de leer el periódico.

Toda Rusia es una gran cárcel. ¡Libertad de prensa!

De purísima y oro 

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Pako Martí es socio de infoLibre

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