Fallece Bebo Valdés, el pianista cubano más internacional

Lágrimas negras y de todos los colores se derraman hoy en España y Cuba por la muerte, a los 94 años, de Bebo Valdés, uno de los grandes iconos de la música latina. El fallecimiento se ha producido en Suecia, donde parte de su familia se hacía cargo del pianista en los últimos meses de un Alzheimer avanzado. Hasta su viaje a tierras nórdicas, había residido en Benalmádena, donde vivía cerca de su hijo Chucho Valdés, con el que se reconcilió durante los últimos años de su vida. Su último disco es precisamente con él y se llama Bebo y Chucho Valdés, Juntos para siempre.

Valdés nació en 1918 cerca de La Habana y destacó a temprana edad en la música. Fundó varias orquestas y bandas, y comenzó a trabajar en el Tropicana en 1948 hasta 1957. Aquel cabaret fue crucial en la llegada de nuevos artistas norteamericanos, que llevaron a la isla los estilos emergentes del país vecino, que Bebo, junto con otros, se encargó de integrar con los ritmos afrocubanos, dando lugar a unas de las variaciones del jazz jazzmás respetadas y populares. Además, es padre, junto a su banda de 1952, del ritmo batanga. 

En 1960 se exilió en Estocolmo, donde se casó y tuvo familia, parte de la cual es la que le ha cuidado en sus últimos días. Allí permaneció como pianista de un bar hasta su vuelta a la grabación en 1994. Aunque su verdadero rescate para el gran público se debe al director de cine Fernando Trueba, que le dio un papel protagónico en su documental sobre el jazz latino Calle 54jazzCalle 54. Trueba impulsa además la grabación del disco El arte del sabor, que mereció un Grammy. 

Legendario es ya también su disco Lágrimas negras Lágrimas negrasjunto al cantaor Diego 'El Cigala', que consiguió el doble mérito de redescubrir a un público grande en España, gracias al tamiz jazzistico latino, canciones que habían quedado en las nostalgias de nuestros abuelos. Grabó varios discos más con Trueba, para quien compuso la música de su película de animación Chico&Rita.