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Sexismo

Expertas en igualdad confían en que la actuación de Inspección ayude a terminar con las condiciones laborales sexistas

Azafatas durante el Torneo de tenis Conde de Godó.

Hasta ocho mujeres denunciaron a finales del pasado mes de abril las condiciones que se vieron obligadas a soportar durante la celebración del torneo de tenis Conde de Godó, organizado por el Real Club de Tenis de Barcelona. Las azafatas, contratadas por Schweppes a través de la agencia Tote Vignau para trabajar como paragüeras, denunciaron estar obligadas a llevar minifalda y manga corta pese a las condiciones climáticas adversas e incluso habiendo presentado cuadros de fiebre y malestar. La Inspección de Trabajo ha tomado cartas en el asunto y ha decidido sancionar a ambas empresas por "acoso discriminatorio por razón de sexo". Así lo revela en un informe fechado el 4 de diciembre que ha salido este martes a la luz, y que parte de una iniciativa de UGT. El sindicato pidió en mayo la actuación del organismo, al detectar una posible vulneración de los derechos de las mujeres.

No es la primera vez que la figura de las azafatas contratadas específicamente para eventos deportivos con el único fin de captar la atención del público se ve envuelta en polémica. El debate abierto en mayo se cierra ahora con una sanción hacia los responsables, pero ¿sentará precedentes en la lucha contra las condiciones laborales sexistas que soportan las mujeres?

Eva María Gajardo, secretaria de Igualdad de UGT de Cataluña y la responsable de trasladar el asunto a la Inspección de Trabajo, considera que el logro sí es una herramienta potente de ejemplo. "Sienta precedentes en primer lugar porque hay una sanción económica, y todo lo que es sancionable lo hace", explica en conversación con infoLibre. "Pero sobre todo lo que sentará precedentes es lo que hagamos entre todos ahora", argumenta. El problema, añade, es que "el sexismo está tan plenamente arraigado que es muy difícil hasta por nosotras mismas visualizarlo y tomar conciencia", pero si la sanción impuesta ahora "sirve para remover un poco lo que está pasando, si entre todos navegamos hacia la misma dirección y si se habla del tema, las empresas sabrán que no es el camino". 

No lo tiene tan claro Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres. La Inspección de Trabajo es "particularmente importante en temas de igualdad desde la Ley de 2007, que depende de mecanismos de control e inspección", recalca, pero "sorprende que tarden tanto y más en contextos de empleo temporal". El hecho de que hayan pasado ocho meses sugiere que, entre tanto, "se habrán organizado otras muchas ferias en condiciones laborales precarias para un gran número de mujeres". Por tanto, "la única manera de apelar a la responsabilidad de las empresas es mediante un dispositivo de sanciones adecuado y eso requiere de mayor celeridad". El papel de Inspección es, por tanto, fundamental y "hay que ver cómo mejorarlo para que las mujeres se encuentren verdaderamente amparadas".

Soleto recuerda, además, que en materia de igualdad y acoso sexual "existen ejemplos de sentencias, sanciones, normas y recomendaciones de hace décadas en las que seguramente existen referencias muy similares" y que, sin embargo, "no parece que sienten los precedentes adecuados porque no tenemos los elementos ejecutivos suficientes". La promoción de la igualdad dentro de las relaciones laborales, por tanto, depende directamente de "mecanismos sancionadores pero necesita de herramientas que la refuercen". Cada vez que se produce una victoria, reflexiona, parece que las situaciones de discriminación en el empleo no se volverán a repetir, "pero siempre pasa", lamenta, "porque la universalización de la igualdad requiere de más elementos".

Elena Blasco, secretaria del área de Igualdad de CCOO, sitúa sus expectativas a medio camino. "Me gustaría que sentara precedentes, y de hecho creo que debería hacerlo, pero al mismo tiempo estoy segura de que tendremos que seguir trabajando" en cuestiones similares. Blasco considera que "el reclamo comercial del cuerpo femenino" no sólo es "indignante e insultante", sino que además "vulnera la legislación actual, la Ley de Igualdad y la propia Constitución". La sindicalista explica que "si el cuerpo del hombre no se usa" para tales fines, "tampoco debería usarse el cuerpo de una mujer" y mucho menos en condiciones que puedan afectar a su salud.

Acoso y discriminación

La infracción cometida por Schweppes y Tote Vignau supone una actuación discriminatoria "porque se usa el cuerpo de las mujeres para un contenido que es publicitario", explica Eva María Gajardo. Tanto la Ley de Igualdad de 2007 como su versión catalana "prohíben el uso del cuerpo de las mujeres como reclamo publicitario". Pero va más allá. "No es sólo discriminación, sino también acoso", continúa, por el hecho de que "ellas han sentido que esto ha atentado contra su dignidad". El acoso discriminatorio y por razones de sexo supone una "falta muy grave" que acarrea una multa de entre 10.000 y 187.000 euros. Las empresas que han cometido la infracción no han respondido a la solicitud de infoLibre para conocer su posición sobre los hechos.

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El dictamen de Inspección, además, requiere a la empresa Real Club de Tenis de Barcelona a garantizar la coordinación de "actividades empresariales en materia de prevención de riesgos laborales en el Torneo Conde de Godó". El motivo, relata Gajardo, es que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales sitúa en la empresa el compromiso de "cuidar de la salud e integridad física" de los trabajadores. En el evento deportivo existen numerosas empresas implicadas, "pero el recinto en el que se celebra pertenece al club, de modo que es quien tiene la responsabilidad de coordinar la actuación preventiva". 

La resolución del organismo viene a constatar el sexismo que subsiste en el ámbito laboral gracias a determinadas condiciones. Elena Blasco explica que su sindicato "ha realizado y está realizando permanentemente investigaciones sobre la vestimenta y requisitos físicos que puedan ser discriminatorios para las mujeres". Desde ofertas sexistas, hasta otras que piden un aspecto físico concreto, pasando por la obligatoriedad de uniformes específicos. "No es la primera vez que sucede y estamos en constante labor de vigilancia, tanto en el acceso a los empleos como en las condiciones laborales". El atuendo de las mujeres, estima Blasco, "no puede suponer ningún trato discriminatorio", sino que debe estar adaptado a "desarrollar el trabajo de forma más segura". Para evitar cualquier sesgo por razones de género, añade, es fundamental "la negociación de los convenios y el cumplimiento de los planes de igualdad".

La polémica de las azafatas se gestó de forma paralela a otro debate de características idénticas en Jerez de la Frontera (Cádiz). En abril del pasado año todos los grupos, a excepción del PP y Ciudadanos, apoyaron la iniciativa presentada por Ganemos Jerez para evitar la "cosificación" de las mujeres en el Campeonato Mundial de Motociclismo. La propuesta instaba a Dorna, la empresa organizadora del evento, a prescindir de las prácticas que emplean el cuerpo de la mujer como "adorno y reclamo". Kika González, concejala de Ganemos Jerez y diputada provincial, señalaba entonces en conversación con este periódico que el objetivo de la propuesta consistía en "denunciar la cosificación de la mujer" porque ya existen "leyes que prohíben que se use a la mujer como objeto en publicidad". La concejala jerezana insistía en que el sentido de las leyes busca impedir que "las mujeres tengan valor en base a lo deseable que son sexualmente". "Tarde o temprano esto caerá por su propio peso, y con la apertura del debate lo que hacemos es agilizar esa caída", valoraba la edil.

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