Populismo, Ayuso y el listo

Eduardo Vázquez Martul

Las "Españas múltiples" se repiten. Madrid se ha convertido en la comunidad más “separatista” de esta España irredenta. Al frente, Ayuso, con mayorías absolutas. Indagar los porqués a pesar de que Madrid ha liderado todos los índices negativos en la gestión de la pandemia, con un grave problema en la sanidad pública, y sus coletazos de corrupción en allegados familiares, nada más se podría explicar en claves de un populismo neoliberal que se exiende por todo el mundo.

Sus líderes, allá y acá del océano, esgrimen la palabra libertad que de tanto repetirla para cosas banales hasta ha perdido contenido. Gracias a los verdaderos mártires y defensores de la libertad, hoy vivimos en una parte del mundo sin esclavos o siervos, y no solo para tomar una caña.

Le pasa lo mismo al maldito vocablo de terrorismo. El terrorismo, ya lo dice la palabra, es muerte de inocentes para crear terror. Lo estamos viendo en Palestina con sus horribles consecuencias para vergüenza de la humanidad.

Atravesamos momentos muy confusos en los que las palabras se disfrazan con colores de falsas patrias para confusión de incautos, o de gente desilusionada con la res publica. Quizás esa falta de política real que resuelva los problemas cotidianos del ciudadano sea una de las razones fundamentales que trasforman al ciudadano en un hoolligan que vocifera sandeces ataviado con banderas.

El listo casi siempre es vago, mentiroso y sin escrúpulos. Se aprovecha de la "bonhomía" de la gente o de las rendijas de la ley para trasformarse en caballero con corbata

La vivienda, un bien imposible; la cesta de la compra, por las nubes; la educación, cambiante con múltiples reformas que la trasforman en mediocre; una administración que pone muros en vez de resolver; una justicia que por lenta no es justa; unos falsos políticos que se suben el sueldo a pesar de la crisis; y sobre todo, lo más grave, un ejército de listos que se multiplican por doquier. Existe una rica literatura en nuestro país sobre esta figura que se aprovecha del ciego para robarle las uvas.

El listo casi siempre es vago, mentiroso y sin escrúpulos. Se aprovecha de la "bonhomía" de la gente o de las rendijas de la ley para trasformarse en caballero con corbata. Otro gran disfraz vigente en estos días.

Incluso pueden ocupar asientos vacíos que deja la honradez siempre tímida, para sentarse en un sillón que no merecen, e incluso presidir instituciones, a pesar de haber hecho trampas para conseguir el puesto. El grave problema es que pueden tener mucho poder.

Si a estas razones le unimos que las alternativas de izquierdas se pelean como en las asambleas estudiantiles en un afán de ser protagonistas, confunden la política de partido con la necesaria política de Estado, que planifica con sabiduría la necesidad y los cambios necesarios, precisamente para no incrementar una legión de población desencantada, no nos olvidemos (mayorías desilusionadas como germen de populismos), creo que nos puede esclarecer la explicación de este movimiento peligroso antisistema, que no solo se extiende como la peste por el mundo.

Pero por la otra banda, la derecha se deja contaminar por su extremo y se escora al lado oscuro de la historia por solo un puñado de votos, cerrando las puertas a la convivencia. Nadie quiere pactar con aquellos que desean retrotraernos al miedo y el odio, que como una peste contagia a todo lo que toca. 

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Eduardo Vázquez Martul es socio de infoLibre.

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