Por qué Zuckerberg amenaza con dejarnos sin Facebook e Instagram pero nunca habla de WhatsApp

Un mural sobre Zuckerberg en la calle Shoreditch de Londres.

Estrategia cutre, farol, órdago, partida de póker o teatro. Estas son sólo algunas de las palabras que se han usado esta semana para calificar la amenaza que deslizó Meta (antes Facebook) a la UE en un documento que presentó a la Securities and Exchange Commission (SEC) y que se hizo público el pasado lunes. En concreto, el imperio de Mark Zuckerberg asegura en este texto que no podría seguir ofreciendo servicios como Facebook e Instagram en Europa si la normativa comunitaria seguía sin permitirle en el futuro transferir datos de los usuarios europeos a EEUU. El lío estaba montado. El titular se hacía prácticamente sólo, sobre todo ante una compañía que, a pesar del reciente cambio de nombre, se ha convertido en la favorita del mundillo tecnológico para criticar. Eso sí, en los medios del otro lado del Atlántico, la noticia no tuvo casi repercusión.

Pero el órdago se escuchó donde se tenía que escuchar y desde Bruselas no tardaron en contestar a Zuckerberg. Y fueron bastante claros. Los encargados de responder fueron, en esta ocasión, los titulares de finanzas de Alemania y Francia, Robert Habeck y Bruno LeMaire. "Podemos vivir sin Facebook", defendió el ministro galo que también señaló que "los gigantes digitales deben entender que el continente europeo resistirá y afirmará su soberanía". Ni 48 horas tardaron en Menlo Park en salir a apagar un fuego que ellos mismos iniciaron. En un comunicado firmado por el vicepresidente de Políticas Públicas para Europa de Meta, Markus Reinisch, se negaron estas "amenazas": "No tenemos absolutamente ninguna intención de retirarnos de Europa; por supuesto que no". Asimismo, recordó que, aunque la queja existe, ni el problema ni la advertencia son nuevos.

Eso sí, esta ha sido la primera vez que desde el imperio californiano mencionan abiertamente a algunos de sus servicios en particular. En concreto, señaló a Facebook e Instagram. El gran ausente era y es WhatsApp. ¿Por qué llevarse a ambas redes pero dejar a la aplicación de mensajería? "Pues porque a Zuckerberg no le interesa incluir a WhatsApp", explica Natalia Martos Díaz, CEO y fundadora de Legal Army, que sostiene que el líder de Meta sabe que, si se viese obligado a cumplir su amenaza, tiene que "mantener algo en Europa, un as en la manga". "Obtiene tantísima información de los usuarios a través de WhatsApp, que le daría igual perder el combinado actual que hace con las tres aplicaciones", asegura esta abogada especializada en el sector Internet, medios y nuevas tecnologías.

En la misma teoría, la de los datos que maneja cada una, también se mueve Susana Pérez Soler, periodista y doctora de Comunicación Digital por la Universitat Ramon Llull: "Me imagino que será por los datos con los que hace más dinero, y es con los de Facebook e Instagram". Partiendo de la base de que los datos de los usuarios son la base del negocio de Meta, esta experta recuerda que con los de "Facebook e Instagram se venden anuncios" gracias a que ambas redes hacen "un patrón" de las personas, mientras que los de WhatsApp "no son tan valiosos" ni "son tan jugosos" para los anunciantes.

La justicia europea anula el Escudo de Privacidad

El origen de todo el drama en Meta se remonta al verano de 2020. Cuando el mundo estaba más pendiente de salir de la primera ola del covid, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) metió el dedo en la base del negocio de Zuckeberg: los datos. En julio, anuló el Escudo de Privacidad (conocido también como Privacy Shield), un acuerdo entre Europa y EEUU para transferir datos personales. Resumiendo, la sentencia, que responde a una reclamación de Maximiliam Schrems, un usuario austriaco de Facebook, impide a las grandes tecnológicas, la mayoría con pasaporte estadounidense, llevarse los datos de los usuarios europeos a territorio americano.

Esta transferencia será ilegal, hasta que una nueva ley recoja este uso. Aunque es posible que las compañías extranjeras alojen datos de ciudadanos europeos en servidores situados fuera de la UE, estos deben ser países compatibles en materia de protección de datos personales, como por ejemplo Canadá, Japón, Nueva Zelanda o Suiza. El caso de EEUU es bastante más complejo ya que no cuentan con un reglamento federal de protección de datos y cuentan con leyes como la Patriota, aprobada tras los atentados del 11 de septiembre, que permite a las autoridades una vigilancia masiva de los ciudadanos sin orden judicial. "EEUU no tiene los mismos estándares que la UE", insiste Martos Díaz.

El interés de Meta por exportar datos a EEUU

Pero, ¿por qué tiene tanto interés Meta en llevarse los datos de la UE a EEUU? Esta abogada apunta dos factores. El primero, porque Europa supone para la compañía "muchísimos datos" y para su negocio "cuantos más datos mejor", sobre todo cuando en Menlo Park pueden hacer "triangulación" ya que reúnen los servidores de Facebook, Instagram y WhatsApp. "Su conocimiento de cada ciudadano llega a límites insospechables", reconoce esta abogada que sostiene que con su actual volumen de negocio sería perfectamente asumible crear un Facebook e Instagram europeos, donde tienen una estructura "mínima", aunque "perderían su ventaja competitiva".

