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GUERRA EN EUROPA: LAS CONSECUENCIAS

Ribera intenta negociar una nueva excepción para que España no tenga que reducir un 5% su consumo eléctrico

Teresa Ribera en un Consejo Extraordinario de Transportes, Telecomunicaciones y Energía con sus homólogos europeos.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha mostrado este miércoles su rechazo a la propuesta de la Comisión Europea de reducir de manera forzada el consumo eléctrico de los países miembros este invierno. "Reivindicamos una lectura flexible que nos permita dar una respuesta a los estados con arreglo a nuestra realidad nacional”, ha señalado la vicepresidenta tercera durante una rueda de prensa. 

El plan de la Comisión Europea, anunciado el pasado miércoles, propone introducir una herramienta temporal que obligue a los estados miembros a reducir su consumo de luz un 5% en las horas de mayor demanda, así como una recomendación de recortar el consumo total de luz un 10%. Las dos medidas estarían en funcionamiento hasta el 30 de marzo de 2023. 

Teresa Ribera, sin embargo, entiende que España no necesita reducir su consumo eléctrico de manera forzada porque tiene capacidad de sobra para generar electricidad, ya que la península tiene una dependencia limitada del gas ruso, puesto que la península se nutre principalmente del gas natural que llega en barcos o a través de tubos desde Estados Unidos, Algeria o Nigeria. 

“Lo que puede ser un problema muy grande para Alemania porque no tienen cómo sustituir rápidamente ese gas que llegaba por tubo desde Rusia, no lo es para España, donde nuestro suministro funciona de otra manera y está absolutamente garantizado”, señaló este miércoles la ministra. 

Y añadió que este mecanismo serviría para penalizar a los consumidores, tanto familias, como empresas y fábricas, por lo que hizo un llamamiento a sus socios para que "no se introduzcan medidas que no tienen más respuesta que la destrucción de la demanda, cuando no necesitamos destruir la demanda".

La propuesta de Bruselas tiene como objetivo atacar directamente el consumo en las horas punta del día –generalmente a primera hora y durante la cena– porque en ellas se generan grandes cantidades de energía que no pueden ser cubiertas únicamente con fuentes renovables o con centrales de última tecnología, aquellas que producen más energía con menos recursos. 

En su lugar, en las horas de alta demanda es necesario activar centrales más caras y contaminantes, lo que provoca que el consumo de gas se dispare y países dependientes de gas ruso no tengan más remedio que comprar esta materia a Vladimir Putin o a precios muy elevados en el mercado internacional. 

"En las horas pico se produce mucha electricidad que en el resto de horas no vas a necesitar, pero si aplanas la curva necesitarás encender menos plantas de ciclo combinado, que son las que funcionan con gas", explicó la semana pasada en infoLibre Ana María Jaller-Makarewicz, analista energética del IEEFA. 

En el caso de España, es cierto que su dependencia del gas natural ruso es limitada, aunque también es verdad que sigue comprando grandes cantidades de gas licuado a Rusia que importa por barco y que acaba en las centrales de ciclo combinado. El mes pasado, el 12% de la demanda de gas se consumió fue de origen ruso, según cifras de Enagás. 

En caso de salir adelante, la reducción forzada tendría también un difícil encaje en España, ya que sería muy complicado regular el consumo de los hogares en las horas punta. Además, el Gobierno español insiste desde hace meses en que no pedirá a los ciudadanos a reducir la demanda de electricidad este invierno y ha enfocado sus actuaciones en rebajar ligeramente el consumo de luz en el sector privado, al pedir a los comercios que apaguen los escaparates tras el cierre y que mantengan las estufas durante los próximos meses a un máximo de 19 grados. 

La Comisión Europea lanzó esta propuesta hace una semana a petición de los gobiernos nacionales, y ahora tendrá que ser consensuada por los ministros de Energía de los 27 países el próximo viernes en el Consejo Europeo. No obstante, el plan publicado está sujeto a cambios y España tratará de suavizar este límite al consumo eléctrico antes de la votación, por lo que ya mantiene contactos con otros líderes europeos para acercar posiciones. 

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