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Más de 160 españoles son víctimas del espionaje de Emiratos en busca de extremistas islámicos

El dueño de la agencia de detectives Alp Services, Mario Brero, y el agente Matar de los servicios de inteligencia de Emiratos

Más de 160 españoles, a los que se suman 95 empresas y organizaciones, han sido víctimas del espionaje encargado por Emiratos Árabes Unidos en busca de extremistas islámicos. En el listado en manos de los servicios de inteligencia emiratíes hay políticos y feministas del ámbito musulmán, representantes de organizaciones islámicas y activistas contra la islamofobia. Todos ellos niegan su relación con los Hermanos Musulmanes, que son vinculados por Emiratos con el radicalismo islámico.

La agencia de detectives suiza Alp Services era conocida hasta ahora en España por una de sus clientes, Corinna Larsen. La que fuera amante del rey emérito contrató los servicios de Mario Brero, el fundador de la firma, para que investigara a 14 empresarios amigos, y quizá testaferros, de Juan Carlos I. Una información que la comisionista alemana pretendía utilizar en la demanda por espionaje y acoso que presentó contra el ex jefe del Estado ante el Alto Tribunal de Justicia británico y que aún sigue pendiente de resolución. Según publicó en su día El País, también le pagó para mejorar su imagen pública, publicando noticias favorables, y para arruinar la reputación del fiscal suizo Yves Bertossa, que la investigó por blanqueo de capitales, en concreto de los 65 millones de euros que le donó el emérito tras recibirlos éste de Arabia Saudí en 2008. Brero es un detective muy conocido en Suiza, a quien contratan millonarios y poderosos de todo el mundo, además de una controvertida fuente de numerosos periodistas y un habitual en los escándalos policiales del país helvético.

Alp, la agencia de Brero, también ha mantenido una relación contractual larga en el tiempo, provechosa en lo económico y turbia por sus objetivos, con el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos. Según documentos confidenciales obtenidos por Mediapart y compartidos con infoLibre y la red de medios European Investigative Collaborations (EIC), junto con Heidi News (Suiza), RSI Television (Suiza), Domani (Italia) y Daraj Media (Líbano), el cliente formal que contrataba con Alp Services era Ariaf Studies & Research LLC, una empresa fundada en 2014, pero en realidad quien negociaba y recibía los resultados de las investigaciones de los detectives suizos es un agente de los servicios de inteligencia de los Emiratos de nombre Matar, cuyo superior es Alí Saeed Al Neyadi, a su vez a las órdenes del jeque Tahnoun Bin Zayed, consejero de seguridad nacional y hermano del presidente, Mohamed Bin Zayed Al Nahyan.

Casi una decena de proyectos ocuparon a los detectives de Alp por cuenta de los servicios de inteligencia emiratíes. Sus tarifas mensuales eran de 50.000 euros por cada nueva investigación, 100.000 euros si se trataba de una campaña de comunicación y otros 50.000 euros en caso de que quisieran una campaña “discreta de lobby e influencia”. Sólo para uno de los proyectos, bautizado como Narciso, los suizos elaboraron 58 casos prácticos. Según los documentos a los que ha tenido acceso EIC, Alp Services se embolsó al menos 5,7 millones de euros entre 2017 y 2020.

La investigación Abu Dhabi Secrets revela cómo Alp Services fue contratada por el Gobierno de los Emiratos para espiar a ciudadanos de 18 países europeos y de otros continentes. La agencia suiza envió a los servicios de inteligencia emiratíes los nombres de más de mil personas y 400 empresas y organizaciones, alegando que son miembros, simpatizantes o están relacionados con la Hermandad Musulmana en Europa.

De La Camarga a los Hermanos Musulmanes

De esas numerosas operaciones que Alp llevó a cabo para el agente Matar desde su primer contacto en agosto de 2017, varios tienen como objetivo España, ya sea para investigar la penetración de los Hermanos Musulmanes o la presencia de Islamic Relief, una organización internacional de ayuda humanitaria a la que los Emiratos acusan de estar vinculada con la Hermandad y de financiar el terrorismo. Con ese fin, Brero subcontrató a una agencia de Barcelona, Castor & Pollux, creada por Julián Peribáñez tras el abrupto cierre de Método 3, que saltó a las páginas de los periódicos por haber grabado en 2010 la conversación entre la entonces presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, y la expareja de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez, en el restaurante La Camarga de Barcelona. De hecho, Peribáñez fue detenido y acusado de espionaje ilegal por esa operación.

