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Xi advierte a Taiwán que nunca descartará "el uso de la fuerza" en el inicio del congreso que lo consolidará en el poder

Xi Jinping saluda al final de la ceremonia inaugural del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China.

El presidente de China, Xi Jinping, ha asegurado este domingo que su país persigue la "reunificación pacífica" con Taiwán antes de avisar a las "fuerzas separatistas" que Pekín nunca descartará "el uso de la fuerza" y deja la puerta abierta a "todas las medidas necesarias" para conseguir su objetivo, recoge Europa Press. Estas palabras han sido las que más aplausos han cosechado en su discurso inaugural del XX Congreso del Partido Comunista chino.

Las relaciones entre China y Taiwán quedaron suspendidas en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista chino Kuomintang, encabezado por Chiang Kai Shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista de China y se trasladaran a la isla de Taiwán. El gigante asiático considera a Taiwán como su provincia rebelde, pese a que la isla ha declarado su independencia y cuenta con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea.

"Resolver la cuestión de Taiwán es una cuestión que debe quedar en manos del pueblo chino", ha declarado el presidente durante la sesión inaugural del XX Congreso Nacional del Partido Comunista que ha comenzado este domingo, y en la que presentará las líneas maestras de los próximos cinco años de política social, cultural, económica y diplomática del país.

"Seguiremos luchando por la reunificación pacífica con la mayor sinceridad y el máximo esfuerzo, pero nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza, y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias", ha asegurado el mandatario, quien ha identificado a las autoridades taiwanesas como "unos pocos separatistas" en un aviso también dirigido contra "la interferencia de fuerzas externas".

El presidente se ha dirigido a la población taiwanesa en un tono más conciliador. "Siempre hemos mostrado respeto y cuidado por nuestros compatriotas de Taiwán y trabajamos para brindarles beneficios", ha asegurado durante su discurso, recogido por la agencia oficial de noticias china Xinhua antes de reiterar su idea principal sobre la isla.

"Animaremos a los compatriotas de ambas orillas para enaltecer juntos la cultura china y promoveremos la confluencia espiritual de ellos", ha asegurado el presidente antes de manifestar que "las ruedas de la historia avanzan hacia la reunificación de China". "La reunificación completa de nuestro país puede y debe realizarse", ha zanjado.

La respuesta de Taiwán a los comentarios del presidente chino no se ha hecho esperar. Desde el gobierno de la isla se mantiene que Taiwán "seguirá siendo soberana e independiente" y ha explicado a Pekín que un enfrentamiento no arroja beneficio alguno. "La confrontación, definitivamente, no es una opción para ninguna de las dos partes", ha declarado un portavoz de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing Wen, en declaraciones recogidas por DPA.

Pone el acento en modernizar la economía china

Además de Taiwán, el presidente de China ha esbozado la estrategia para modernizar la economía y acelerar en la creación de "un nuevo patrón de desarrollo" con el que construir "un país socialista moderno en todos los aspectos". Durante su discurso ha asegurado que deben aplicar "plena y fielmente la nueva filosofía de desarrollo en todos los frentes" para promover una apertura de alto nivel y fomentar un patrón de desarrollo centrado en la economía nacional, con una "interacción positiva" de flujos internacionales.

El líder chino ha puesto el acento en la modernización y la apuesta por la calidad en la industrialización y de los productos resultantes de esta, sin olvidar la industria aeroespacial o el sector de los transportes, según ha recogido la agencia Xhinhua.

Jinping también ha asegurado que China seguirá apostando por el desarrollo agrícola para potenciar el medio rural y "reforzará las bases para garantizar la seguridad alimentaria", tras hacer gala de los avances logrados en la reducción del hambre.

Sin embargo, el mandatario también ha advertido de que "se avecinan momentos difíciles" y los "peligros potenciales" que amenazan el país por lo que ha pedido que China esté "preparada para los peores escenarios", según ha recogido DPA.

