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El Ojo Público

Netflix y HBO no sustituyen a Telemadrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha dicho este miércoles en el 24 Horas de la televisión pública nacional: "Los medios de comunicación públicos son esenciales, pero ahora mismo no todos lo son. Y así lo veo yo. Ahora mismo en el que tenemos grandes fragmentaciones de la audiencia, donde tenemos televisiones de pago, audiencias fragmentadas por internet, dónde los jóvenes prácticamente no lo consumen, dónde tenemos HBO, Netflix, etc. Tenemos una gran fragmentación de la oferta informativa y televisiva". Estas afirmaciones han sido contestadas, en redes sociales, por el director general de Telemadrid, José Pablo López Sánchez: "Las radios y televisiones públicas nunca podrán ser sustituidas por Netflix o HBO. Es una cuestión de calidad de nuestra democracia. Disponer de una información neutral y no mediatizada por intereses económicos o partidistas es, más que nunca, una necesidad básica".

 

Se trata de otro episodio más protagonizado por Díaz Ayuso, en que se pone en cuestión la existencia de la radio y televisión autonómica. En esta ocasión es especialmente revelador la consideración que la presidenta de los madrileños tiene sobre los servicios de radio y televisión: "Televisiones de pago, internet, Netflix o HBO...". Esto es, la televisión concebida como entretenimiento. Ni asomo de aquello por lo que nacieron y se justifican los medios públicos: informar a la audiencia de lo que ocurre a su alrededor para que los ciudadanos puedan conformar sus opiniones. Frente a la evidencia de que sin información no hay democracia, Díaz Ayuso opina que con tantos canales ya tenemos opciones de sobra, por más que entre todos ellos no exista ninguno que ofrezca información.

Sus afirmaciones son especialmente chocantes, ya que su parcela de gobierno termina en una comunidad autónoma; si se tratara del conjunto del Estado podría aducir que existen televisiones comerciales que aportan noticiarios y programas netamente informativos, que cuentan lo que pasa en España y en el Mundo, en competencia con los medios públicos. Se trataría de una visión liberal, llevada al extremo, en la que se confiaría en que medios privados dejarían de lado sus legítimos intereses particulares para ofrecer una información completa, perjudicara o no a sus propietarios. Pero en su caso, si se pone en cuestión a la radio y televisión de Madrid, se trata de hurtar a sus ciudadanos de una información de proximidad, que ningún otro medio proporciona de manera similar.

La información sobre esta comunidad aparece en los medios nacionales de forma esporádica, y recoge solo hechos de muy especial relevancia y repercusión en el conjunto de España. Es la radio y televisión pública de la Comunidad la que permite que los madrileños conozcan buena parte de la actividad institucional de la región, las decisiones de su gobierno, los asuntos que se tratan en su parlamento, o las actividades de sus municipios. Pero sobre todo, lo más importante: las realidades, actividades, quejas y reivindicaciones de sus ciudadanos y movimientos sociales. Gracias a la Telemadrid de hoy podemos conocer y formar opinión de la mayor parte de los acontecimientos que suceden en su ámbito, que no lograrían ser reflejados en los medios nacionales.

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Es muy llamativo que Díaz Ayuso minusvalore Telemadrid en este momento. Precisamente cuando la actual dirección está logrando que su radio y televisión vuelvan a servir a los madrileños tras una década larga en que fue un medio irrelevante, prácticamente desaparecido del mando a distancia. Más de diez años al servicio particular de los sucesivos presidentes de la Comunidad llevaron a la empresa a la ruina económica y al desprestigio profesional; cuentas opacas, contratos fraudulentos, manipulación informativa, conflictividad laboral, y una larga lista de despropósitos, culminaron con el despido de dos terceras partes de la plantilla, justamente aquella que había obtenido sus puestos de trabajo de manera legal y legítima.

En el último año y medio, la actual dirección, con el apoyo de los trabajadores, está logrando revertir esa desgraciada situación con una lenta pero constante vuelta de la audiencia, una administración austera y eficaz (tal y como puso de manifiesto su director general en reciente comparecencia parlamentaria), y la recuperación de la credibilidad en sus Informativos... Informativos como piedra angular y razón de ser de un medio público; diez horas diarias de información en la Telemadrid actual, frente a cero absoluto en Netflix, HBO, y otras plataformas que cita Díaz Ayuso; espejo fiable de las realidades madrileñas contra las noticias sin contraste profesional que circulan por redes sociales.

Quizás sea esta realidad la que mueve las críticas de Díaz Ayuso. Quizás, para ella, el principal pecado de la actual Telemadrid es que informe; que informe de todo y para todos. Quizás a ella le baste con Netflix, HBO y otras plataformas de pago. A los ciudadanos madrileños, no.

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