Las autoridades de Israel empezaron a construir este domingo un
muro de cemento en Jerusalén Este para separar el barrio judío de Armon HaNatziv, cuatro días después de que dos palestinos asesinaran a dos israelíes en un autobús cuando cruzaba la zona, informó Europa Press.
La policía israelí detalló que el muro, de cinco metros de alto, tiene como objetivo evitar los
ataques con piedras y cócteles molotov contra los residentes del barrio, según informaron el diario israelí
The Jerusalem Post.
Así, aseguró que una "parte sustancial" del
muro, que estará en lugar "tanto tiempo como sea necesario", fue ya construida, adelantando que está previsto que los trabajos sean finalizados a finales de esta semana.
Por su parte, la alcaldía de Jerusalén recalcó que el muro es "una
medida de seguridad provisional", destacando que "no se trata de un muro perimetral, sino una barrera colocada por la Policía en un lugar con un historial de lanzamiento de piedras y cócteles molotov contra viviendas y vehículos judíos".
En esta misma línea se expresó el portavoz del Ministerio de Exteriores, Emmanuel Nahshon, quien dijo que el muro "no tiene un
significado político". "Es un aspecto más de nuestras medidas de seguridad", explicó.
Israelíes y palestinos protagonizaron en la madrugada del domingo graves incidentes en
Cisjordania con choques entre fuerzas de seguridad palestinas y peregrinos israelíes a la tumba del patriarca José, incendiada el jueves, así como un asalto con cócteles molotov a dos poblaciones cisjordanas que han dejado un saldo de cuatro palestinos heridos.
Ocho israelíes han muerto en ataques de palestinos, principalmente apuñalados, desde principios de octubre, mientras que más de alrededor de 40 palestinos han muerto en este mismo periodo, cerca de la mitad de ellos tras ser
tiroteados durante diversas manifestaciones.
Si la ONU fuese la organización que debiera, y no un muerto viviente vestido de payaso, obligaría, sin tardanza, a Israel a cumplir los acuerdos de Oslo.
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