A un paso de consolidar su poder

Estas palabras de Xi se enmarcan en la apertura del mayor evento de la política interior de China: el 20º Congreso Nacional del Partido Comunista. Se trata de una cita histórica que introducirá cambios en la cúpula del Gobierno y permitirá al presidente del gigante asiático hacerse con un tercer mandato y consolidar su poder en tiempos inciertos para Pekín.

El que ha sido ya considerado como uno de los líderes chinos más poderosos en décadas ha dado así el pistoletazo de salida a un congreso que llega en un momento desafiante, con una China que se aferra a su estricta política sanitaria para hacer frente al coronavirus y una postura geopolítica respecto a Rusia que lo aleja de Occidente.

No obstante, y con el visto bueno de la cúpula del partido, todo apunta a que Xi renovará su mandato y no pasará la batuta a un posible sucesor, como ha sido común en el pasado cuando el jefe de Estado cumplía una década en el poder.

El que ha sido ya considerado como uno de los líderes chinos más poderosos en décadas ha dado así el pistoletazo de salida a un congreso que llega en un momento desafiante, con una China que se aferra a su estricta política sanitaria para hacer frente al coronavirus y una postura geopolítica respecto a Rusia que lo aleja de Occidente.

No obstante, y con el visto bueno de la cúpula del partido, todo apunta a que Xi renovará su mandato y no pasará la batuta a un posible sucesor, como ha sido común en el pasado cuando el jefe de Estado cumplía una década en el poder.

El Congreso Nacional, la reunión que traza las líneas maestras de los próximos cinco años de vida política, social, económica y cultural del país, tiene lugar cada lustro y dura aproximadamente una semana. Celebrado generalmente en octubre o noviembre, cuenta con la presencia de unos 2.300 delegados elegidos previamente por los miembros del partido y procedentes de todos los rincones del país, de los cuales solo cerca de un cuarto son mujeres, mientras que un 11% forman parte de minorías étnicas.

Existen tres anillos de poder en esta jerarquía: unos 400 delegados son además miembros del elitista Comité Central, que incluye a su vez a los 25 miembros del Politburó, el organismo de toma de decisiones de las máximos dirigentes, y su Comité Permanente, que suele estar formado por un número que oscila entre cinco y nueve altos cargos. Los miembros del Politburó suelen ser de etnia han, mayoritaria en China.

Aunque está previsto que Xi sea nombrado nuevamente secretario general del partido, a efectos prácticos no verá revalidado su tercer mandato como jefe de Estado hasta que la elección se formalice el próximo mes de marzo.

El Congreso de este año presenta otra particularidad. En él se decidirá el futuro del primer ministro del país, Li Keqiang, quien ya ha anunciado su jubilación pero tendrá también que esperar a marzo para abandonar definitivamente su cargo.

No obstante, ya existen especulaciones sobre la sucesión, con una lista que incluye nombres como el del presidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, Wang Yang, de 67 años, o el del viceprimer ministro Hu Chunhua, de 59 años.

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La capital china ha comenzado ya a aumentar su dispositivo de seguridad y ha reforzado las medidas contra el coronavirus de cara a la cita política, un evento que se llevará a cabo a puerta cerrada en el Gran Salón del Pueblo, que se encuentra en la plaza de Tiananmen.

La opacidad de la política china ha provocado especulaciones sobre quiénes serán los elegidos para ocupar los puestos más importantes del Gobierno, si bien pocos esperan grandes cambios. Tras la votación, considerada por muchos una mera formalidad, el recién formado Comité Central se reúne en la que será su primera sesión plenaria, en la que elegirán a los componentes del Politburó y del Comité Permanente.

Xi se dirige así hacia la consolidación de su poder ante un "complejo ambiente a nivel internacional" y con "numerosos desafíos internos", como han hecho notar algunos miembros de la cúpula del partido, que destaca los logros "inusuales y extraordinarios" de un político cuya ascendente carrera sorprendía al principio a delegados y miembros de la que es la organización política más grande del mundo.

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