Muros sin Fronteras

No son falangistas, son neonazis

Ramón Lobo nueva.

El vídeo que encabeza el texto ha sido suprimido por YouTube. En él salía una joven disfrazada que decía a gritos: “El enemigo es el de siempre, aunque con distintas máscaras, el judío”. Se llama Isabel Peralta. A esta sandez mayúscula se le podría aplicar cualquier delito de odio. ¿Por qué tarda tanto la Fiscalía, siempre diligente en temas menores como letras de un rap y los chistes?. En muchos países de la Unión Europea podría acabar en la cárcel. La diferencia cultural es clara: en Europa, los nazis y los fascistas perdieron la guerra; en España, la ganaron.

En este enlace del Museo del Holocausto de Houston tienen 25 datos básicos sobre esta matanza ocurrida en la Segunda Guerra Mundial. El vídeo que sigue es de la BBC. Se trata de un recorrido desde la vista de un dron del campo de exterminio de Auschwitz.

La mujer disfrazada de falangista y que habla como una nazi tiene una buena macedonia de tópicos y falsedades en la cabeza. Ni siquiera sabe por qué Franco mandó a la División Azul al frente ruso. No fue por “el judío”, sino a luchar contra el comunismo. Eso decía la propaganda del régimen. La realidad es que Franco devolvía en carne de cañón los favores recibidos de la Alemania nazi durante la Guerra Civil. Era el mecanismo para estar sin estar en espera de que se decantase la guerra que se libraba en Europa y subirse al carro ganador.

Fueron tres reemplazos que sumaron más de 40.000 divisionarios. Fueron parte del cerco a la ciudad de San Petersburgo. Hay relatos de divisionarios que mostraban su repulsa ante el trato y el asesinato de civiles judíos. El segundo reemplazo participó el 10 de febrero de 1943 en la batalla de Krasny Bor, un intento ruso por aliviar el cerco. En menos de 24 horas murieron 1.125 españoles, 91 fueron dados por desaparecidos y cerca de 300 cayeron prisioneros. Los rusos no lograron su objetivo. Esta es la efeméride que celebraron un grupo de 300 neonazis en el cementerio de la Almudena, en Madrid.

Los divisionarios capturados en Krasny Bor acabaron en campos de concentración soviéticos en los que se encontraron con republicanos, comunistas y anarquistas españoles que habían caído en desgracia ante Stalin. El caso más conocido es el de los 152 de Karagandá (Kazajistán), donde las dos Españas convivieron y se ayudaron a sobrevivir en el infierno del gulag. Les unían el idioma, la desgracia y el recuerdo de su país. Este documental emitido en su día por TVE lo deberían ver los asistentes a homenajes que ni siquiera saben la historia que dicen defender.

La trivialización del pasado es frecuente en este tipo de actos en los que se mezcla la pose, el chonismo, la incultura y la estupidez. Se mueven en una nube mítico-fantasiosa que conecta con el mundo actual de los bulos y las mentiras que corren en las redes sociales. Los neonazis de la Almudena y otros grupos similares son parte de la nube ideológica de Vox y de una parte del PP, la que encarna con entusiasmo infantil Isabel Díaz-Ayuso, a la que llamo presidenta IDA sin el menor atisbo de maldad. Es presidenta de la Comunidad y esas son sus iniciales.

El deber de los que se proclaman constitucionalistas, como si se tratara de arma arrojadiza, es marcar el territorio entre la democracia y los diferentes tipos de fascismo 2.0 como el de los grupos que asaltaron el Congreso de EEUU el 6 de enero. Comparados con aquellos, estos, los neonazis españoles, siguen en la edad de piedra intelectual, como una parte de la extrema derecha de la que proceden. Nunca hubo exceso de luces entre los que gritan “muera la inteligencia”, queman libros y favorecen los negocios privados sobre la salud de la mayoría.

El tercer grupo de falangistas enviados a Rusia con el uniforme nazi se vieron sorprendidos por la mudanza estratégica del régimen franquista, que en octubre de 1943 pactó con los aliados para protegerse de una derrota alemana. Los divisionarios fueron peones dentro de un juego político global en el que el régimen logró sobrevivir vendiéndose como un pilar anticomunista en los inicios de la Guerra Fría.

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Entre los más de 40.000 divisionarios hubo de todo. El primer grupo estuvo formado por voluntarios falangistas. Entre ellos hubo republicanos e hijos de republicanos, familias con exiliados, fusilados o condenados a muerte que trataban de hacerse perdonar y sobrevivir en la dura postguerra. Entre ellos estuvieron Luis García Berlanga, Luis Ciges y Jesús Martínez Tessier, padre de Jorge M. Reverte y Javier Reverte. El segundo grupo, que ya sabía que no habría entrada triunfal en Moscú y había oído hablar del frío, fue completado por tropas regulares movilizadas por orden superior, además de falangistas. Muchos vivieron la batalla de Krasny Bor.

No es posible hablar de un todo pro nazi, anticomunista y mucho menos anti judío. Dudo que la exaltada Isabel Peralta haya visitado Auschwitz-Birkenau, Dachau o Mauthausen o sea capaz de articular un discurso coherente sobre lo ocurrido. Debería leer un poco, hablar menos y aprender algo de historia.

Deberían aplicarle la ley franquista de vagos y maleantes, y a la familia Franco, también. En los colegios españoles debería ser obligatorio ver documentales como el de la Shoah de Claude Lanzmann. Nos ahorraríamos este tipo de vergüenzas y gran parte del discurso político de las extremas derechas españolas. Si están interesados lo tienen en Filmin. Dura 570 minutos. No sobra un solo segundo.

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