Nuevo documentos de 'Football Leaks'

El Benfica quiso comprar la UD Almería antes de pagarle el fichaje más caro de la historia de la Segunda División

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Miguel Prado (Expresso)

A finales de 2016, el presidente del Benfica, Luís Filipe Vieira, y el presidente ejecutivo del Benfica SAD, Domingos Soares de Oliveira, se plantearon comprar el club español UD Almería. La operación no llegó a realizarse, pero las relaciones entre ambos clubes continuaron. Hasta el punto de que, en 2020, los portugueses acordaron pagar al equipo andaluz 24 millones de euros por el extremo uruguayo Darwin Núñez. Fue la mayor adquisición jamás cerrada por el Benfica. Pero también el fichaje más caro de la historia de la Segunda División española.

La Unión Deportiva Almería había descendido a la Segunda División en 2015, tras quedar en el puesto 19 de la máxima categoría en su última temporada en Primera. El propietario del club, la empresa Easur Agrícola Siglo XXI, quería vender. Sólo faltaba encontrar a alguien dispuesto a comprar. Easur Agrícola fijó un precio mínimo de 29 millones de euros por su participación del 94% en el club. El vendedor aseguraba entonces que cerraba sus cuentas con números en negro.

Banque de Patrimoines Privés, una empresa de gestión de patrimonios perteneciente al banco Crèdit Andorrà, participó en las negociaciones, con la intermediación de varios bufetes de abogados, según los documentos de Football Leaks a los que ha tenido acceso Der Spiegel y que la revista ha compartido con el portugués Expresso y otros socios del consorcio European Investigative Collaborations (EIC) como infoLibre. Del lado portugués, quien discutió directamente con Domingos Soares de Oliveira la oportunidad de adquirir la UD Almería fue el abogado Fernando Fraga, que ya había trabajado con Luís Filipe Vieira en sus negocios inmobiliarios.

Pero el acuerdo no salió adelante y el club español fue adquirido en el verano de 2019 por el saudí Turki Al-Sheikh, asesor de la Corte Real de Arabia Saudí y presidente de la Autoridad General de Entretenimiento. El saudí, que acababa de vender el club egipcio Pyramids FC, pagó 20 millones, nueve por debajo del precio inicialmente previsto por Easur Agrícola.

No obstante, las relaciones con Portugal continuaron siendo más que fluidas. Ya con su nuevo propietario, el Almería contrató como entrenador a Pedro Emanuel, que codirigió el banquillo el FC Porto en 2010 y 2011 y ahora está al frente del emiratí Al-Ain FC. Pero en Almería sólo duró tres meses. Fue destituido en noviembre de 2019 con un saldo de seis victorias, seis empates y dos derrotas.

Su sucesor fue Guti, el ex jugador del Real Madrid, cuyo paso por el equipo andaluz también fue fugaz: seis meses. En junio de 2020 fue despedido por el propietario saudí tras perder con el Alcorcón y mientras el club se situaba tercero en la clasificación. Ese mismo verano el mando técnico del Almería volvió a manos portuguesas con José Gomes, antes al frente del Marítimo de Madeira, el inglés Reading y el Río Ave de Oporto, así como de varios clubes de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.

Y no había empezado aún la temporada cuando el Benfica acordó pagar al club andaluz 24 millones de euros por el extremo uruguayo Darwin Núñez. No sólo fue la mayor adquisición del Benfica y la mayor del Almería, sino también el fichaje más caro de la historia de la Segunda División española.

Acuerdo de confidencialidad con el Charlton

Pero el intento frustrado de hacerse con la propiedad del Almería no desalentó al Benfica, que siguió buscando una operación internacional con la compra del Charlton Athletic Football Club, de la Tercera División inglesa. A principios de 2017, los portugueses llegaron a firmar un acuerdo de confidencialidad con el equipo. Una oportunidad en la que habían empezado a trabajar meses antes de la mano de Jorge Mendes, el agente de, entre otros, Cristiano Ronaldo o José Mourinho.

Controlado desde 2014 por el empresario belga Roland Duchatelet, propietario del Standard de Lieja, el Charlton es un histórico club de fútbol inglés, fundado en 1905 en Londres. Tras ganar en 1947 una Copa de la Football Association inglesa, que se tiene por el torneo más antiguo del mundo, el conjunto londinense ha deambulado casi siempre por los escalafones inferiores, a excepción de algunos años de mejor rendimiento, como entre 1995 y 2007, cuando pasó varias temporadas en la Premier League.

Fue a mediados de 2016 cuando el superagente deportivo portugués Jorge Mendes se dio cuenta de la oportunidad de negociar con el club británico. Cabe recordar que el año anterior, 2015, Mendes había conseguido que el gigante chino Fosun entrara en su hólding Start SGPS, propietaria de Gestifute, y que Fosun había terminando por comprar el club inglés Wolverhampton en 2016.

En el caso del Charlton, Jorge Mendes sólo fue un intermediario. Los abogados del agente expresaron su interés en explorar un posible acuerdo a la entonces presidenta ejecutiva del club inglés, Katrien Meire. Sólo pasarían unos meses hasta que la directiva del Charlton iniciara conversaciones directas con su homólogo en el Benfica, Domingos Soares de Oliveira.

A finales de enero de 2017, Katrien Meire envió a Soares de Oliveira un acuerdo de confidencialidad para que los responsables del Benfica lo firmaran, un pacto que permitiría al club luso acceder a información confidencial sobre las cuentas del Charlton, sus activos y sus proyecciones de ingresos futuros. Según se desprende de los documentos de Football Leaks, el entonces propietario del Charlton estaba abierto a varias posibilidades, que iban desde la venta del club y su campo de entrenamiento hasta la venta del estadio, una infraestructura con capacidad para 27.000 personas.

Pérdidas de 13 millones de libras

El Charlton, que al igual que el Benfica viste de rojo y blanco, contaba desde octubre de 2016 con un estudio de la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield que valoraba los activos inmobiliarios del club, incluido el estadio, en 50 millones de libras (57,8 millones de euros). Pero las cuentas de Charlton no eran conocidas. En la temporada que terminó en junio de 2015, el club había tenido unas pérdidas de 3,8 millones de libras. En la temporada siguiente, que acabó en junio de 2016, las pérdidas aumentaron a 13,1 millones. Fue este escenario teñido en rojo el que Domingos Soares de Oliveira recibió de Katrien Meire tras enviar a la presidenta del Charlton el acuerdo de confidencialidad en febrero de 2017. La documentación fue compartida con el presidente del Benfica, Luís Filipe Vieira. Sin embargo, el acuerdo terminó por no salir adelante.

El belga Roland Duchatelet siguió al frente del Charlton hasta 2019. El 29 de noviembre de ese año, el fondo East Street Investments, de Abu Dabi, se lanzó a comprar el club londinense. Sin embargo, en los meses siguientes los desacuerdos entre los propios inversores de East Street Investments provocaron un embrollo legal por el control de Charlton, que en septiembre de 2020 acabó siendo adquirido por un empresario danés, Thomas Sandgaard.

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