Insomnio

Hilda Carrera Gamonal

Insomnio

Necesita despertar de una pesadilla recurrente. El relato de las compañeras torturadas le da fuerza para seguir luchando contra la aberración de la dictadura. Parte de madrugada a poner un recurso de amparo por el marido de doña Rosa, que el día anterior no volvió del trabajo, y en la Vicaría se siente protegida y protectora, parte de una red que la aísla a ratos, y le ofrece calorcito siempre. Desde ahí dirige sus pasos a la olla común, en Renca, donde el cerro la reconecta con la tierra, con el barro que bordea el canal.

Vuelve a casa exhausta a abrazar a los suyos, agradeciendo que sigan estando allí. Su presencia la tranquiliza, pero el cansancio no le alcanza para superar las pesadillas en que es ella la torturada, la vejada, la degradada, la que no es capaz de resistir el dolor. La que delata a sus compañeras.

 

Ecos

Imposible descartar la invitación a cenar en el departamento de Manuel, se dijo camino a la cita, creyendo percibir un envolvente aroma a romance, hasta verse interrumpida por un grupo de mujeres gritando consignas que intentó olvidar.

Continuó sonriendo mientras ofrecía ayuda para servir la cena preparada que él sacaba del envoltorio. El olor a fritanga quiso opacar el romanticismo, pero la voz de él pidiendo brindar por el amor la llevó a alzar su vaso de cerveza con el correspondiente chin-chin y un mirarse a los ojos que recuperó su entusiasmo. Comieron pollo con papas, sin ensaladas ni postre.

Después de recoger la mesa, cuando él le pasó un delantal y le pidió que le ayudara con los platos, aduciendo que era un desastre sin su nana, los gritos de las mujeres resonaron en su cabeza. Frente a la ruma de loza sucia, recordó frases que ahora sonaban lúcidas y divertidas. Entonces tomó sus cosas y se fue, sin dar explicaciones. La cocina olía a rabia.

La tormenta

Afuera, se dejó guiar por los cantos y voces femeninas. Se sumó a la marcha, entretenida con las pancartas. La sonrisa volvió para convertirse en risotada al ver una que anunciaba:  “Manolo, hazte la cena solo”.

 

* Hilda Carrera Gamonal (Santiago de Chile, 1963) es trabajadora social y docente en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Cuentos y décimas suyas han sido publicadas en diversas antologías. En 2018 publica 'Duendecimhadas' y en el 2019 apareció su novela corta 'Rojos de otoño'. Estos textos son inéditos.

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