El segundo factor, puede ser un interés "que no podemos garantizar" y que podría ser facilitar al Gobierno de EEUU los datos ya que allí pueden acceder a todos, incluidos los de usuarios europeos. "En EEUU las leyes son más laxas", recuerda Martos Díaz.

Poco después de la sentencia del TJUE, en agosto, la Comisión de Protección de Datos de Irlanda, país donde Meta tiene su sede en Europa para beneficiarse de su baja fiscalidad a las grandes empresas, le remitió una decisión preliminar en la que les avisaba que sus cláusulas relacionadas con los datos de los usuarios no cumplen con el Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD). Esta normativa, indica Martos Díaz, establece "un régimen regulador sobre cómo tratar los datos de los europeos o de los que transiten por la UE" y permite "la transferencia de datos a terceros países, pero solo a países con reglamentos similares".

El cálculo es que la sentencia definitiva de Irlanda llegue durante la primera mitad de este mismo año. Calendario que explicaría el órdago lanzado medio escondido en una comunicación a la SEC y que estaría buscando mejores condiciones en la futura negociación con Bruselas. Un nuevo revés para su sede irlandesa supondría que tendría que dejar de usar las cláusulas contractuales estándar que ha estado usando desde que se anuló el Escudo de Privacidad. Este mecanismo, según Martos Díaz, permite "si ese país es seguro, hacer una transferencia de la UE". Y sin ninguno de los dos, Meta entiende que su capacidad de operación en territorio europeo peligra.

¿Farol o amenaza real?

Pero, ¿este órdago puede convertirse en algo real? "Es un farol y una estrategia bastante cutre. Facebook está experimentando una caída brutal de usuarios y no se puede permitir perder más", sostiene Martos Díaz.

Opinión similar mantiene Pérez Soler: "Es imposible, a Meta se le hundiría el negocio". Para esta experta la partida de póker es clara. Por un lado, Meta "tiene una pataleta" ya que "su negocio se basa en los datos" y no quiere "trabas a su negocio". Y, por otro, Bruselas "intenta marcar su perfil" ya que sabe que la normativa europea es "mejor" e intenta postularse como "defensor de los derechos humanos y cuna de la democracia" frente al modelo de EEUU y China, gracias al RGPD o la futura Ley de Servicios Digitales. Pero, ambos, la UE y Zuckerberg, estarían "yendo de farol". No obstante, para esta experta, por ahora, "está todo en el aire".

Una batalla en la que no solo pelea Meta

Pero en esta partida de póker, Meta no es la única tecnología que juega ya que no es la única a la que afecta la sentencia del TJUE. "¿Por qué Facebook está dando la cara por un problema que también afecta a Google o Amazon? ¿Por qué se pone al frente de esta batalla?", pregunta sin respuesta Pérez Soler, quien recuerda que en el universo de Zuckerberg siempre "hay que leer entre líneas" y "seguir el rastro del dinero". 

Lo que sí que está claro es que por ahora la primera víctima real no ha sido Meta. En enero, la autoridad de protección de datos de Austria concluyó que Google Analytics era ilegal por incumplir el RGPD y prohibió su uso. Decisión prácticamente calcada tomó este mismo viernes la Agencia de Protección de Datos de Francia. Por el momento, ni el Comité Europeo de Protección de Datos ni la Agencia Española de Protección de Datos se han pronunciado, aunque las decisiones con respecto a este servicio de Google podrían comenzar a producirse en cascada.

Los problemas se le acumulan a Meta

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Aunque Meta no es la única, las críticas por su amenaza a la UE fueron el culmen de una semana negra, por no decir últimos meses, en Menlo Park. Cinco días antes, durante la presentación de los resultados del cuarto trimestre de 2021, se conoció que la tecnológica perdía usuarios por primera vez en su historia. "A Facebook lo damos ya por muerto prácticamente", defiende Pérez Soler. Estos malos datos, provocaron que los títulos de la compañía se desplomaran un 26% y que la fortuna personal de Zuckerberg se redujese en unos 30.000 millones de dólares. Una caída en Bolsa que se prolongó el lunes y el martes siguientes con otro 10%.

Además, en esa presentación de resultados, Meta también reconoció por primera vez que le preocupa la competencia. TikTok le está comiendo terreno a un Instagram que ya se está empezando a quedar anticuado y al que los problemas también empiezan a afectar, sobre todo después de que Frances Haugen desvelará el potencial dañino de la red social para los menores de edad, tras la publicación de un estudio de la propia empresa que revelaba que "un 32% de las chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo" la red social de fotografías "les hace sentir peor".

Y, como a perro flaco todo son pulgas, Apple le está haciendo cosquillas con su nueva, pero muy anunciada, función de transparencia de seguimiento de aplicaciones que llegará con el iOS 14 en primavera y que podría costarle un agujero en sus ingresos de 10.000 millones de dólares sólo en 2022. Este mecanismo lanzará un aviso para aceptar o rechazar la petición cuando una aplicación quiera acceder al identificador del dispositivo. Es decir, otro ataque al negocio de Meta ya que los usuarios serán conscientes de cómo las aplicaciones rastrean sus datos. Los problemas, visto lo visto, no dejan de acumularse a las puertas del imperio de Zuckerberg. 

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