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La formación de Gobierno en Andalucía

PP y Cs dejan en manos de Vox la primera decisión clave de la legislatura andaluza

Juan Manuel Moreno, Partido Popular, y Juan Marín, Ciudadanos.

Aún no ha echado a andar la legislatura en Andalucía y Vox ya tiene importantes decisiones en sus manos. La primera de ellas atañe a la conformación de la mesa del Parlamento, incluida su presidencia. Una decisión que, de hecho, será preludio de la que defina la investidura del nuevo presidente de la Junta, que por primera vez no será del PSOE. A lo largo de todo el proceso, el papel de Vox se antoja crucial.

Los equipos de PP y Cs, encabezados por sus líderes autonómicos, Juan Manuel Moreno y Juan Marín, se reunieron este lunes en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede de la Cámara andaluza, para hacer oficial en un ambiente de sintonía el arranque de las negociaciones para poner fin a 36 años de poder socialista y conformar un gobierno de coalición, el primero entre PP y Cs. Al término de la reunión, que empezó pasadas las 16.00 y duró algo menos de dos horas, tanto Moreno como Marín explicaron que PP y Cs sumarán sus votos para determinar la formación de la mesa del Parlamento, clave para determinar el proceso de elección del presidente de la Junta y para controlar los tiempos políticos de la legislatura.

PP (26) y Cs (21) suman 47 diputados, menos que los 50 que totalizan PSOE (33) y Adelante Andalucía (17), lo que supone que si los dos partidos mayoritarios de la derecha quieren garantizarse la presidencia de la cámara necesitan del apoyo de Vox, al menos de 4 de sus 12 diputados. Moreno y Marín también quieren controlar la mayoría de la mesa, para lo que Vox será clave. Queda por saber si Vox pone precio a su apoyo. La constitución del Parlamento será el 27 de diciembre. Hay que estar muy atentos a lo que ocurre ese día.

El guion que transmitirían a los medios al término de la reunión estaba claro. Lo explicaron sin disonancias primero Marín y luego Moreno, que comparecieron por separado en el Salón de Usos Múltiples, una sala noble del Parlamento, de relieve muy institucional. Ambos partidos –coincidieron tanto Moreno como Marín– han puesto las bases de un acuerdo en tres fases que sacará el PSOE de la Junta y que debe concretarse a partir de ahora: Fase 1) Programática, sobre fiscalidad y "reactivación económica", "regeneración democrática" y servicios públicos; PP y Cs compondrán equipos técnicos esta misma semana para trabajar y revisarán los avances la semana que viene, en principio el lunes; Fase 2) Sobre la composición de la mesa del Parlamento; Fase 3) Sobre la formación de Gobierno.

Ahora la clave está en la formación de la mesa del Parlamento. La cámara se constituye el día 27 de diciembre. Entonces hay que elegir la mesa, que tiene siete miembros: el presidente, tres vicepresidentes y tres secretarios. A esta cita llegarán PP y Cs como un bloque, según adelantaron Moreno y Bonilla. Es decir, defenderán conjuntamente propuestas comunes. Si ambos suman sus votos para elegir al presidente, tendrían 47. Si el resto de partidos vota su propio candidato, el PSOE tendría 33, Adelante 17 y Vox 12. Entonces a PP y Cs le sobraría el apoyo de Vox para obtener la presidencia del Parlamento. Pero si PSOE y Adelante llegan a un acuerdo y votan al mismo candidato a presidente, sólo Vox garantiza la presidencia al aspirante que elijan PP y Ciudadanos. Es voluntad de Susana Díaz alcanzar este acuerdo para sumar 50 diputados. Adelante Andalucía quiere una estrategia autónoma en todo el periodo negociador que ahora se abre.

