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Marky Ramone: “No me gustan los conservadores, son anticuados"

Marky Ramone, este martes en La casa encendida de Madrid.

Entre toda aquella algarabía y complicación musical que reinaba en el panorama de los años setenta, surgió de repente, casi sin avisar, una banda de melenudos que, a base de insistentes riffs y letras cañeras y pegadizas, consiguieron meterse al personal en el bolsillo de sus ajustados pantalones pitillo. Pasadas las décadas, los Ramones vuelven hoy a Madrid para dar un recital, eso sí, desde la pantalla de una sala de cine. El festival Transmissions de La casa encendida (del 25 al 30 de junio), que este año celebra su segunda edición, ha consagrado su programación, a base de proyecciones de filmes musicales, a aquella banda neoyorquina que abrió el camino a uno de los estilos y de las macrotribus que han definido la posmodernidad: el punk.

Desde películas documentales que repasan la trayectoria del grupo – como Rock&Roll Highschool, de Allan Arkush (que se proyecta hoy martes a las 19.30, y que contará con la presencia de Marky Ramone)-, a otras que recuerdan a ídolos malditos –véase My father and the man in black, de Jonathan Holiff, sobre el mito Johnny Cash- a las que relacionan la música con la movilización social –por ejemplo, Radio Unnameable, de Paul Lovelace y Jessica Wolfson- el certamen quiere revisar y volver a poner sobre la palestra el momento de eclosión social que supuso el nacimiento del punk, revulsivo y catalizador de los males generacionales, como buen hijo que fue de una grave crisis económica.

"Los asuntos importantes no se deben barrer debajo de la alfombra”

Presentando el festival ha comparecido Marky Ramone (Nueva York, 1956), batería de los Ramones y único superviviente junto a Tommy Ramone. Con el mismo look de antaño, con su pelo largo y su flequillo, sus estrechísimos vaqueros y sus zapatillas de basket, el músico ha defendido la vigencia de aquel estilo musical, volcado en las desilusiones y las angustias existenciales contemporáneas. “Nuestras letras hablaban sobre el trabajo, las relaciones, el colegio, los chicos y las chicas… El punk es una gran salida para verbalizar tus frustraciones”, ha contado. “Cada generación tiene los mismos problemas y canta sobre las mismas cosas: es la vida. Hoy sigue habiendo guerra, pobreza, problemas con los padres, con los novios... La gente no cambia, lo que cambia es la tecnología".

Si ellos ya cantaron sobre Vietnam, es normal que las bandas punk de hoy se explayen con las guerras y las crisis que nos asedian cuarenta años después. "La única diferencia que veo entre las bandas punk de ahora y las de antes es que ahora todo el mundo tiene móvil, pero el alma sigue estando ahí", ha señalado, para apuntar que, a pesar del enorme reconocimiento y fama que han pervivido a lo largo de los años, los Ramones nunca fueron una banda de grandes éxitos. "Lo más cercano a un hit  que hicimos fue Baby I love you, que no escribieron los Ramones, o I wanna be sedated y Sheena is a punk rocker". 

Con un gesto impasible y grave, oculto tras unas gafas de sol de las que no se ha querido despegar, el artista ha recordado que la ideología no es necesariamente un elemento de separación entre las personas. Él mismo se ha declarado demócrata liberal, una postura muy alejada de su antiguo compañero Johnny Ramone (el guitarrista), a quien ha definido como “un hombre de Reagan, un hombre de Bush”, mientras que DeeDee (el bajista) era “el que estaba en el medio”. “Si hubiéramos sido gente diferente, no habríamos hecho esta música. Teníamos que vivir con esas diferencias: éramos una banda, una familia, y también un negocio. Te tienes que adaptar, lo que no significa que te guste. Aunque ir juntos en aquella furgoneta era toda una aventura”.

Satisfecho de haber visto gobernar en su país al primer presidente negro, Obama, Ramone (en realidad, Marc Steven Bell) también ha reconocido no estar de acuerdo con todas las decisiones que este ha tomado desde su investidura. “Pero es mejor que Romney”, ha dicho el músico, que se ha autocalificado como el “Ringo Starr” de los Ramones. “No me gustan los conservadores de derechas, son anticuados, y además, yo tampoco les gusto”.

Ensombrecido en parte por el hip hop, el otro gran movimiento musical y social de la segunda mitad del siglo pasado, el punk comparte mucho más con este de lo que parece en la superficie, según cree Ramone. “El rap se atrevió a decir cosas muy negativas. Junto con el punk fue la gran fuerza para transmitir cosas”, ha afirmado. “Fue una forma de expresión válida, no como esa basura electrónica que desvía la atención de los problemas reales. Hay interés en promover esa música porque contribuye a desviar la atención".

De ahí que él insista en el punk, por su honestidad, su valentía, y su mensaje. “Este festival va a ayudar a dar una conciencia de la situación, a dar información”, ha finalizado. “El público va a ver qué es lo que está pasando, porque los asuntos importantes no se deben barrer debajo de la alfombra”. Blitzkrieg

Marky Ramone aprovechó también para anunciar las fechas de su gira española con su actual banda, Blitzkrieg: estará en Murcia el día 28, el 5 de julio en Barcelona, el 10 en Cáceres, el 11 en Vigo, el 13 en Madrid, el 16 en Bilbao y el 16 de agosto en Villena, Alicante. 

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