Julián Peribáñez ha declinado contestar a las preguntas que le ha enviado infoLibre sobre su relación con Alp Services.

Apoyándose en los trabajos aportados por Castor & Pollux, Alp Services elaboró un buen número de mapas de relaciones que, según ha podido contar infoLibre y sólo en lo que respecta a la Hermandad Musulmana, incluyen al menos a 162 personas en España, así como 95 empresas y organizaciones. En esos gráficos aparecen los detenidos y condenados en las dos principales operaciones contra el yihadismo abiertas en España –Dátil en 2004 y Warmor en 2019– junto a personas que, sin embargo, poco o nada tienen que ver con los Hermanos Musulmanes y menos aún con el terrorismo islamista. Sus nombres, acompañados en ocasiones de números de teléfono, DNI, NIF o domicilio, terminaron en manos de los servicios de inteligencia de los Emiratos Árabes Unidos. Muchos de los señalados son representantes de las múltiples organizaciones musulmanas en España, otros son políticos musulmanes –concejales, parlamentarios autonómicos–, también hay activistas y feministas musulmanas, organizadores y conferenciantes de eventos contra la islamofobia, personas que en algún momento fueron entrevistadas en los medios de comunicación por cualquier motivo o que, sencillamente, figuran entre los amigos de Facebook de otros musulmanes. Por ejemplo, muchos de los que seguían a Riay Tatary, fundador y secretario general de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide) e imán de la mezquita de Tetuán en Madrid, fallecido de coronavirus en abril de 2020. Histórico dirigente de los musulmanes españoles durante tres décadas, Tatary figura en el centro de todos los mapas de la Hermandad Musulmana confeccionados por Alp.

El criterio que los detectives emplearon para señalar a los supuestos simpatizantes españoles de los Hermanos Musulmanes fue, por tanto, muy vago y sus métodos, poco profesionales. La información suministrada bebía, en su inmensa mayor parte, de fuentes públicas –medios de comunicación, Facebook, Twitter–; poco o casi nada era alto secreto. Bastaba con haber apoyado públicamente al expresidente egipcio Mohamed Morsi o haber posteado en las redes sociales el signo de la rabía, también llamado rabaa o r4bia –cuatro dedos estirados con el pulgar contra la palma–, que nació con la primavera árabe, para ser incluido en la cartografía de la Hermandad en Europa.

Además, algunos de esos nombres que figuran también en los informes enviados por Castor & Pollux a Suiza y en los remitidos después por Alp a su cliente emiratí contienen datos erróneos respecto a la filiación política, por ejemplo. Los 162 objetivos citados más arriba excluyen a los implicados en las operaciones antiterroristas –detenidos, sentenciados y, en algunos casos, absueltos– y a tres individuos fallecidos.

“Siempre me he movido como musulmán español”

La mayor parte de las personas que aparecen en los mapas e informes de Alp y han sido contactadas por infoLibre piden que no se haga público su nombre. Temen que se repitan los ataques o el acoso que ya antes habían sufrido en las redes sociales por el mero hecho de llevar velo o debido a su activismo político o social. “Con llevar pañuelo ya parece que eres la más practicante del mundo”, lamenta una de las mujeres incluidas en los gráficos. Pero también hay quien asegura que, aun reconociéndose como musulmán, no es “apenas practicante”. Otros dicen que ni tienen ni han tenido nunca una posición política. Todos niegan tener vínculos con los Hermanos Musulmanes y se muestran sorprendidos primero y enfadados después.

“Siempre me he movido como musulmán español”, contesta Houssein El Ouariachi, activista de derechos humanos y uno de los fundadores del Colectivo No Violencia en España, que respondió con una carcajada a la noticia de que se le relacionaba con los Hermanos Musulmanes: “Es un mal chiste”. “Defiendo que los musulmanes se sientan españoles y se independicen de la tutela de sus países de origen, mi línea de acción es un islam español”, replica. Y como prueba de la arbitrariedad de que ha sido objeto, El Ouariachi cuenta que hace no tanto la Embajada de Emiratos Unidos le ofreció un trabajo de prensa, que él rechazó. Pero tampoco duda de que está “en el radar”, además de por su activismo, porque trabajó muchos años en el canal Córdoba Internacional TV, fundada por un jeque saudí y cerrada en mayo de 2018.

