Sindicalismo vertical

Jose Maria Barrionuevo Gil

Los que nos acordamos del sindicalismo vertical y de las asociaciones más o menos sindicales que vivían a su sombra, podemos hacer algo de memoria, porque algunos sufrimientos nos deparó la dictadura franquista, y eso que gastábamos más cuidado que con una caja de bombas, con perdón.

En estos días pasados, hemos asistido a eventos multitudinarios, también con movimientos de cámaras con imágenes privilegiadas de conciertos o desconciertos, que nos han llevado y traído a asistir desde una parada funeral extranjera hasta una manifestación sindical nacional, que declaradamente ha superado a “la foto de Colón”.

Los que tenemos memoria de nuestros años sufrientes durante la ominosa dictadura española y demasiado española, no es que tengamos la piel muy fina, es que se nos ponen los pelos de escarpias cuando asistimos, sin querer, a manifestaciones descaradas, que nos quieren hacer ver que aquí no ha pasado nada, que no pasa nada. Nos llevan a la desazón y al desconcierto.

Recordamos muy bien que pasaban cosas como que en la dictadura se mataba oficialmente, se atracaban tiendas, se robaba por arriba y por abajo, desaparecían niños y también se robaban, se suspendían las oposiciones a aquellos que olieran a cultura, pero no oficial, se dejaba sin trabajo por capricho totalmente fascista, se tenían maniatados a los sindicatos, además de denominarse con otros apelativos para no dar alas a los movimientos mínimamente sociales...

Tampoco queremos decir que estamos ante un sindicalismo totalmente vertical, pero es evidente que estamos ante un sindicalismo bastante inclinado y, con lo que está cayendo, resbala

La magna manifestación de la derecha, la ultra, medio ultra y la que se está descentrando, junto con el sindicato de funcionarios, que independientemente parece ser que hace migas solo con sus hermanos políticos, aunque asista con otros sindicatos en las grandes manifestaciones para chupar cámara, nos ha puesto delante de los ojos una evidente conciliación y futura subordinación, como nunca ha dejado de ser.

Recordando, no se nos olvidará cómo el presidente del CSI-F fue entrevistado por el diario ABC, diario que se chupó toda una dictadura, hace unos añitos. Tampoco se nos olvidará que el sindicato defendió (mejor dicho: hizo propaganda) la equiparación de los funcionarios jubilados con los de la Seguridad Social para que se nos liberara de la carga del copago farmacéutico. El sindicato ganó las elecciones y sus amigos políticos de la derecha, que habían ganado sus elecciones políticas, extendieron el copago a todo quisque. No dijo el sindicato, que sepamos, nada al respecto, porque siempre es muy respetuoso. Es más, pasado un tiempo, en un ardor sindical, nos asaltó nuestros oídos, con una ardorosa propuesta de lucha: “Recuperemos lo perdido”, cuando no había hecho nada por no perderlo, según tenemos entendido.

Ahora, en un alarde de poderío, se nos presenta, a cara descubierta, junto con toda la derecha habida y por haber, solo por ir en contra del Gobierno y no porque esté a favor del funcionariado, sino por ir en contra de un gobierno que no es el suyo.

No sería muy atrevido pensar bien, porque se ve venir, que estamos en vísperas de elecciones sindicales y políticas. Ojo al parche.

Tampoco queremos decir que estamos ante un sindicalismo totalmente vertical, pero es evidente que estamos ante un sindicalismo bastante inclinado y, con lo que está cayendo, resbala.

Con toda inteligencia, por los suelos, por supuesto, han realizado todo un alarde de buena compañía, pero hay junteritas que no son recomendables. Así, se han dejado caer en manos de todas las derechas al unísono, y asistir a una macromanifestación yendo de las manos y abrazos de la derecha que abandona lo público y privatiza todo aquello que puede tocar, pues por meter mano que no quede. Parece que seguirá la inclinación sindical, pues “ante el oro yo me humillo, él es mi amante y mi amado”, y pensamos que con un encefalograma plano qué clase de cuerpo sindical se les puede quedar tras los desafueros de tantos destrozos públicos. Con esta movida queda a las claras que se inclinan a actuaciones que reducen funcionarios. Además no les queda en esta deriva suicida más que caer en fondos buitres a los que les servirán de sustento.

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Jose Maria Barrionuevo Gil es socio de infoLibre

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