Investigación

Por qué merece la pena investigar a la petrolera Perenco

Explotación de Perenco en la República Democrática del Congo.

Leïla Miñano, Maxence Peigné (Investigate Europe) / Matthias Destal, Geoffrey Livolsi (Disclose) / Manuel Rico (infoLibre)

Poco conocida pero poderosa, Perenco se presenta como "el principal grupo independiente de petróleo y gas de Europa". Opera en 14 países, incluida la mayor explotación petrolífera europea en tierra, en Inglaterra, y varias plataformas de gas en el Mar del Norte.

El éxito de la multinacional ha beneficiado sobre todo a sus propietarios: la familia Perrodo, la decimoquinta más rica de Francia, con propiedades en los barrios más exclusivos de Londres. Los multimillonarios, que dan nombre a su empresa (Perrodo Energy Company), han amasado su fortuna lejos de los focos mediáticos y del escrutinio público.

Una de las razones de su discreto ascenso es que Perenco no cotiza en bolsa. Por ello, el grupo está libre de las normas de transparencia que afectan a sus principales competidores. Y con menos de 10.000 empleados en todo el mundo, no está tampoco sujeto a las leyes francesas que obligan a las grandes empresas a enumerar los riesgos asociados a sus actividades en el extranjero.

Todo esto hace que los intentos de examinar las actividades de la empresa sean especialmente difíciles. Sin embargo, el negocio de Perenco es digno de investigación. Para empezar, porque el grupo está especializado en la compra de activos maduros de los que otras grandes petroleras intentan deshacerse debido al envejecimiento de las instalaciones y la disminución de las reservas.

Perenco se ha visto envuelta en varios escándalos medioambientales y de presunta violación de derechos humanos en varios países donde está presente. Acusada de financiar a grupos paramilitares en Colombia y vinculada al desplazamiento de comunidades indígenas en Guatemala, la empresa también se ha enfrentado a una letanía de denuncias por contaminación del suelo y del agua en África y América Latina.

En su carrera por convertirse en la primera empresa petrolera no cotizada de Europa, Perenco ha recurrido a métodos radicales, a veces recortando gastos a costa del medio ambiente.

"Es cierto que, en comparación con los estándares de Total o de las grandes empresas estadounidenses, Perenco no está al mismo nivel", admitió un antiguo ejecutivo de Perenco en África, entrevistado para una investigación del consorcio Investigate Europe (IE) y del digital francés Disclose, en la que infoLibre participa como único medio español. El grupo, añadió el directivo, cuestiona normas medioambientales "que consideran incompatibles con su modelo".

Este modelo ha provocado decenas de supuestos incidentes en las instalaciones de Perenco a lo largo de los años. El vertido de lodos tóxicos, las fugas de petróleo debidas a la antigüedad de las instalaciones y la contaminación atmosférica son hechos habituales en los países donde Perenco tiene filiales, según informes de ONG, autoridades y periodistas.

En Gabón, 50.000 metros cúbicos de petróleo salieron de algunos depósitos del grupo el pasado mes de abril. En la ciudad de Muanda, en la República Democrática del Congo, la empresa está quemando gas día y noche cerca de casas, cultivos y fuentes de agua potable. Al otro lado del Atlántico, en Perú, la multinacional ha llevado al gobierno a los tribunales para intentar bloquear la creación de una reserva natural en su zona de operaciones.

Unas acusaciones que la compañía niega de forma tajante. A preguntas de IE y Disclose, un portavoz de la petrolera señaló: "Perenco actúa como un socio responsable. En cada país donde opera, Perenco se compromete a garantizar la salud y la seguridad de sus empleados y de las comunidades".

El grupo "reconoce que en el pasado se han producido incidentes relacionados con nuestras actividades", pero les otorga un carácter puntual y les resta importancia. El portavoz de Perenco declinó hacer comentarios sobre el proceso judicial en curso en Gabón, aseguró que la compañía había realizado una importante inversión en la República Democrática del Congo para reducir la quema de gas, y destacó que la empresa estaba trabajando estrechamente con las comunidades locales en Perú.

Hubert el "conquistador"

Los orígenes de Perenco llevan a un conocido paraíso fiscal: Bahamas. En 1967, Hubert Perrodo, fundador del grupo, procedente de una familia de pescadores de la costa oeste de Francia, trabajaba para un magnate petrolero estadounidense en las Bahamas. "Si quieres hacer fortuna, chico, tienes que meterte en el petróleo", le dijo su jefe de entonces.

En 1971, Perrodo se trasladó a Singapur. El "conquistador", como se le describe en la página web de Perenco, trabajó en la industria de los combustibles fósiles y conoció a su mujer, con la que tuvo tres hijos. En la década de los setenta, creó una compañía naviera y montó un negocio de perforación, antes de fundar Perenco en 1992. Tras la muerte de Perrodo en un accidente de montaña en 2006, su hijo mayor, François Perrodo, tomó las riendas del imperio familiar. Aficionado a las carreras de coches, ha seguido los pasos de su padre para ampliar el negocio, del que es propietario junto con sus hermanos y su madre. En la actualidad, además de su empresa petrolera, los Perrodo son propietarios de valiosos viñedos en Francia y accionistas mayoritarios de Konbini, un popular medio de comunicación galo online.

Si el lema de Perenco afirma con orgullo que "el petróleo sigue siendo una aventura", los Perrodo se han convertido en maestros de un oficio completamente diferente: la creación de estructuras corporativas opacas. Aunque la sede de Perenco se encuentra en zonas acomodadas de Londres y París, el grupo está formado por una miríada de empresas registradas en paraísos fiscales.

Solo en Bahamas, la multinacional contaba con 62 sociedades en 2016. El análisis de IE de los contratos petroleros y de los registros públicos de todo el mundo muestra que estas participaciones se han utilizado para crear filiales en los países donde Perenco tiene actividades, manteniendo la propiedad y los flujos de efectivo en secreto.

Para montar este complejo esquema financiero, los Perrodo contaron con la ayuda de un puñado de hombres de confianza. Entre ellos, el padre de la ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher. Al lado de Hubert Perrodo desde el principio, Jean-Michel Runacher ha seguido siendo una de las figuras clave de Perenco hasta fechas recientes, como director financiero y director general. Aún hoy participa en la administración de un par de sociedades del grupo.

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La investigación de IE y Disclose descubrió que parte del patrimonio que amasó durante su carrera pasó discretamente a los hijos de Agnès Pannier-Runacher, a través de la creación de una sociedad civil francesa, en un acto en el que la ministra actuó como "representante legal" de los menores [puedes leer aquí la información]. Más de un millón de euros de patrimonio en fondos de inversión que también han contado con Perenco como cliente. Interrogada sobre este tema, la ministra de Transición Energética defendió su actuación y aseguró que no había incluido la empresa en su declaración de bienes porque la ley no le obliga a ello.

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Esta investigación cuenta con el respaldo del fondo Periodismo de Investigación para Europa (IJ4EU, por sus siglas en inglés).

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