Bangladesh

El Corte Inglés aún no ha pagado las ayudas que prometió a las víctimas de la catástrofe de Bangladesh

Ibon Uría

El Corte Inglés aún no ha enviado la ayuda que prometió a las víctimas del desplome del edificio Rana Plaza en Bangladesh, accidente que acabó con la vida de más de 1.100 personas y que causó en torno a 2.500 heridos. Es la denuncia que realiza la Campaña Ropa Limpia (CRL) cuando ya han transcurrido más de tres meses desde el derrumbe, ocurrido el pasado 24 de abril.

En protesta por la situación que atraviesan, 200 personas se han manifestado este miércoles por tercera jornada consecutiva en la ciudad bengalí de Savar. En los últimos días han organizado sentadas y han bloqueado la autopista que une Daca, la capital del país, con la ciudad de Aricha. El grupo está compuesto por antiguos trabajadores y familiares de los fallecidos en el Rana Plaza.

Los supervivientes de la tragedia reclaman la ayuda que se les prometió en un primer momento por parte de las empresas implicadas y del Gobierno del país. Según CRL, el dinero no llega y la mayoría de marcas permanece en silencio y trata de ocultar su posible responsabilidad en las muertes y lesiones. La organización estima que las compensaciones a las familias afectadas deberían alcanzar los 54 millones de euros, según los estándares internacionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El Corte Inglés, una de las empresas que había subcontratado parte de su producción en las factorías siniestradas, es uno de los fabricantes que no ha cumplido su palabra. La firma optó en un primer momento por lavarse las manos y cargar toda la responsabilidad sobre las autoridades locales, si bien el 30 de abril rectificó y emitió un comunicado en el que aseguraba que "la compañía ha decidido colaborar con las víctimas en una primera ayuda de emergencia" y que se estaban produciendo avances "en un proyecto con otras empresas que permita dar soporte a largo plazo a las víctimas".

Sin embargo, el tiempo pasa y El Corte Inglés asegura ahora que no puede hacer llegar la ayuda antes de que se celebre una reunión en Ginebra. El encuentro no tiene aún fecha concreta, y deberá celebrarse bajo el paraguas de la OIT. Al menos hasta entonces, las víctimas tendrán que esperar. La compañía tampoco ha respondido a preguntas de infoLibre acerca de la cuantía de las compensaciones que prevé entregar, y tampoco ha detallado el estado de las conversaciones que han mantenido con organizaciones como Ropa Limpia, implicadas en el proceso.

En el caso de Mango, la empresa ha optado por declinar toda responsabilidad en relación a las víctimas. A pesar de que se encontraron etiquetas de prendas de la firma en los talleres siniestrados y de que uno de ellos realizaba pruebas para la firma española, fuentes de la compañía han insistido en que "Phantom –una de las empresas del Rana Plaza– no era un proveedor". Mango también ha reconocido a preguntas de este medio que no había realizado auditoría alguna al taller y que incluso si la hubiera hecho, esta habría resultado completamente inútil para prevenir la tragedia: "Hubiera sido imposible constatar las insuficiencias estructurales del edificio siniestrado", han afirmado.

Opacidad absoluta

El ocurrido en el Rana Plaza fue el más grave de los accidentes ocurridos en la industria textil de Bangladesh, pero no una excepción. En noviembre de 2012, 117 personas murieron calcinadas en un incendio registrado en otra factoría bengalí, el taller Tazreen. Tras conversaciones con el sindicato internacional IndustriALL, las empresas occidentales que producían en Tazreen mediante acuerdos de subcontratación acordaron el 15 de abril de 2013 el pago del 45% de la compensación de 5,7 millones de dólares acordada para las víctimas. En esta ocasión, El Corte Inglés también figuraba en el listado de clientes.

Preguntada sobre si estas ayudas se abonaron finalmente, la empresa española se ha limitado a afirmar que esta "es una cuestión cerrada". La firma ha guardado silencio sobre el importe de las ayudas y únicamente ha señalado que las compensaciones se canalizaron a través de una ONG, cuya identidad tampoco ha desvelado. CRL manifestó el 31 de julio en un comunicado que "El Corte Inglés aún no ha confirmado que vaya a pagar las indemnizaciones solicitadas".

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