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El Ojo Público

RTVE: 500 días sin control

Este pasado sábado, en el telediario de las tres de la tarde el presentador Pedro Carreño daba paso en directo al congreso del Partido Popular con estas palabras “El tiempo desapacible que hay en Madrid hoy contrasta con la imagen de alegría que se vive en las filas populares”. La redactora Ana Rosa Berraquero, integrante de la denominada redacción paralela, definía el 18 Congreso: “está siendo distendido, amable, como si se tratase de la reunión de una gran familia”. Ambas afirmaciones ocasionaron una repulsa multitudinaria en redes sociales, recogida por infoLibre.

Ese sábado se cumplían 500 días sin control parlamentario de RTVE. Esto es, sin que la actual dirección de la radio y televisión pública respondiera de su gestión ante los representantes políticos de los ciudadanos. José Antonio Sánchez, ese votante confeso del PP, no ha tenido otro control que el de el gobierno que le nombró, y a cuyo servicio se está dedicando, según denuncias reiteradas de los órganos de representación laboral y profesional en RTVE. Solo en la última semana, el Consejo de Informativos de TVE criticaba la censura de la noticia sobre la causa de la muerte de Rita Barberá; o el doble rasero a favor del PP, que demuestra el hecho de que ese lunes el TD1 y TD2 dedicaran respectivamente 19 y 16 segundos a la petición de cinco años de cárcel al expresidente balear Jaume Matas, y que en el TD1 del martes, el dictamen contrario a Manuel Chaves y José Antonio Griñán, emitido por la Comisión de Investigación del Parlamento Andaluz, ocupara más de dos minutos, con un directo desde Sevilla y una pieza con testimonios, por citar un par de ejemplos. En paralelo, el consejo de RNE calificaba de "errático y parcial" el tratamiento de asuntos como el accidente del Yak-42, y el papel desempeñado por Federico Trillo.

El Gobierno señala que no "interviene" en la información de RTVE

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Desde el 29 de septiembre de 2015, en que se produjo la última comparecencia del presidente de la Corporación en el Parlamento, se ha usado y abusado del vacío político, provocado por la repetición de elecciones, para tomar decisiones tan llamativas como la contratación de la serie Reinas a una productora de José Luis Moreno, a pesar de que la normativa prohíbe hacerlo con quién -como Moreno- mantiene deudas con la hacienda pública; se ha dado un programa en horario de máxima audiencia a Javier Cárdenas, poco o nada compatible con el concepto de servicio público; se ha situado al frente de La Noche en 24 Horas a Víctor Arribas, y a Álvaro Zancajo como director del Canal 24 Horas, a pesar de las denuncias sobre contrataciones externas, mientras se margina a la redacción veterana, que sufre traslados a espacios alejados de la actualidad para ocupar sus puestos con personal afín a la dirección... Son solo algunos casos entre las docenas y docenas que provocan la repulsa de los representantes de los trabajadores.

Durante esos 500 días, la oposición política se ha limitado a quejas puntuales, tan esporádicas como inanes. Perdida en un laberinto de crisis internas, la izquierda en el Parlamento no ha sido capaz de emprender iniciativas reales para que los órganos de decisión de RTVE respondieran a la actual representación, sino que han contribuido a la paradoja de que, a pesar de que el PP no tenga mayoría absoluta en el Congreso, el peso gubernamental en las decisiones sea aún mayor que en la anterior legislatura.

Se han consumido así 500 días en que la radio y televisión pública se ha consagrado a la defensa del Partido Popular y del Gobierno, incumpliendo de manera flagrante el mandato legal que consagra el servicio a los ciudadanos como razón de ser. Aquel deseo, expresado por Mariano Rajoy en campaña electoral, de hacer de RTVE un organismo "parecido a la BBC", se ha convertido en un doloroso sarcasmo.

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