La situación es similar en la elección de los tres vicepresidentes y los tres secretarios. Saldrán elegidos los tres más votados de entre los 109 diputados electos. Si cada partido se vota a sí mismo saldría un vicepresidente para el PSOE, uno para el PP y uno para Cs. Igual con los secretarios. Se quedarían fuera Adelante Andalucía y Vox. La exclusión de partidos con representación parlamentaria de la mesa es posible gracias a una sentencia del Tribunal Constitucional de 2016, que decidió cómo interpretar artículos contradictorios del Reglamento de la Cámara andaluza. Así, aunque el Reglamento sostiene que todos los grupos tienen "derecho a estar presentes en la mesa", este precepto cede en caso de entrar en contradicción con el método establecido en la propia norma sobre el modo de elección de vicepresidentes y secretarios. 

La resolución del TC anuló la composición de la mesa de 2015, que daba 3 sitios al PSOE y 1 a cada uno de los partidos restantes: PP, Podemos, Ciudadanos e IU. Lo correcto, según la sentencia, era 3 del PSOE, 2 del PP, 1 de Ciudadanos y 1 de Podemos. IU se quedó fuera, pero se diseñó una fórmula ad hoc para que su representante asistiera a las reuniones, pero sin voto. Con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la mesa, si Vox quiere presencia en la mesa necesita algún tipo de apoyo de PP y Ciudadanos.

Tanto Moreno como Marín pospusieron la negociación para determinar la composición del Gobierno y quién lo encabeza, aunque es el líder del PP el que parte en posición de ventaja. De hecho, Cs ya no sitúa la presidencia de Marín como línea roja, o ha mostrado una posición contradictoria al respecto. En lo que pusieron énfasis ambos es en que la negociación es exclusiva de PP y Cs. Tratan de marcar distancias con Vox, formación inserta en el bloque del Frente Nacional francés y la Liga Norte italiana.

Moreno, no obstante, fue preguntado al respecto de la posibilidad de valerse del apoyo de la formación ultraderechista que lidera Santiago Abascal en el proceso de conformación de la mesa. "Vox ya ha expresado su plena voluntad a apoyar cualquier cambio en Andalucía", respondió. Es decir, cuentan o esperan los votos de Vox, aunque no quieren obtenerlos en una negociación formal. Con otras palabras lo dijo Juan Marín: "Lo que otras formaciones hagan o dejen de hacer no es cuestión mía". "Vamos a ver lo que ellos deciden", señaló Moreno. En efecto, Vox ya decide en Andalucía.

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Dos equipos

La reunión de este martes sirvió para visualizar la conformación de los equipos políticos de ambos partidos. Por el PP acudieron Moreno, los dirigentes estatales Teodoro García y Javier Maroto y la número dos andaluza, Loles López; por Ciudadanos, Marín, el dirigente estatal José Manuel Villegas y las parlamentarias electas Marta Bosquet y Ana Llopis. Estos son los grupos que comandarán las negociaciones, que se complementarán a nivel técnico con un segundo equipo por cada partido. Marín fue preguntado sobre la sensación de tutela estatal que desprende el enfoque de Ciudadanos de la negociación. "Estas conversaciones las lidero yo", afirmó.

Moreno y Marín soslayaron el problema existente en torno al hecho de que, al menos formalmente, el líder de Cs siga sosteniendo que el presidente del Gobierno andaluz debe ser él. Era como no querer ver el elefante en el salón, como dicen los anglosajones cuando se quiere obviar una evidencia. "En todas las negociaciones hay discrepancias", respondió Moreno diplomáticamente. Se le insistió: "Hoy no toca". Marín no abordó el tema. No era día para ahondar en las diferencias, otro síntoma más de que la decisión de llegar a buen puerto es firme. Tanto uno como otro calcaron la expresión con la que abrieron sus comparecencias: "Clara voluntad de acuerdo". Eso sí, Marín se guardó la precaución de señalar que será una negociación "difícil". No parece desde luego que las dificultades sean insalvables. Otra cosa sería que Vox pusiera precio a un apoyo que se antoja imprescindible.

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