Adopciones

La adopción internacional, misión imposible en España

Los obstáculos del sistema de adopción en España

"España es el país con más familias adoptantes de Europa, 30.000 familias que tienen paralizados todos sus procesos de adopción, mientras existen 120 millones de huérfanos en el mundo". Con estas palabras denunciaba Susana Morales, presidenta de la asociación Familias de Colores, el bloqueo de la adopción internacional en España. La reivindicación de Morales llegó este miércoles al Congreso tras una reunión con Ciudadanos, "el partido que desde el primer momento planteó una ayuda directa con medidas claras" a través de una proposición no de ley presentada en abril y respaldada por Podemos y el PSOE. 

Según la organización, las adopciones internacionales "han caído a la mitad". Se trata de un descenso de los trámites resueltos, porque las solicitudes, apunta, "están estancadas", de modo que aquellas que se presentan cada año sólo contribuyen a una acumulación progresiva. Los procesos completados con éxito en España pasaron de 3.156 en 2011 a 2.573 en 2012 y 1.188 en 2013, según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

A juicio de Susana Morales, el principal problema para la adopción es la paralización que sufre la nueva Ley de infancia aprobada en julio del pasado año. La normativa contempla la transferencia de competencias al Gobierno central, en lugar de dejarlas en manos de las comunidades autónomas, como hasta ahora. Le legislación aprobada supera con nota los requisitos demandados por las asociaciones, tal y como señala Morales, pero desde su aprobación hace un año y como consecuencia del bloqueo político, permanece paralizada. "Llevamos un año desde que se aprobó la nueva ley sin legislación y sin autoridad competente", denuncia la presidenta de Familias de Colores. 

Susana Morales, que además fue parte de la elaboración de la norma, reclama una mayor participación de las organizaciones civiles en "la articulación real" de la ley, un "impulso de la adopción internacional, abriendo los países en los que sí adopta el resto de Europa", un "refuerzo del personal cualificado que provenga de este mundo" en el seno del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Exteriores, y "ayudas económicas a todos los niveles para las asociaciones, que cumplen funciones propias del Estado y que por tanto no deben asumir por sí solas" esta labor. Las remuneraciones que reclama la experta, además, están recogidas en los Presupuestos Generales del Estado, "pero en la actualidad no se destinan".

La realidad de las adopciones internacionales

A día de hoy, la Administración central contempla a una treintena de países donde las familias españolas pueden iniciar procesos adoptivos. No obstante, matiza Morales, de ese total "sólo son viables en menos de diez", entre los que se encuentran, señala, países como República Dominicana, Nicaragua o India. "En la mitad de los países que señala el ministerio están paralizadas las adpciones por parte del país receptor y en la otra mitad sólo se trata de de niños muy mayores o con patologías; en China el tiempo medio de espera es de diez años, en Vietnam o Brasil hablamos de niños con necesidades especiales", explica Morales, que insiste en señalar lo difícil que es completar adopciones internacionales respecto a "niños de cero a tres años que no tengan patologías".

Cataluña decidió en el 2015 reabrir las relaciones en esta materia con Haití, país que había sido descartado por España en el 2003 tras considerar que los procesos adoptivos podían ser inseguros.

Precisamente una de las demandas de la organización que preside Morales es seguir los pasos de los países europeos, donde "se impulsa la adopción internacional y como resultado adoptan en 45 países que España mantiene cerrados". Se trata de territorios "la mayoría de raza negra, situación de desamparo y orfandad real", como Etiopía, Nigeria, Uganda o Mozambique [consultar el listado completo aquí].

Las trabas de la adopción nacional

"En España la adopción nacional es casi imposible, como hemos podido comprobar las últimas semanas", lamentaba Morales tras su salida la mañana del miércoles del Congreso de los Diputados. Tal y como explicó en declaraciones a este diario, el caso de "los padres de Valencia que han tenido que devolver al niño en estado de preadopción es el modus operandi en España".

El problema, continúa, es que las familias biológicas recurren los procesos reclamando la devolución de sus hijos. Las únicas vías ante esta situación, asegura Morales, son dos: "O esperar a que los padres agoten todas las vías judiciales, lo cual puede llevar bastantes años y arrastrar a los niños a los orfanatos, o hacer cumplir la nueva ley" con el objetivo de que "la judicatura no tenga capacidad y que sean los servicios sociales quienes decidan si el menor es susceptible de ser adoptado".

Estadounidenses ofrecen por internet a hijos adoptados de los que quieren deshacerse

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En el marco de las adopciones nacionales existe todo un proceso previo conocido como acogimiento preadoptivo, que se extiende a un mínimo de dos años. El objetivo durante este periodo es alcanzar la adopción, "porque las familias se ofrecen como adoptantes y no acogedoras". Sin embargo, como el caso de la familia valenciana, esta etapa inicial puede resultar en un recurso por parte de los padres adoptivos. En un acogimiento familiar, por el contrario, la custodia está en la familia pero la tutela es de la administración.

El principal problema que genera el bloqueo denunciado por la asociación, es el repunte en el negocio de la maternidad subrogada. "Les dejas sin opciones y se buscan otras donde pueden, aunque sean ilegales", lamenta Morales. En este sentido, la presidenta de Familias de Colores señala que "muchos padres nos admiten que quieren adoptar y que, aunque no están de acuerdo con el vientre de alquiler, terminan por recurrir a ello". La Ley 14/2006 sobre Reproducción Asistida considera "nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna en favor del contratante o de un tercero".

Susana Morales entiende este sistema como "una transacción bancaria, el uso del cuerpo de una persona que vive en condiciones precarias" y que sin embargo se ha convertido en una opción para aquellas familias incapaces de superar los obstáculos de la adopción.

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