Librepensadores

Siempre mandaron los mismos

César Moya Villasante

El problema de España está muy claro para los que estamos en este mundo desde que terminó la guerra. Ahora nos encontramos en una lucha por acabar con el Gobierno actual del PSOE al que no reconocen los de siempre, aquellos que no viven la democracia porque simplemente no les gusta. Solo la han aceptado para estar en alguna silla porque las otras estaban viejas. Pero no hay más que recordar como gobernó Felipe González, con alguna pistola detrás. Y no es hablar en figurado porque en aquellos tiempos estaban detrás de sus decisiones todos los próceres del franquismo acérrimo y todas las instituciones que manejaban: los ministerios y la mayoría de sus funcionarios, el Ejército que aún no se había renovado como en la actualidad, convirtiéndose ya en una organización respetable porque los antiguos ya están en la reserva; la policía, los medios de comunicación, etc. Y todo además apoyado por una Iglesia que a día de hoy vive en el mismo estatus. Por ellos no pasan los años pese a tener un papa moderno con el que quieren acabar y ya empiezan a manifestarlo. ¿Qué se podía hacer entonces? Pues simplemente lo que hizo, renovar a los que pudo, crear un país moderno en sanidad y en educación, porque eran armas que no podían tener respuesta como ahora porque vivíamos en otro tipo de economía, mejorar la cultura con múltiples orquestas y auditorios, etc. Pero poco más. Porque en temas políticos de verdad los que mandaban eran los mismos de siempre.

Si pasamos a la actual situación, Aznar recobró fuerzas y sin disimulo gobernó a su aire, sin importarle para nada la sociedad, como siempre ha sido. Cuando le veo con su colegial Casado de muñeco al que maneja a su gusto, siento escalofríos, no porque sepa quién es y lo que quiere, sino porque le veo manejando esos hilos con la prepotencia de siempre y olvidándose que las cosas han cambiado en el mundo. Veo ahora, en esa lucha a brazo partido para destrozar a Pedro Sánchez y todo su equipo, la fuerza de todos los que, repito, han mandado siempre, encantados de que Jose Mari vuelva a ser el salvador de la patria, el que recuerda al viejo franquismo en las formas, y el que ya ni disimula. Contesta con desaire, con chulería a cualquier cosa porque los votantes de su partido echaban de menos a alguien así. Rajoy era un “muerto” sin consistencia ninguna que aguantó hasta que pudo, pero la corrupción que arrastraba desde tiempos pasados y los ataques dentro de su partido le echaron a su casa. Unido a que no hizo nada de nada. Y ahora estamos en lo que vemos a diario. Destrozar a un Gobierno legítimo para colocarse de nuevo en la silla apoyados por Albert Rivera, otro personaje del mismo tipo, aunque más guapo y educado, pero al final, es lo mismo. O sea, la imagen de una derecha europea, porque la que representa la de los populares no lo es. La misma derecha española que nunca dejó de gobernar, solo algunos años, detrás de la silla, pero mandando con todas esas instituciones tan cercanas con tanta gente agradecida y en modo feligrés, yendo a votar como yendo a misa. Es así y no podemos ahora negarlo cuando los vemos otra vez con la chulería y prepotencia de siempre.

El retroceso en principios básicos alcanzados con tanto esfuerzo será una realidad en poco tiempo viendo a los más jóvenes del partido, que no son mejores. No hay más que ver al segundo de Casado, Teodoro, su amigo, para notar que estamos en los antípodas del avance necesario. Todo ello ayudado por el nacionalismo catalán absurdo que sabe que en España esa materia es tabú y no se puede tocar. Por eso, la utilizan en su favor, pero con unas personas sin ningún nivel político, como Puigdemont y Torra, que son meros activistas, lo que se puede llamar los pegacarteles, porque sus razonamientos no convencen más que a sus otros feligreses que, quizá, poco a poco les abandonarán cuando se convenzan de su nivel político, aunque el nacionalismo de este país es el gran problema sin resolver. Y que Rajoy lo estropeó aún más.

Por todo ello se conjugan demasiadas cosas para poder ser optimistas con el futuro. El PP de Aznar todos sabemos en qué consiste. El PSOE se debate en sus inconsistencias con gente mayor dentro no haciendo una labor muy positiva, quizá poniendo palos en las ruedas. Y Podemos, siendo la más coherente, sabe que sus deseos están prohibidos en el mundo actual. Las ayudas sociales son absurdas cuando el sistema se basa en financiar al poder entre todos los demás ciudadanos. Lo están viendo todos aquellos que teniendo unos pocos ahorros ya no los puedes poner en el banco porque te los van quitando poco a poco. Y sin disimular siquiera porque el sistema es así de salvaje. Preparémonos para tiempos difíciles en donde un personaje como Trump representa el sistema actual. Con eso está dicho todo.

César Moya Villasante es socio de infoLibre

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