Con parecida estupefacción reacciona Hanan Serroukh, que fue coordinadora del área de convivencia, inmigración y mediación y coordinadora de distrito en el Ayuntamiento de Badalona entre 2020 y 2021. Para el cargo fue nombrada por Xavier Albiol en su segundo mandato como alcalde. Aunque carece de carné, antes se había presentado en las listas del PP para las elecciones de 2017 y 2021 al Parlamento catalán. Es educadora social y experta en inmigración, también asesora de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Además de conversa cristiana. “Es incoherente, grave y hasta insultante”, advierte entre risas, “que mi nombre salga como afín a los Hermanos Musulmanes porque mis principios y trayectoria profesionales están enfocados en detectar las corrientes y elementos que estructuran los Hermanos Musulmanes en Europa”. Serroukh fue la primera mujer que en 1987 denunció un matrimonio forzoso: cuando su padrastro quiso casarla a los 14 años con un marroquí tan fundamentalista como él, se escapó de su casa de Figueres (Girona) y, tras llegar a Barcelona, quedó bajo tutela de la Generalitat. Desde entonces se dedica a denunciar el peligro de la radicalización. Y lamenta la “visión cortoplacista y sesgada que han tenido tanto España como Europa sobre la amenaza de las diferentes versiones del islamismo”.

En los gráficos e informes enviados a los emiratíes también hay españoles de nacimiento como Pedro Rojo Pérez, arabista, codirector del Observatorio de la Islamofobia en los Medios y fundador de la Fundación Al Fanar. “No tengo ninguna relación con los Hermanos Musulmanes más que mi especialidad, que es el mundo árabe”, asegura infoLibre. Por ese motivo se ha entrevistado con muchos de los miembros de la Hermandad y vivió en Egipto en los años 80, cuando la organización aún estaba prohibida. Pedro Rojo cree que su inclusión en los mapas de Alp Services puede deberse a que llevó al Congreso y al Senado a, entre otras personas, un ministro egipcio de los Hermanos Musulmanes –“elegido democráticamente”, precisa–. “Los reunimos con exparlamentarios españoles para que les explicaran cómo fue la Transición española y para que entendieran que se trata de un proceso muy complejo”, explica.

Pedro Rojo protesta contra la “caza” a los Hermanos Musulmanes, que describe como un movimiento muy heterogéneo, defensor de un “islamismo político moderado”, y clama contra el “blanqueo” simultáneo que España y Europa llevan a cabo con saudíes y emiratíes “por el petróleo”, mientras éstos “intentan imponer su hegemonía política, infinitamente más radical”. A su juicio, la distancia entre wahabíes y Hermanos Musulmanes es similar a la que existe entre Vox y el PP, entre la extrema derecha y los conservadores.

Ahmed El Hanafy Mesalem es el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas (Ucide) del País Vasco. También fue imán de la mezquita Assalam de Bilbao. No sólo aparece en los mapas de relaciones enviados a Emiratos, sino que incluso se le hizo una investigación completa, una due dilligence que incluye desde sus propiedades y relaciones con la Administración hasta su huella en redes sociales o sus vinculaciones familiares. El Hanafy, que nació en Egipto pero adquirió la nacionalidad española en los años 90, niega pertenecer a los Hermanos Musulmanes.

“En Ucide tenemos prohibido ocupar ningún cargo político”, responde. Sí que apoyó en su día el Gobierno –“democrático”, puntualiza– de Mohamed Morsi. “Por fin”, añade, “un país árabe tenía el gobierno democrático que anhelamos todos”. Como Pedro Rojo, lo contrapone con los regímenes del Golfo: “Son contrarios a nuestra línea”. El Hanafy dice que ha colaborado con la Embajada de Emiratos Árabes Unidos en España, que envió cajas de dátiles para los niños en Ramadán, el mes de ayuno musulmán. Ucide los repartió, explica su responsable, pero no permitió que los emiratíes se fotografiaran con los niños que los recibieron para impedir que hicieran “propaganda”. “Somos españoles y queremos serlo”, resume su postura política El Hanafy antes de despedirse con un “agur”.

