Dirigentes del PP reclaman a Casado un giro al centro antes de las municipales y autonómicas

A punto de cumplirse tres meses de la llegada de Pablo Casado a la presidencia del Partido Popular, su proyecto atraviesa las primeras crisis internas. A día de hoy no puede decirse que exista un sector crítico organizado, sobre todo por la marcha de Soraya Sáenz de Santamaría, la candidata contra la que perdió en el cónclave de julio. Pero las cesiones que tuvo que hacer el jefe de los conservadores para dar cabida, sobre todo a dirigentes del entorno de María Dolores de CospedalMaría Dolores de Cospedal, que le prestó su apoyo, o los constantes guiños a personas vinculadas con el pasado del partido, como José María Aznar, dificultan el despegue del llamado 'efecto Casado'. Esta es la expresión con la que los fieles al presidente han bautizado el supuesto impulso que el nuevo líder ha dado al partido. Así figura, dicen, en las encuestas que manejan.

Una de las principales preocupaciones de las fuentes consultadas es la competición con Ciudadanos y el miedo a que la irrupción de Vox irrupción de Voxhaga a Casado "desviar" el foco y "escorarse más a la derecha", cuando creen que la "verdadera batalla" está en el centro político. En este sentido, consideran que urge un giro a ese centro antes de las elecciones que se celebrarán en mayo de 2019. Las europeas coincidirán con las municipales y autonómicas.

También inquieta en las filas conservadoras la sensación de "improvisación" en algunas cuestiones de calado y el papel que Dolors Montserrat desempeña como portavoz en el Congreso. A estos asuntos se sumó este jueves el patinazo de la exministra Isabel García Tejerina a cuenta de la Educación en Andalucía, un asunto que ha indignado al PP andaluz, que se someterá al examen de las urnas el 2 de diciembre.

Buscar "batallas" que liderar

El líder del PP venció por amplio margen a la mano derecha de Rajoy en el cónclave extraordinario de sucesión. Y llegó al despacho del expresidente del Gobierno en Génova con la promesa de hacer esfuerzos para recuperar, para sus siglas, a aquellos antiguos votantes que, desmotivados, se habían fugado a Ciudadanos o a Vox. Sus compañeros más críticos con su gestión creen que hasta ahora ha peleado más por girar a la derecha que por ocupar el centro político. Y que eso está dejándole a Albert Rivera mucho espacio para recoger apoyos. Y que eso es un error.

En este sentido, consideran que es "cuestionable" la campaña, puesta en marcha por diferentes direcciones regionales y que acabó adoptando la dirección nacional, de animar a los españoles a sacar las banderas al balcón cuando ese movimiento había surgido de manera espontánea hace años. "El PP ya es la bandera de España. De siempre. Nadie lo duda. No tenemos que sobreactuar", plantea un líder regional.

Si no hay cambio de planes, el lunes Casado estará en la presentación del último libro de José María Aznar. Una foto que había dejado de producirse en los últimos años de Rajoy al frente del PP. Y la imagen volverá a dar pie a esa identificación de Casado con la versión más conservadora de su partido.

"Más allá de renegar de nuestro pasado, que evidentemente tenemos que renegar de los corruptos que nos han llevado a donde estamos, nuestra necesidad está en el centro político y no podemos permitirnos engordar a Ciudadanos", valora un diputado. 

"Para quienes quieren desprestigiarlos, Ciudadanos tiene un mensaje de derechas, sí. Pero sus electores son eminentemente urbanos, jóvenes, profesionales que apuestan por Rivera porque los ven más centrados que al PP, gente que no entra en cuestiones de aborto, religión... que ven a Ciudadanos un partido más atractivo. También tenemos que pensar en esos electores, no en Vox, que como mucho tendrán un diputado", añade la misma fuente.

Contra "la superioridad moral de la izquierda"

Las fuentes consultadas coinciden en que es urgente que el PP lidere debates ideológicos que no les haya arrebatado ya Ciudadanos y que contribuyan a ese giro al centro. Debates que "vayan a la raíz", encaminados a derribar "la tesis de la superioridad moral de la izquierda".

Descartadas cuestiones como el aborto o la eutanasia, asuntos en los que el PP de Casado ha marcado ya posición, hay voces en el partido que piden "no rehuir" debates, como por el ejemplo, el de la legalización de la marihuana.  

En la campaña que le llevó a la presidencia del PP y también posteriormente, el nuevo líder del PP reiteró su posición contraria a la eutanasia y su propuesta de volver a una ley del aborto de supuestos como la aprobada en 1985. Como ocurre siempre que se debaten puertas adentro de los partidos este tipo de cuestiones pueden salir a la luz divisiones internas.

Este jueves, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, pidió que España "sea inteligente" para regular el uso integral del cannabis y sus derivados como ha hecho recientemente Canadá, tanto con fines terapéuticos como recreativos, ya que considera que es "una oportunidad que puede traducirse en grandes beneficios para España y sobre todo para los ciudadanos". Lo hizo durante su intervención en el foro 'Hacia la regulación integral del Cannabis', informa Europa Press.

