Los privilegios fiscales de la banca (1)

Los grandes bancos no pagan nada a Hacienda por el impuesto de sociedades

Saber cuánto pagan los bancos en España por el impuesto de sociedades es imposible con los documentos oficiales de consulta pública. La razón es que las entidades financieras no tienen la obligación de entregar en ningún organismo –ni CNMV, ni Banco de España, ni Registro Mercantil– el único dato que permitiría saber cuánto han pagado a Hacienda en un ejercicio concreto. Ese dato es la cuota líquida en el modelo 220, que se corresponde con la liquidación anual del impuesto de sociedades que presentan ante la Agencia Tributaria los grupos consolidados.

La mecánica del impuesto de sociedades es similar a la del IRPF. En ambos casos, las personas físicas o jurídicas van realizando unos pagos adelantados a Hacienda: en el caso del IRPF son las retenciones mensuales que se realizan sobre los ingresos de los trabajadores, mientras que en las empresas son los denominados pagos fraccionados, que las sociedades tienen que abonar tres veces a lo largo del ejercicio –en octubre, diciembre y abril–. Y luego, una vez al año, tienen que hacer la liquidación con la Agencia Tributaria: si una persona o una empresa ha ido pagando durante el año más de lo que les corresponde de acuerdo con sus ingresos o beneficios, les sale a devolver; es decir, Hacienda les devuelve lo que ha cobrado de más durante el año. Y si han abonado menos de lo que deberían, la liquidación les sale a ingresar, de forma que el trabajador o la compañía pagan la diferencia entre lo que ya aportaron y lo que realmente les corresponde según sus rentas o beneficios.  

La cantidad de la liquidación anual, por tanto, no es necesariamente indicativa de cuántos impuestos ha pagado una persona o una sociedad mercantil: les puede salir a devolver, pero simplemente porque han ido pagando durante el año mucho más de lo que deberían en las retenciones mensuales de sus nóminas o en los pagos fraccionados. Y al revés, a una persona física o jurídica les puede salir a ingresar en la liquidación anual del IRPF o del impuesto de sociedades, y que el motivo sea que Hacienda les ha ido reteniendo a lo largo del año mucho menos de lo que debería.

En definitiva, para saber lo que realmente ha pagado una entidad financiera por el impuesto de sociedades no sirve la cifra a devolver o a ingresar de la liquidación anual y tampoco la que figura en la documentación contable que depositan en el Registro Mercantil o la CNMV. Hay que tener además los datos sobre los pagos fraccionados y las retenciones a cuenta (las dos figuras fiscales que permiten a la Agencia Tributaria cobrar por adelantado ciertas cantidades). Todas esas cifras figuran en el modelo 220, que es el formulario del impuesto de sociedades que deben presentar todos los grupos consolidados en julio de cada año, para liquidar el ejercicio del año anterior.

infoLibre ha conseguido copia del modelo 220 de cuatro bancos: Santander, Popular, Bankia y BMN. Corresponden a los ejercicios de 2015 y 2016, y la conclusión es demoledora: tres de ellos no pagaron ni un solo euro en el impuesto de sociedades y el Banco Popular abonó 24 millones de euros en 2015.

  El desglose, banco a banco

El modelo 220 del Banco Santander en 2015 y 2016 muestra que en ninguno de esos ejercicios obtuvo una cuota líquida positiva. En ambos años, en la liquidación anual pidió a la Agencia Tributaria que le devolviera exactamente la misma cantidad que había ido abonando en pagos fraccionados y retenciones a cuenta. En definitiva, el Santander no pagó ni un euro a Hacienda por el Impuesto de Sociedades en 2015 y 2016.

En 2016, el banco que preside Ana Botín reclamó a Hacienda que le reintegrara 690 millones de euros, 661,65 millones a la Agencia Tributaria y otros 13,85 millones a las haciendas forales del País Vasco y Navarra, tras haber realizado pagos fraccionados por importe de 646,65 millones a las tres administraciones y después de que se le hubieran practicado retenciones a cuenta por valor de 28,85 millones. En 2015 ocurrió otro tanto: reclamó una devolución de 546 millones –488,9 millones a la Agencia Tributaria y 11,64 millones a las haciendas forales– una vez abonados 468,82 millones en pagos fraccionados y unas retenciones a cuenta de 31,72 millones. El saldo neto con el fisco fue cero de nuevo.

Y todo ello pese a que el grupo Santander obtuvo unos beneficios de 3.455,2 millones de euros en 2015 y 2.326,69 millones en 2016, según sus declaraciones fiscales.

El caso de Bankia, entidad propiedad en un 60,6% del Estado, es exactamente el mismo, sólo varían las cifras. Reclamó 153,66 millones al fisco en 2015, tras haber pagado por adelantado 151 millones de euros y habérsele retenido a cuenta 2,67 millones. Una vez más, el saldo con el fisco fue cero, pese a que ese ejercicio había ganado 1.050,38 millones de euros.

En 2016 pidió a Hacienda en la liquidación anual 193,53 millones, después de haber ingresado 190,85 millones de euros en pagos fraccionados y otros 2,68 millones por retenciones a cuenta. Por tanto, no pagó ni un euro. Ese año la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri había declarado unos beneficios de 493,9 millones de euros.

De los cuatro bancos a cuya documentación fiscal ha tenido acceso infoLibre, sólo hay un caso en que la cuota líquida resultó positiva, es decir, que Hacienda logró un saldo neto favorable: fue el Banco Popular en 2015, que declaró una cuota líquida positiva de 24,05 millones de euros. En la liquidación anual (el modelo 220), ese año reclamó una devolución de 77,6 millones, pero simplemente porque durante el ejercicio la Agencia Tributaria le había retenido 101,6 millones de euros en pagos fraccionados y retenciones a cuenta.