Hasta Marcial Dorado, Ignacio González y Luis Bárcenas

En el afán de los detectives por ampliar lo más posible el mapa de influencia de los Hermanos Musulmanes en España, en esos gráficos de relaciones llega a aparecer hasta Marcial Dorado, el narcotraficante gallego con quien se fotografió de vacaciones el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, sólo porque compartió abogado con uno de los condenados de la Operación Dátil que fue detenido después en la Operación Warmor. O el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González y su hermano Pablo, porque la empresa Tecnoconcret Proyectos e Ingeniería, de la que era socio este último y que fue beneficiada con un contrato del Canal de Isabel II investigado en el caso Lezo, intercambió acciones entre 2008 y 2011 con Ulesan Limited, una sociedad británica controlada por el narcotraficante Vicente Lamarca, quien a su vez había vendido tres de sus empresas al clan de los Kutayni, detenido en la Operación Warmor.

En definitiva, los detectives suizos hicieron realidad la teoría de que se puede conectar a dos personas de cualquier parte del mundo a través de no más de cinco intermediarios. Incluso menos.

El motivo por el que Joan Josep Nuet i Pujal, director de Relaciones Institucionales de la Generalitat catalana, aparece en uno de los mapas de relaciones trazados por Alp es que preguntó al Gobierno en el Congreso –entonces era diputado de IU– por las acciones que pensaba acometer para conseguir la liberación de Humam Kutayni Assi, entonces encarcelado en Siria por el régimen de Bashar Al Assad, y detenido en 2019 en la mencionada operación contra el yihadismo.

Otro ex dirigente del PP incorporado al mapa de Alp es el exconseller Rafael Blasco, condenado en 2015 a seis años y medio de prisión por el Supremo por el caso Cooperación, uno de los muchos procesos por corrupción que arrasaron a los populares en la Comunidad Valenciana durante los últimos 16 años. El motivo de su inclusión: en 2009 Blasco había concedido una subvención de 131.000 euros al Consejo Islámico Valenciano.

Hasta la Ertzaintza figura con su escudo en uno de los gráficos porque colabora en diferentes programas contra la radicalización con Euskal Bilgune Islamiarra (EBI), una asociación creada para favorecer la convivencia.

Aunque no aparecen en los mapas, sí que se menciona en los informes enviados a Emiratos al exjuez Javier Gómez de Liaño y a su mujer, María Teresa Márquez de Prado, debido a que son los abogados de los Kutayni. De ahí a Luis Bárcenas sólo quedaba un paso y los detectives lo dan, puesto que el matrimonio de abogados también defendió al extesorero del PP. Para los autores de estos documentos, la corrupción asociada a Bárcenas parece aumentar la carga de la prueba contra los supuestos terroristas de origen sirio.

Otra agencia y un informador “muy especulativo”

A tenor de los documentos a los que ha tenido acceso infoLibre, Castor & Pollux elaboró al menos siete informes para Alp Services sólo entre enero y agosto de 2018. El 26 de enero se le extendió una factura por dos “investigaciones en España” a razón de 2.000 euros cada una. En febrero los detectives españoles firman un informe sobre el empresario de origen sirio Imad Al Naddaf Yalouk, que no ha respondido a las peticiones de infoLibre de ponerse en contacto con él. El 25 de julio les pagan otros dos informes por un total de 8.500 euros. Ese mismo mes entregan uno más sobre los Hermanos Musulmanes en el País Vasco y en agosto, otro sobre un periodista español por el que se les retribuye con 2.000 euros más.

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Pero Castor & Pollux no fue la única fuente de información española de los detectives suizos. Antes, en septiembre de 2017, habían recurrido además a una persona que figura como contacto con los servicios de inteligencia de la Guardia Civil. A su nombre, Alp provisionó el pago de 3.000 euros por tres “estudios”. Pero sus servicios no satisfacían demasiado a los suizos. “No es gran cosa, muy especulativo”, lo describen en una anotación en la lista de contactos de la agencia.

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En una primera versión de esta noticia se citaba por error a la Fundación Ibn Battuta, que no tiene relación con la visita de un ministro egipcio a España.

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