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Duelo en Twitter

El periodismo y sus nostalgias

Pérez Reverte

Antonio G. Maldonado

Uno de los personajes de esta pieza cree en su oficio, lo defiende y lo practica con vehemencia. El otro lo añora y lo ve como una profesión de riesgo de tiempos pasados que ya no merece una sociedad adormecida y acomodada. El primero viaja a países en guerra y escribe sobre bombas y sangre; el segundo lo hizo, pero ahora traduce su bagaje en novelas que escribe rodeado de sus perros. El primero se parece a un justiciero herido en su orgullo, quizá un personaje de John Ford que no se conforma con que el matón atemorice a un pacífico pueblo por donde pasa el ferrocarril del Oeste; el segundo recuerda al Sam Spade encarnado por Bogart de El halcón Maltés, o al Rick de Casablanca. Un nostálgico impenitente, en cualquier caso.

También puede traer a la mente este duelo algunas versiones menos glamurosas, como los recuerdos bélicos de los que pretendía olvidarse Rambo y que habían sido parodiados por Leslie Nielsen en Aterriza como puedas. Sí, también Robert de Niro en Taxi Driver o Cristopher Walken en El cazador. Porque la guerra es un asunto feo.

Hoy, ambos personajes han salido al escenario de Twitter y no han necesitado a Bertold Brecht para protagonizar uno de los espectáculos teatrales de la semana. Y que nadie se tome a mal lo de espectáculo. Antes, cuando el oficio de ir a una guerra y jugarse el tipo para contarlo tenía sentido, el teatro generaba debates sociales de calado, e incluso producía iconos de la modernidad, como lo fueron Samuel Beckett o el propio Albert Camus, entre otros metteurs en scène.

Si lo prefieren, pueden también imaginar que este intercambio dialéctico entre el corresponsal de guerra Gervasio Sánchez y el excorresponsal de guerra Arturo Pérez-Reverte, ha tenido lugar en una vieja taberna de alguna ciudad de provincias de Suecia, y que tras las cámaras está Igmar Bergman. Si nos ponemos profundos, podemos decir que se ha planteado un debate entre la esperanza y el desengaño, entre la voluntad y la derrota. Y si buscamos referentes españoles, seguro que de aquí saldría una gran parodia de Muchachada Nui. Escojan, pasen y lean.

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