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Crisis del coronavirus

Calviño se aferra al rebote de la economía en la segunda mitad del año para insistir en que el PIB crecerá un 6,5%

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, el jueves en el Congreso.
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El varapalo que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha asestado este jueves a la recuperación económica de España, al rebajar 1,7 puntos el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo trimestre, no altera de momento las previsiones de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. "Me sorprende que les sorprenda que haya revisiones" en plena pandemia, ha dicho  a los diputados de la Comisión Mixta para la Unión Europea. "La acción del Gobierno está siempre marcada por la prudencia. No revisamos al alza cuando hay buenas noticias, así que tampoco procede revisar a la baja cuando hay ajustes".

Aunque la corrección (del 2,8% estimado en julio al 1,1% final) ha dejado atónitos a muchos economistas –este jueves muchos pedían no hacer declaraciones para estudiar bien los datos del INE–, Economía mantiene las previsiones que lanzó en abril de que el PIB crecerá al cierre de 2021 un 6,5%. "La recuperación está en marcha, es intensa, más allá de la volatilidad", ha proclamado la número dos del Ejecutivo de coalición. Es la misma confianza que Calviño transmitió dos días antes del anuncio del INE, cuando remachó la cifra de crecimiento tras el Consejo de Ministros. 

En el equipo económico de la vicepresidenta se agarran a que ya clavaron la contracción económica en 2020 a pesar de que otros organismos como el FMI, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Europea, el Banco de España o la Fundación de Cajas de Ahorro Funcas vaticinaron un desplome más agudo que nunca se cumplió: Economía predijo un -11% del PIB el año pasado, que fue lo que sucedió, aunque posteriormente en marzo de este año el INE revisó el dato y lo situó en el -10,8%. 

Calviño insiste en la prudencia, y pidió árnica a sus señorías ante la "dificultad estadística en pandemia". "Si se mantienen las tendencias actuales, recuperaremos los niveles de actividad diaria de antes de la pandemia", afirmó. Enumeró las medidas de protección social desplegadas por el Gobierno durante la crisis sanitaria (avales del ICO, ERTE, prestaciones a autónomos, etcétera) y también se refirió a la llegada de fondos europeos y a los proyectos en marcha. La titular de Economía permaneció tranquila durante la comisión parlamentaria, en la que el PP acusó a Calviño de mala praxis con el instituto independiente. "¿Le oculta el INE cuándo publica sus estadísticas o usted pretende engañar a los españoles?", espetó el conservador Pablo Hispán. 

Más allá de que los datos del INE se publican en el BOE –como reconoció en su segunda intervención Hispán–, todos los economistas y expertos consultados se declaran muy sorprendidos de una revisión "insólita", como reconocen portavoces del ministerio. Y no pocas voces apuntan al daño en la credibilidad del INE. Y a problemas de transparencia, señalando que quizá la institución debería de imitar a otros países y descartar lanzar previsiones para evitar ajustes tan drásticos como el de este jueves. "Es una señal de que la recuperación no va a ser tan vigorosa como antes", opina en cambio un economista cercano a Moncloa.

"Con tantas divergencias, quizá procede hacer una revisión de datos sin apuntar a que haya un error cometido por el INE y, ni mucho menos, ninguna estacionalidad", contemporiza el sociólogo y economista Andrés Villena Oliver. "No obstante, una revisión de la metodología sí procede y, seguramente, reforzaría la credibilidad de la institución".

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"Esta revisión ha sido una sorpresa negativa respecto a nuestras previsiones", indica Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico del BBVA. "La estimación adelantada en el avance resultaba más consistente con los datos que hemos estado manejando en tiempo real, como la evolución del empleo o los datos de BBVA de consumo con tarjetas". Pero ahora, en opinión de Domenech, los nuevos datos "implican un sesgo a la baja en nuestro escenario de crecimiento para 2021".

Aquí van algunas de las claves apuntadas por los expertos consultados por infoLibre: 

  • Sorpresa ante el aumento de las importaciones y la revisión a la baja del consumo de los hogares. Algo con lo que varios especialistas confiesan su sorpresa. Como revela la nota del INE, el consumo final de los hogares es una de las revisiones que más han caído, por el lado de la demanda. "Es muy raro", opina escuetamente el economista Juan Laborda. "Las importaciones suelen estar asociadas al consumo privado". Y aunque el dato final habla de un aumento espectacular del 4,7% en el gasto doméstico, las previsiones del INE eran de casi dos puntos más, del 6,6%. El reverso positivo son las importaciones de bienes y servicios: el INE calculó hace dos meses que aumentarían un 2,9% y lo han hecho un 4,2%. Un dato que solo produce quebraderos de cabeza a los expertos por la contradicción. Según Villena Oliver, probablemente no se ha tenido en cuenta "el peso de la incertidumbre". "Se puede estimar que por partir una cifra de consumo bajo o de inversión baja se va a reproducir un rebote, sí... pero la incertidumbre es imposible de movilizar. La cuestión es hasta qué punto las familias y las empresas creen en ese efecto rebote". 
  • Comportamiento de las grandes empresas y pymes. El INE lo dice sin ambages: "Cabe destacar en esta ocasión que, en las revisiones que se observan en el segundo trimestre respecto al avance de resultados de julio, ha influido particularmente la actualización de la información sobre ventas de grandes empresas y pymes societarias debida a la incorporación de los datos definitivos de la estadística Ventas, Empleos y Salarios en Grandes Empresas y pymes. Se trata de una extracción de datos económicos por parte de la Agencia Tributaria a partir de los modelos de declaración del IVA y de la retenciones por rendimientos del trabajo y actividades profesionales, que habrían repercutido en las ventas totales. "Las revisiones han afectado principalmente a las estimaciones del valor añadido de varias actividades de servicios y de alguna rama de la industria manufacturera". La principal razón de este desbarajuste también parece nítido: en abril y mayo existían aún muchas restricciones por la pandemia, aplicadas de manera desigual en las diferentes comunidades autónomas. El 11 de mayo terminó el estado de alarma aunque siguieron implantándose restricciones en función del número de contagios que, lógicamente, han afectado a la actividad empresarial. 
  • La caída de la productividad por hora trabajada. El INE solo facilita las cifras. Pero no aporta las razones: mientras que la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo se contrajo un -1,1%, la productividad por hora efectivamente trabajada registró una tasa del −9,3%. Algo inesperado. "Llama la atención la fuerte caída de la productividad por hora trabajada en el segundo trimestre", razona Rafael Doménech. "El avance publicado en julio resultaba más consistente con el crecimiento de las horas totales trabajadas publicado en la EPA. El crecimiento estimado ahora del 1,1% se ha alcanzado en otros momentos con crecimientos de las horas totales equivalentes a la tercera parte de los estimados por la EPA en el segundo trimestre".

 

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