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LIBREPENSADORES

'El mundo es ansí'

Thierry Precioso

Hace pocos días terminé la novela El mundo es ansí, de Pío Baroja, publicada en 1912.

En el capítulo VII de la primera parte aparece mencionada la famosa nariz corva propia, según parece, de muchos judíos. No he leído más de tres novelas de Baroja pero creí recordar que en el tramo final de Zalacaín el aventurero el prestamista judío de Bayona también atesoraba tal característica, aunque no estoy seguro de ello. Reconozco que a veces estoy hasta las narices de esta particularidad –una suerte que, según una amiga mía, tal vez porque es aficionada a Bob Dylan, entre la gente judía abunda primeramente el cabello rizado–, pero como unas pocas pocas líneas antes estaban evocados el caso Dreyfus y el antisemitismo consideré que la balanza estaba equilibrada y que el autor había instalado un narrador con cierta hostilidad doblada a veces de verdadera curiosidad hacia lo judío. Este antijudaísmo de baja intensidad era de lo más común en Europa hasta no hace tanto.

Muy pronto en el primer capítulo del prólogo el narrador se define como conocido de Juanito Velasco y, encontrándose en un pueblecito de la costa vasca, recibe un telegrama que dice así: “¿Puede usted venir esta tarde en el tren de las 3 y 20 a Biarritz? Le necesito para testigo de mi boda. Si se decide, póngame usted un telegrama. Le esperaré en la estación de la Negresse. Juan de Velasco”.

Este mismo día Juanito Velasco contrae matrimonio con la verdadera protagonista de esta novela, Sacha Savarof, una rusa de veinticuatro a veinticinco años...

Sacha es hija del general Savarof, “un general ruso como hay muchos”. Hasta los diez o doce años tiranizaba a padre y criadas... Ingresó en la escuela de Medicina... Durante unas protestas fue detenida... Cuando fue liberada, su padre, desde siempre opuesto a estos movimientos de protesta política, no quiso discutir y la encerró en la casa de campo familiar para que no volviese a quedar detenida. El narrador observa que la medida fue de gran prudencia ya que poco después estalló el movimiento revolucionario de 1905 con muchos activistas yendo a prisiones y a la deportación. Pasada esta tempestad el general convino que Sacha fuese a estudiar en Ginebra donde su antigua institutriz, madame Frossard, la podía alojar en su propia pensión.

Ya en el epilogo sucinto, dos páginas a lo sumo, Sacha se entera de que ha estallado una revolución en China. Estamos a finales de 1911 o a principios de 1912. Antes hubo un poco de todo: parte epistolar, parte de relato de viajes bastante caóticos y también fases en las cuales Sacha dudaba de qué hombre aceptar las insinuaciones, entonces se percibía una atmósfera muy parecida a la de los filmes de Éric Rohmerfilmes...

Habiendo quedado favorablemente impresionado por la distancia que el narrador establece respecto al ambiente revolucionario de los estudiantes rusos en Ginebra, lo comenté a una amiga y resultó que lo que yo tomaba por un distanciamiento saludable ella lo recibía como una frialdad desagradable. En fin, ya van dos, pero es una suerte que tenga amigas para contrastar impresiones y opiniones.

Unas veces, desde algún tiempo largo, ya mucho menos, he oído que no había que detener y estancarse en las “historias” de las novelas que son meramente anecdóticas, mientras que lo importante es adentrarse en la complejidad semántica para poder extraer el sentido más profundo de una obra. Ciertamente, El mundo es ansí propicia preguntas y reflexiones muy profundas pero las peripecias de las narraciones nunca han dejado de importarme mucho, y en este caso me quedo con la del pequeño vapor avanzando por el lago Lemán brumoso... _________________

Thierry Precioso es socio de infoLibre

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