Caníbales

La felicidad es hacer pellas

(Ahora que ya hemos acabado el colegio, se puede decir).

Nos pasamos la vida haciendo planes y poniendo plazos: cuando gobierne Manuela, cuando llegue ese mensaje (justo ése), cuando este lío se aclare, cuando conteste la editorial, cuando pueda volver a correr, cuando se me pase la anestesia… Nos pasamos la vida como pollos sin cabeza, esperando que alguien –¿quién?– nos la devuelva y, de paso, nos devuelva también la paz y la felicidad. Pero la felicidad está mucho más cerca: al alcance de la mano.

La felicidad es, sólo y por ejemplo, una tarde de pellas.

El viernes te escapas del trabajo y llamas a tu persona favorita:

- Vámonos de pellas.

- Pero, mami, tengo extraescolares y dices que son obligatorias.

- Claro que son obligatorias; si no, lo que te propongo no serían pellas.

- ¿Seguro? Que he faltado mucho a natación este mes.

- Venga, koalita, pasa de las clases: ¡vámonos al cine!

- ¿A qué peli? ¿Es para niños?

- En realidad no. O sí, pero sólo para niños inteligentes. O sea, para ti.

- Guay.

Y en una operación sincronizada, desapareces de tus obligaciones y llegas a tiempo de recogerla y salvarla de su profe; a tiempo de que no haya empezado la peli y a tiempo de comprar la entrada en un cine que es un milagro: grande, bueno, en versión original y… ¡carísimo! (Señores, bajen el IVA, por favor, que así no hay quien invierta en las pellas culturales).

Ese cine milagroso, con su peli independiente y su versión original está vacío los viernes por la tarde. Se pueden comer palomitas. Se pueden contestar las preguntas que hacen los niños inteligentes (muy jodidas, por cierto).

Se puede ser feliz.

Vimos Nuestro último verano en Escocia.

Fuimos libres, fuimos felices, fuimos mejores.

Desde ese viernes, las pellas son un estado de ánimo y el cine, como siempre, está al alcance de la mano.

Mis clásicos contra tus clásicos

P.D.1: Preguntas de los niños que van al cine y que no tienen respuesta en el manual de padres del iPhone: ¿Existe dios? ¿Morirás antes de que yo te deje de necesitar? ¿Quién me va a consolar cuando mueras?

P.D.2.: 'Nuestro último verano en Escocia' la distribuye mi amigo Fernando, una de las mejores personas que conozco. Dicho esto, la peli merece la pena si te gusta la ternura, si te enamoró 'Little Miss Sunshine', si crees en la fantasía, si crees en el amor y en que nadie se va sino en el olvido. A mí me gustó mucho. Y es cierto: me hizo muy feliz.'Little Miss Sunshine'

P.D.3: para los adictos a las pellas y a los niños inteligentes, recomiendo otra película, esta de 1971 y que está en Filmin: 'Melody' (gracias otra vez, Javi, por descubrírmela).

Más sobre este tema
stats