Criticar a España... en Bruselas

También reclaman en el PP a Casado que sea "cuidadoso" a la hora manejar conceptos que son muy delicados para su electorado. Es el caso de lo ocurrido esta semana con el traslado a Bruselas de la crisis entre el Gobierno y el principal partido de la oposición a cuenta del acuerdo presupuestarios entre el Gobierno y Unidos Podemos. "El trasladar ese mensaje en Europa tiene aristas... puede parecer que estamos yendo contra España en vez de contra el Gobierno".

El peso del apoyo de Cospedal

Las dos últimas crisis a las que ha tenido que hacer frente Casado afectan a dos de las mujeres que fueron incluidas en la dirección nacional del PP tras el congreso de julio. Dos dirigentes que integran la cuota de María Dolores de Cospedal en la estructura del partido: la exministras Dolors Montserrat e Isabel García Tejerina.

Montserrat, portavoz del PP en el Congreso, sorprendió a muchos de sus compañeros en la sesión de control al Gobierno del miércoles con una intervención en la que llegó a acusar a los socialistas andaluces de "frecuentar con dinero público la prostitución", en alusión al gasto con tarjetas de crédito del caso Faffe.  

"Ustedes tienen a las prostitutas desconcertadas. La señora Valerio dice que son un gol por la escuadra; la señora Delgado es la máxima defensora de sus servicios, y sus compañeros socialistas andaluces frecuentan, con dinero público, la prostitución", llegó a decir tras preguntar a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, si se sentía "orgullosa de la coordinación del Gobierno".

"Se quejan los mismos de siempre"

En el entorno de la exministra de Sanidad no ocultan que este miércoles pudo ser uno de los peores de Montserrat en el Congreso. Pero piden que no se magnifique la polémica y que se valore en su justa medida. "Nadie está molesto con ella y quienes se quejan son los mismos de siempre", mantienen.

Pero otros dirigentes conservadores consideran que la portavoz no acaba de encajar en el puesto y que Casado podría estar ya buscándola una salida como candidata a la Alcaldía de Barcelona para las municipales, un hueco que los conservadores tienen que cubrir. "Eso ahora no está sobre la mesa", defienden en el Grupo Parlamentario Popular en el Cámara baja.

"No podemos plantearnos cambios de este tipo sin tener claros los recambios", valoran en Génova.

Tejerina irrumpe en la campaña andaluza

Mientras, la vicesecretaria de Acción Social del PP, Isabel García Tejerina, sostuvo este jueves que existe un "deterioro" en la educación que hace que haya diferencias entre las comunidades autónomas como es el caso, a su juicio, de Castilla y León y Andalucía porque los niños de la primera "aventajan" en dos años a los andaluces. "En Andalucía te dicen que lo que sabe un niño de diez años es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León", señaló.

Estas declaraciones, realizadas en una entrevista a Los Desayunos de TVE , fueron muy mal recibidas en el PP andaluz, que está a las puertas de unas elecciones autonómicas. "No compartimos las palabras de Isabel Garcia Tejerina. Los niños y profesores andaluces son de diez, solo les falta un gobierno a su altura", escribió en su cuenta de Twitter el líder del PP andaluz, Juanma Moreno.

 

Hasta el líder del PP tuvo que salir a intentar lanzar un mensaje de tranquilidad. En declaraciones a los medios en el Congreso de los Diputados, reclamó "que nadie confunda las declaraciones ni de Tejerina ni de Juanma Moreno". "Ningún partido defiende a Andalucía como el Partido Popular", dijo. El líder del PP también instó a "que no se confundan las críticas al PSOE con las críticas a los andaluces". Pero el secretario general del PP, Teodoro García Egea, lo empeoró.  A su juicio, los andaluces "no tienen culpa de tener un Gobierno" en la Junta de Andalucía que "se gasta más" en prostitución que en educación. El dinero público empleado en "prostíbulos", calculó, daría "para pagar 20 becas" a estudiantes andaluces.

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Candidaturas

La elaboración de las candidaturas para las elecciones de 2019 también está generando tensiones. La propia Tejerina, que ha enfadado ahora a no pocos de sus compañeros dando argumentos contra al PP a los socialistas andaluzas, es una de las preferidas por la dirección nacional del PP para encabezar una de las dos listas de Madrid, bien la de la Comunidad o la del Ayuntamiento.

En un principio, Casado tenía en mente cerrar el proceso de designación de candidatos el 2 de diciembre, fecha prevista ahora para las andaluzas. Esto ha provocado que el PP traslade su convención ideológica a mediados de enero. Y, de paso, dejar las candidaturas para ser comunicadas entre el 3 de diciembre y los días previos a la convención. En comunidades como Madrid, donde no está claro que vaya a ser elegido candidato el presidente regional, Ángel Garrido, o en la ciudad de Valencia, donde Casado tiene que decidir si hace que Esteban González Pons, portavoz en el Parlamento Europeo, se vuelva a España, inquieta que se hayan modificado los plazos.