Cultura

Louise Glück, Nobel de Literatura por la "belleza austera" de su obra poética

La escritora estadounidense Louise Glück, en la entrega de la National Humanities Medal en 2015.

La poeta estadounidense Louise Glück (Nueva York, 1943) ha sido galardonada este jueves con el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca la han reconocido por su "inconfundible voz poética que, con una belleza austera hace la existencia individual universal". Glück es autora de una docena de libros de poesía, como Ararat (1990), El iris salvaje (1992) Vita nova (1999), y de dos ensayos sobre la escritura lírica. Según contaba Mats Malm, secretario permanente de la institución, la Academia ha contactado con la escritora por teléfono, que se ha mostrado "sorprendida", y han discutido los detalles de la entrega: este año, debido a las restricciones sanitarias, los premiados no acudirán a la habitual gala a Estocolmo, sino que sus discursos serán emitidos online desde sus países de residenciaonline. En el caso de Glück, la ceremonia podría organizarse en la Universidad de Yale, donde enseña. 

Louise Glück es una de las poetas estadounidenses más celebradas, y ha recibido ya galardones del peso de la National Humanities Medal (2015), otorgada por el Gobierno estadounidense en reconocimiento a toda su carrera, el National Book Award por su libro Faithful and virtuous night (2014), o el Plutizer por El iris salvaje, además de ser nombrada Poet Laureate de 2003-2004 por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Durante el anuncio del Nobel, Malm elogiaba la "lucha por la claridad" de Glück en obras especialmente interesadas en las relaciones familiares y entre padres e hijos, sin olvidar su escritura "llena de humor" pese a estar marcada por "un profundo sentido de la pérdida". En España, su obra ha sido traducida por la editorial Pre-Textos, que cuenta en su catálogo con títulos como Ararat, Averno, El iris salvaje, Las siete edades, Praderas, Una vida de pueblo o Vita nova. El galardón tiene una dotación de 10 millones de coronas suecas, algo menos de un millón de euros.

Aunque Glück comienza a publicar a finales de los sesenta, no es hasta la década de los ochente cuando encuentra el aplauso definitivo de la crítica y el interés de un público más amplio. En su breve discurso tras el anuncio de la concesión, Malm ha hecho mención a uno de los debates abiertos en torno a la obra de Glück. Pese a que su experiencia vital alimente su obra, decía el representante de la Academia, Louis Glück no es "una poeta confesional", sino que utiliza a figuras clásicas como Dido, Perséfone o Eurídice como vehículos de esas vicencias. Algunos de los poemarios más conocidos de la escritora nacen tras importantes hitos biográficos. Escribe El triunfo de Aquiles —el libro que la situaría entre las voces más interesantes de su generación, valiéndole el National Book Critics Circle Award en 1985— después de haber sufrido un enorme incendio en su casa, que destruirá la myayoría de sus posesiones. La muerte de su padre atraviesa Ararat, mientras que Praderas (1996), cuyo tema central es la naturaleza del amor y de su final, se publica unos años después del divorcio de su segundo marido. 

Sin embargo, Glück huye de la primera persona confesional que interpela al lector. La poeta bebe de la experiencia vital, pero la parapeta tras distintos personajes, tras el juego con mitos de la Antigüedad, o tras la observación de la naturaleza. Así, En Averno la autora habla a través de Perséfone de la tensión entre el huidizo sentimiento de pertenencia al mundo y la imposible pertenencia a la muerte, no solo de la diosa, sino del ser humano, una vuelta de tuerca que sin embargo reproduce la finalidad misma del mito original. O, en El iris salvaje, es una amapola la que reflexiona sobre la existencia humana y el dolor que conlleva, que a su vez permite la poesía. Quizás la propia Glück no esté demasiado interesada en la distancia entre la poesía confesional y el simbolismo. "La gloria de la lírica", dice en American originality, su segundo ensayo sobre la literratura, "es que hace lo que la vida no puede hacer". 

Una elección segura

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Mats Malm ha hecho el anuncio a la una de la tarde, como es tradición, ante una sala de prensa semivacía, por las medidas de seguridad y la ausencia de medios extranjeros. La Academia ha querido volver a la normalidad y moverse sobre seguro —Glück es una poeta muy respetada y llevaba tiempo entre los favoritos— tras dos ediciones de tribulaciones. En 2018, la institución sueca no entregó el premio: en plena crisis por escándalos de abusos sexuales y tráfico de influencias, una cascada de dimisiones hizo temblar los cimientos de la Academia, que modificó temporalmente el funcionamiento de su Comité. En 2019 se entregaron dos galardones, el correspondiente a ese año y al año anterior, a Peter Handke y Olga Tokarczuk. Pero no quedaba cerrada la polémica: numerosas voces se alzaron contra el premio al austriaco, que ha apoyado públicamente al expresidente yugoslavo Slobodan Milošević, acusado de crímenes de guerra por el Tribunal de La Haya, y se ha negado a considerar la guerra de Bosnia como un genocidio.

Las casas de apuestas han estado inusualmente silenciosas ante el Nobel esta edición, en parte por la extrañeza de la crisis sanitaria... pero también porque el escándalo de tráfico de influencias mencionado, tenía que ver con el juego en torno al premio. Pero los favoritos apuntaban a una mujer africana o afrodescendiente, o a una persona que estuviera en una de esas dos categorías minorizadas. Glück se ha convertido así en la mujer número 16 en hacerse con el premio, tras autoras como Tocarczuk, Svetlana Alexiévich, Alice Munro o Herta Müller. Sin embargo, la Academia no parece haber escuchado a las críticas que le afeaban la falta de diversidad racial de los galardonados. La última afrodescendiente galardonada fue Toni Morrison, fallecida en 2019, que recibió el premio de 1993. Y el último afrodescendiente africano en ser premiado fue Wole Soyinka, en 1986; desde entonces han sido galardonados dos africanos blancos —Nadine Gordimer y J. M. Coetzee, a quienes se podría sumar Doris Lessing, criada en la antigua Rodesia—.

Louise Glück escribe en lengua inglesa, que se ha visto premiada una vez más tras el reconocimiento reciente a la escritura del británico Kazuo Ishiguro, el estadounidense Bob Dylan o la canadiense Alice Munro. El inglés continúa siendo la única lengua premiada por la Academia en más de una ocasión en la última década, y es también la más reconocida de la historia de los premios, hasta en 27 ocasiones. Mientras, la única lengua africana premiada ha sido el árabe y solo hay dos autores galardonados por su escritura en chino, el único idioma de Asia incluido en la nómina junto con el bengalí de Rabindranath Tagore. De los últimos diez ganadores excluyendo a Glück, seis han sido europeos; dos, norteamericanos (Dylan y Munro); uno, asiático (el chino Mo Yan); y uno, latinoamericano (el peruano Mario Vargas Llosa, también nacionalizado español). 

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