En 2016, el Banco Popular ya no tuvo una cuota líquida positiva. En el modelo 220, reclamó a Hacienda que le devolviera 36 millones de euros, exactamente la cifra que había adelantado durante el año en pagos fraccionados y retenciones a cuenta.

En ese ejercicio, por cierto, sus números rojos se habían disparado hasta los 3.483 millones de euros. El 7 de junio de 2017 Santander compró el Banco Popular por un euro, ahogado por la falta de liquidez.

Por último, en Banco Mare Nostrum (BMN) vemos la misma dinámica: en la liquidación anual de 2015 solicitó a Hacienda un reembolso de 26,04 millones de euros y en la de 2016 pidió un reintegro de 12,21 millones. En ambos casos, la cantidad coincide al céntimo con la suma de pagos fraccionados y retenciones a cuenta que había ido abonando durante el ejercicio. Por tanto, tampoco pagó ni un euro a Hacienda en 2015 y 2016.

BMN declaró unas ganancias de 40,74 millones en 2015 y unas pérdidas de 40,82 millones de euros en 2016. En junio de 2017 Bankia compró BMN por 825 millones de euros.

  Cómo se rebaja la factura

¿Cómo es posible que teniendo beneficios multimillonarios los grupos bancarios no paguen nada a Hacienda en concepto de Impuesto de Sociedades?

Los bancos, como cualquier otra gran empresa, pueden reducir su factura fiscal gracias a la batería de deducciones, exenciones y bonificaciones que les permite la ley. Así, en 2015, las entidades financieras se aplicaron deducciones, exenciones y otros ajustes a sus resultados contables por un importe total de 24.453,27 millones de euros, de los cuales casi un tercio –8.789,2 millones– corresponden a exenciones por doble imposición sobre los dividendos y las rentas que las entidades reciben de filiales de las que poseen al menos un 5% del capital o en las que su participación supera los 20 millones de euros.

Además, en los últimos años, los bancos han utilizado con profusión los llamados activos fiscales diferidos (DTA) para rebajar sus pagos al fisco. Su origen está en las provisiones que realizaron durante la crisis –para cubrir el riesgo de los créditos e inmuebles tóxicos–, las aportaciones a los planes de pensiones de sus plantillas y las pérdidas de ejercicios anteriores. Estas cantidades no son deducibles en el impuesto de sociedades, pero Hacienda ha permitido a los bancos acumularlas en forma de DTA y utilizarlos en los siguientes ejercicios para desgravar.

Según las últimas cifras publicadas por el Banco de España y referidas al 31 de diciembre de 2014, los bancos españoles acumulaban un total de 68.464 millones de euros en activos fiscales diferidos, de los cuales 44.287 millones, el 64,8%, tienen garantizada su recuperación por las entidades. Un cálculo posterior realizado para el Boletín Económico de Información Comercial Española, del Ministerio de Industria, cifraba los DTA en poder de los nueve principales bancos en 68.870 millones de euros para el año 2016. De ellos, 39.337 millones eran activos fiscales cuyo recobro garantiza el Estado a cambio del pago de una prestación patrimonial, una tasa, del 1,5%.

Desde la reforma del impuesto de diciembre de 2016, en cualquier caso, la recuperación de los DTA se ha rebajado del 60% inicial a un máximo del 25% de la base imponible. Pero las entidades pueden utilizarlos para rebajar su factura fiscal a lo largo de 18 años. Y es lo que están haciendo. Los estados financieros consolidados que publica la patronal bancaria AEB cifran en 55.488 millones los activos fiscales de todo tipo que suman los bancos españoles en sus cuentas a diciembre de 2017, un 6,8% menos que el año anterior. Éste es el volumen que las entidades tienen acumulado para deducirse en el futuro.

  Propuestas de reformas fiscales

El PSOE propuso, cuando estaba en la oposición, que las multinacionales paguen más impuestos; en concreto, que tributen al 15% de tipo efectivo, el doble del actual. También planteó un recargo del 8% en el impuesto de sociedades para la banca, así como otro sobre las transacciones financieras, para ayudar a sufragar el déficit de la Seguridad Social y, por tanto, pagar parte de las pensiones. Las ministras de Hacienda y Trabajo ya han manifestado su intención de poner en marcha estos nuevos tributos. Además, el Gobierno parece dispuesto a negociar la propuesta fiscal recién enviada por Unidos Podemos. Eso sí, cuenta con la oposición declarada de las entidades financieras, desde Bankia hasta el BBVA, la patronal bancaria e incluso el Banco de España, que han levantado la voz en contra de la medida.

Podemos apoya subir la factura fiscal a la banca, mientras que el PP y Ciudadanos la tachan de contraproducente. En cambio, el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, descarta que el impuesto a los bancos vaya a trasladarse inevitablemente a los clientes como advierten las entidades. De hecho, cuando el Banco de España obligó a los bancos a destinar parte de su beneficio a provisiones, recuerda, los créditos no se encarecieron.

En su propuesta, el PSOE justificaba la subida fiscal a la banca en los millones de dinero público que ha costado el rescate financiero. Ahora, decía el documento, le toca a la banca contribuir al rescate de las pensiones públicas, “el sistema que mejor representa los intereses de todos los españoles”. Según los últimos resultados publicados por la Asociación Española de Banca (AEB), el sector tuvo unos beneficios consolidados de 15.264 millones de euros en 2017, un 41,5% más que el año anterior. ___________________

Este reportaje se publicó inicialmente bajo el título: "Lo que realmente paga la banca por el impuesto de sociedades".

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