Rivera adelanta por la derecha a Rajoy

“Es una decisión política; yo creo que eso es suficientemente importante”, aseguró el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, cuando fue preguntado en los pasillos del Congreso por la ausencia de consecuencias prácticas de la decisión de su partido de poner fin al respaldo que había venido prestando al Gobierno en relación con la aplicación a Cataluña del artículo 155 de la Constitución.

Una ruptura controlada —no va a afectar a los Presupuestos— que el presidente de Cs, Albert Rivera, había escenificado unos minutos antes en la sesión de control al Gobierno. En ese momento reprochó al presidente Mariano Rajoy que no hubiese recurrido ante el Constitucional la decisión del Parlament de autorizar el voto delegado de los dos diputados que permanecen huidos de la justicia —Carles Puigdemont y Toni Comín— y que no hubiese impedido la utilización de fondos públicos del Estado para financiar el procés independentista, en referencia a un información de El Mundo según la cual el expresident catalán Artur Mas usó dinero público de la administración central para financiar la consulta del 9 de noviembre de 2014.

En su respuesta, Rajoy ignoró la acusación sobre el uso de fondos estatales y defendió la decisión de no recurrir el voto delegado porque los servicios jurídicos del Estado consideran que el recurso “no lo puede plantear el Gobierno por un problema de falta de legitimidad y porque hay precedentes en el TC que aconsejan” no hacerlo.

Así que Rivera, nada más concluir la intervención del presidente, se lanzó a los pasillos del Congreso para anunciar que su grupo no va “a seguir apoyando” a un Gobierno que mira “hacia otro lado” en relación con el uso del dinero público y que “ahora no quiere recurrir el voto delegado” de Comín y Puigdemont. “Me parece que Rajoy en Cataluña quiere que haya un Gobierno de cualquier manera”, lamentó en referencia a la necesidad que Junts per Catalunya y Esquerra tienen de los votos de los diputados huidos para elegir president sin la ayuda de la CUP.

Apenas a unos días de que la elección de nuevo president ponga fin a la intervención de la autonomía catalana —el independentismo confía en poder formar Govern antes de la fecha límite del 22 de mayo, que obligaría a repetir las elecciones—, y aunque el disenso con el Ejecutivo no tiene consecuencias prácticas, Rivera quiso escenificar un nuevo distanciamiento con Rajoy endureciendo su discurso contra los nacionalistas.

“Hasta ahora puedo decir que todo lo que se ha hecho en Cataluña era de la mano de Ciudadanos”, subrayó, pero eso se ha acabado. “Yo no estoy dispuesto a que los nacionalistas vuelvan a marcar la agenda de lo que tenemos que hacer los constitucionalistas, porque así hemos llegado hasta aquí. Así que, a partir de ahora, si Rajoy quiere mirar hacia otro lado con el PNV, con Esquerra o con el Partido Socialista lo hará, pero los españoles tiene que saber que no cuenta con el apoyo” de la formación naranja.

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En primer lugar, incomunicación. Hace meses que Rajoy no les llama, reprochan, para contarles “cómo ve lo de Cataluña” o para contarles sus planes. Rivera lo achacó al “nerviosismo” del PP ante las encuestas, que ponen a Cs en situación de ganar las elecciones si se celebraran en estos momentos, pero también a un supuesto entendimiento entre el Gobierno y los nacionalistas, especialmente con el PNV.

Un Gobierno con “complejos”

Si “no quieren hablar con nosotros y prefiere hablar con el PNV, allá ellos”, remachó Villegas, el número dos de Cs, mucho más explícito que Rivera. Ciudadanos acusa a Rajoy de haber pactado con el PNV una aplicación menos exigente del 155 en Cataluña. “Nosotros no estamos aquí para hacer el juego a los que blandean con el nacionalismo, ni al PNV ni a los separatistas en Cataluña”, advirtió Villegas. “Estamos aquí para confrontar con el nacionalismo” y lo que “se está viendo” es a un Gobierno que actúa “con complejos”. Hasta ahora “habíamos apoyado, pero si prefiere acordar con los nacionalistas cómo aplicar el 155, desde luego no va a tener el apoyo de Ciudadanos”.

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En segundo lugar, la falta de firmeza que, aseguran, está demostrando Rajoy frente a los independentistas. “Llega un momento en que se colma el vaso y Ciudadanos toma [ahora] la decisión de decir claramente lo que íbamos anunciando en las últimas semanas”: Cs no apoyará “una aplicación del 155 amable con los separatistas y negociada con el PNV”.

A modo de explicación, a los reproches de hoy —la decisión de no recurrir el voto delegado y la falta de control de dinero público que aseguran se ha producido—, Villegas sumó varios de semanas anteriores: haber dado “armas procesales a los separatistas” —se refiere a las declaraciones en las que el ministro Cristóbal Montero aseguró que no se había gastado un euro de dinero público en el referéndum—, no haber actuado para poner fin al “adoctrinamiento” en la escuela catalana y acabar con la supuesta discriminación del español en las aulas, no haber “abierto expediente a los profesores que están en procesos judiciales por haber señalado a niños por ser hijos de guardias civiles” o no haber intervenido los medios de comunicación públicos.

“No es un desahogo”, se defendió Villegas en respuesta a las preguntas de los periodistas. “Es una actitud política; coherente con nuestro discurso de siempre de frenar a los nacionalistas, de confrontar con el nacionalismo, sobre todo con el separatismo en Cataluña y de ser muy firmes ante esas actitudes de los nacionalistas y los separatistas de saltarse la ley. Y vamos a seguir en esa firmeza. Y si el PP no está en esa firmeza estaremos separados”.